‘Kremlin’: el juego de mesa suizo que prohibió la Stasi
En los años 80, un juego de mesa se burlaba de las actividades secretas del Kremlin. Encontró seguidores en Suiza, Alemania Occidental, Estados Unidos, Japón y, al parecer, en la embajada rusa de Berna. La seguridad del Estado de la RDA (Alemania Oriental) no lo apreció tanto.
Este verano, los Archivos Federales alemanes publicaron en Twitter una extraña información, que data de 1988, según la cual los funcionarios de la RDA tenían que impedir la importación de dos juegos de mesa de Suiza.
Se trataba del juego de mesa ‘Kremlin’ y su versión de ordenador para el Atari ST, publicados por la pequeña editorial suiza Fata Morgana Spiele. El motivo aducido en su momento fue que «el contenido de esos juegos era contrario a los intereses de la RDA debido a las ideas antisoviéticas».
Su creador sigue en activo: Urs Hostettler, de 73 años, vive en su casa de vacaciones en el lago Murten durante los meses de verano. Nos cuenta la historia de cómo su juego llegó a ser objetivo de la Stasi.
Urs Hostettler estudió matemáticas y es músico, escritor y artista polifacético con un amplio abanico de intereses. En los años 70 organizó uno de los primeros grandes conciertos al aire libre de Suiza y en 1982 cofundó una cooperativa de músicos. Pero su pasión de toda la vida han sido los juegos. En 1985 abrió la tienda de juegos bernesa ‘DracheNäscht’, que todavía existe hoy día.
A principios de la década de 1980, Urs Hostettler comenzó a crear juegos de mesa. Dos de ellos, ‘Schicksack’ y el juego de parodia ‘Wahlspiel’ sobre la democracia y las elecciones surgieron tras una semana de trabajo en el Jura con la cooperativa Fata Morgana en colaboración con el cómico Joachim Rittmeyer.
Parodia del Politburó
No obstante, la atención de Urs Hostettler pronto se centró en el Kremlin. En aquella época, el poder lo ostentaban principalmente hombres mayores, y varios de ellos se retiraron poco después de asumir el cargo: en noviembre de 1982, murió Leonid Brezhnev, el secretario General del PCUS (Partido Comunista de la Unión Soviética), de 76 años. Yuri Andropov, su sucesor, murió en febrero de 1984 a la edad de 70 años. Konstantin Chernenko, de 73 años, tomó el relevo, pero también murió poco después, en enero de 1985. Entonces llegó el joven Gorbachov. En este contexto se desarrolló la idea definitiva del juego.
‘Kremlin’ trata del destino de la clase dirigente soviética. Todos los miembros del Politburó, el órgano de gobierno del partido, tienen más de 50 años al comienzo del juego y son sometidos a diversas pruebas de esfuerzo relacionadas con su salud durante diez rondas que tiene el juego: se utiliza una tabla para determinar su estado físico durante toda la partida.
Todos luchan por el puesto de líder del partido. Los jugadores tratan de influir en estos personajes para que su favorito, y solo su favorito, sobreviva hasta el final.
El juego comienza en 1951 y consta de ocho fases, la primera de las cuales es bastante inocua: se pregunta a todos los miembros del Politburó si quieren ir a un balneario. Los enfermos que no deciden someterse a este tratamiento reciben un punto de penalización y envejecen un año. Los siguientes pasos se vuelven más radicales, implicando purgas por parte de los servicios secretos rusos, investigaciones del ministro de Defensa y del Politburó…
A Gorbachov le habría encantado este juego
Es, por supuesto, una parodia, como demuestran los nombres de los candidatos al Politburo: hay un Victor Wasolin, un Diwan Palavrian, un Igor Dobermann, un Leonid Bungaloff, un Lech Chukrutoff o un Nestor Aparatchik y una sola mujer: Ludmilla Patina.
En Suiza, ‘Kremlin’ era un secreto a voces para los aficionados al género. El éxito fue aún mayor en Alemania. La famosa editorial estadounidense de juegos Avalon Hill no tardó en interesarse por él y publicó una versión en inglés, justo a tiempo para la visita de Gorbachov a Estados Unidos.
También existe una edición en japonés. Urs Hostettler se enorgullece de mostrar su copia, de la que solo puede descifrar algunos años, y su propio nombre.
En 1987, ‘Kremlin’ fue nominado juego del año por la segunda revista de juegos más importante de Alemania, Pöppel-Revue, y recibió el codiciado ‘Goldene Pöppel’, el premio del público de la revista. Los medios de comunicación suizos informaron también de ello.
No sin incidentes
Las reglas del ‘Kremlin’ ofrecen la posibilidad de que el juego se desarrolle en otros países como el Vaticano o Estados Unidos – después de todo, el entonces presidente estadounidense Ronald Reagan tenía 76 años. Un periodista lo mencionó en su artículo. Su editor, cuenta Urs Hostettler en una anécdota, pretendía eliminar el pasaje en cuestión que explicaba esta regla del juego, pues iba en contra de Estados Unidos.
Según Urs Hostettler, el juego también era popular en la embajada suiza en Moscú. El personal de la embajada se lo mostró a sus contactos en el Kremlin y se rieron juntos. El líder del partido, Gorbachov, demostró interés por el juego.
Éxitos posteriores
Urs Hostettler siguió creando otros juegos, como ‘Anno Domini’ en 1998, en el que hay que situar los acontecimientos históricos en la cronología correcta, con las fechas correctas siempre escritas en el reverso. Por ejemplo: «Ernst Litfass instala su primera columna publicitaria en Berlín (1855) – se patenta el yogur en polvo (1979) – el primer helicóptero a reacción está listo para su producción (1953)».
El juego fue un verdadero éxito. Hoy en día hay 33 ediciones con más de 10 000 preguntas, y juegos sobre una variedad de temas: Iglesia y Estado, Suiza, sexo y crimen, comer y beber, fútbol, salud, curiosidades. Hasta la fecha se han vendido un total de 950 000 juegos.
Cuando se le pregunta a Urs Hostettler por su éxito como creador de juegos, lo tiene claro: hay que ser un jugador entusiasta y disfrutar probando, inventando y desarrollando mecanismos y reglas. En su caso, eso va unido a un interés por la actualidad y la política, pero sobre todo a una visión irónica de nuestro presente.
Hace unos meses salió a la venta ‘Anno Domini Black’, cuyo resumen dice: «Un juego lleno de acontecimientos oscuros con catástrofes, epidemias, muertes crueles, bajezas humanas, por lo que no está recomendado para niños y jóvenes menores de 18 años».
Adaptado del alemán por Carla Wolff
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