El cine suizo honra a Bruno Ganz
Su voz es inconfundible, su presencia en la pantalla, inigualable: ya sea en un papel de ángel, periodista o dictador, Bruno Ganz ha marcado el cine europeo de los últimos 50 años. Suiza rinde homenaje a este maestro de 76 años, “humilde” y “exigente”, otorgándole el Premio de Honor del cine helvético.
Bruno Ganz tiene el arte de la presencia en el escenario y en la pantalla grande. Hace cada película como si fuera la única o la última de su carrera. Exigente principalmente consigo mismo, posee la capacidad de hacer palpable la dualidad del ser humano, aun en la interpretación de Hitler en ‘La caída’ (2004).
Aunque mimado por los más grandes directores europeos, Bruno Ganz no se asume como una estrella. Por el contrario. “Es un hombre reservado y más bien solitario, que necesita mucho tiempo para él mismo”, explica el director suizo Norbert WiedmerEnlace externo, autor de dos documentales sobre y con Bruno Ganz.
Para realizar ‘Behind me’, Wiedmer dio seguimiento al actor suizo durante tres años mientras se preparaba para interpretar la versión integral de ‘Fausto’, un maratón teatral de 22 horas. “Su disciplina y su capacidad de organización me impresionaron mucho, aprender de memoria tres horas de texto es una locura. ¡Es un verdadero profesional!”.
Hijo de un obrero suizo y una campesina italiana, Bruno Ganz crece en la periferia de Zúrich. La ciudad a orillas del Limmat rápidamente resulta demasiado pequeña para ese joven que sueña con convertirse en actor. En 1961, a los 20 años, se va a estudiar a Alemania. Cofundador, con Peter Stein, de la ‘Berliner Schaubühne’, Bruno Ganz se impone inmediatamente como un gigante del teatro en lengua alemana.
El gran público comienza a conocerlo a fines de los años1970, debido sobre todo a la imagen de un hombre que corre en Hamburgo en ‘El amigo americano’, (1977). Unos años más tarde, encarna a un marinero en busca de libertad en la película de Alain Tanner, ‘En la Ciudad Blanca’ (1983) y luego a un ángel en ‘Las alas del deseo’ (1987), dirigida por Wim Wenders.
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Bruno Ganz: el amor por el cine
En medio siglo de carrera, Bruno Ganz ha actuado para algunos de los más grandes directores europeos y estadounidenses, entre ellos Francis Ford Coppola, Theo Angelopoulos, Jonathan Demme y Giuseppe Bertolucci. Sin embargo, Bruno Ganz no se distingue solamente por su presencia en la pantalla, sino también por su voz profunda y tranquilizante. Políglota – habla con fluidez alemán, francés e italiano – el actor encarna el retrato de una Suiza multicultural y abierta al mundo. Vive fuera de su país desde hace más de 50 años pero mantiene una estrecha relación con él y participa regularmente en pequeñas producciones helvéticas.
Apasionado por la historia de Alemania, especialmente la Segunda Guerra Mundial, no pudo rechazar el reto de narrar uno de los capítulos más oscuros de la historia de Suiza: el asesinato de un comerciante de ganado judío en Payerne, descuartizado y ofrecido a Hitler. ‘Un judío como ejemplo’ (2016), del director suizo Jacob Berger, fue producida por Vega FilmEnlace externo, al igual que otras tres películas suizas en las que participa Bruno Ganz.
Fundadora de VEGA Film, Ruth Waldburger comenta que no tuvo dificultades para convencer a Bruno Ganz, para quien Suiza soslayó durante mucho tiempo su rol en la Segunda Guerra Mundial. Para interpretar al comerciante Arthur Bloch, Bruno Ganz se documentó mucho. También se reunió con un hombre que susurra al oído de las vacas con el fin de entender cómo moverse y actuar con los animales, explica Ruth Waldburger. “Bruno Ganz es un actor formidable. Se toma su trabajo muy en serio, haciendo preguntas inteligentes sobre el guion y aportando nuevas ideas”.
Este 24 de marzo, en Ginebra, Bruno Ganz recibe el ‘Premio de Honor 2017’ del cine suizoEnlace externo. El actor podría volver a casa con otra recompensa, el galardón al mejor actor por su interpretación de Arthur Bloch en ‘Un judío como ejemplo”.
Premio del Cine Suizo, selección de nominados
Mejor Película
‘Aloys’, de Tobias Nölle
‘El orden divino’, de Petra Volpe
‘Mi vida de calabacín’, de Claude Barras
‘Marija’, de Michal Koch
Mejor documental
‚Cahier africain‘, de Heidi Specogna
‘Das Leben drehen – wie mein Vater versuchte, das Glück festzuhalten‘, de Eva Vitija
‘Europa, she loves’, de Jan Gassmann
‘Jean Ziegler, el optimismo de la voluntad’, de Nicolas Wadimoff
‘Raving Iran’, de Susanne Regina Meures
Mejor intérprete femenino
Marie Leuenberger (Nora) en ‘El orden divino’
Esmée Liliane Amuat (Lou) en ‘Skizzen von Lou’
Tilde von Overbeck (Vera) en ‘Aloys’
Mejor intérprete masculino
Bruno Ganz (Arthur Bloch) en ‘Un judío como ejemplo’
Urs Jucker (Jonas) en ‚Der Frosch‘
Max Simonischek (Hans) en ‘El orden divino’
Traducido del francés por Marcela Águila Rubín
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