La nueva presidenta del Festival de Cine de Locarno pretende atraer a un público más amplio
El festival de cine más prestigioso de Suiza, que comienza el miércoles, sigue siendo un paraíso para quienes aman este arte. Detrás de las pantallas, su presidenta, Maja Hoffmann, está reorientando el certamen acercándolo a su red de contactos artísticos mundiales.
La discreción es la mejor amiga de cualquier persona multimillonaria, y Maja Hoffmann es ciertamente discreta. Solo aparece en los medios de comunicación cuando quiere o necesita hacerlo, incluso aun dirigiendo actos de gran repercusión, como la Fundación LUMA para las artes contemporáneas y, ahora, el Festival de Cine de Locarno.
Tras su nombramiento en octubre del año pasado, no anunció grandes cambios en la organización. Sin embargo, en los prolegómenos del Festival, dejó caer suficientes miguitas de pan para indicar que ahora está al mando, dejándonos interpretar cómo planea dirigir el certamen. Para obtener pistas, podemos empezar comparando sus gestos con los de su predecesor, Marco Solari, que presidió el festival de 2000 a 2023.
Solari tiene los aires y los gestos de un grand seigneur italiano, pero es más un empresario de éxito que vástago de una familia patricia. Muy bien relacionado en los círculos políticos, religiosos, mediáticos y económicos de Suiza e Italia, Solari siempre fue muy cuidadoso a la hora de forjar apoyos políticos y financieros no solo para el festival de cine, sino también para muchos otros eventos culturales del Tesino.
La gestión de Solari fue fundamental para afianzar el festival de cine como institución nacional, cosiendo conexiones en todas las regiones lingüísticas de Suiza y asegurando sus fondos con una inteligente mezcla público-privada de donantes y patrocinadores.
Cuando anunció su jubilación el año pasado, el nombramiento de Maja Hoffmann como su sucesora fue toda una sorpresa.
Con los pies en el suelo
Hoffmann procede de una familia multimillonaria, heredera del gigante farmacéutico Roche. Originaria de Basilea, en la parte alemana de Suiza, creció, sin embargo, en Francia. Por el contrario, mantiene lazos muy laxos con el Tesino. No habla italiano (al menos no en público) y es internacionalmente conocida como coleccionista y mecenas.
Su Fundación LUMA, con espacios en Zúrich, Arles (Francia), Gstaad (Suiza), Londres y Mustique (una isla privada en las Antillas), es conocida no solo como plataforma de múltiples actividades artísticas y de investigación, sino también por su edificio principal en Arles, diseñado por el arquitecto Frank Gehry.
Sin embargo, la nueva presidenta del Festival de Locarno no es una neófita en el mundo del celuloide. Estudió cine en Nueva York y fue productora ejecutiva de varios documentales. Su pareja, Stanley Buchthal, es productor de cine.
Cambios en el protocolo
Cada mes de enero, el Festival de Cine de Locarno organiza un cóctel durante el Solothurner Filmtage, el festival de cine dedicado exclusivamente al cine suizo. En un ambiente informal, los miembros del consejo de administración de Locarno y sus principales responsables -el director artístico, Giona A. Nazzaro, el director general, Raphaël Brunschwig, y el presidente o presidenta del festival- reciben a la prensa, los donantes y los patrocinadores y anuncian el tema de la retrospectiva Locarno, una de sus secciones más codiciadas.
Este año, sin embargo, los asistentes llegaron a un lugar diferente, más modesto, con vino y canapés, sí, pero sin nadie con quién hablar o a quién entrevistar. A la prensa, incluidos los corresponsales, se le comunicó in situ que Hoffmann había decidido en el último momento llevarse a sus directores de viaje de trabajo al Festival de Sundance, en Estados Unidos, en su lugar. El mensaje estaba claro: Locarno tiene que estar más presente en la escena mundial.
El siguiente movimiento público de Hoffmann fue el anuncio oficial del programa, a principios de julio.
El Festival de Cine de Locarno suele comenzar un mes antes de la inauguración oficial con una rueda de prensa en la que sus responsables presentan el programa y la lista de personas invitadas, premiadas y películas destacadas. Bajo el mandato de Solari, la presentación del festival se celebraba tradicionalmente en la capital suiza, Berna.
Siempre incluía a varios dignatarios de la clase política suiza, así como a autoridades y funcionarios del cantón del Tesino (donde se encuentra Locarno) y del cantón de Berna. Los discursos de Solari pasaban naturalmente del alemán al italiano y al francés, abarcando simbólicamente la diversidad cultural suiza y subrayando el carácter nacional del festival.
Hoffmann desechó Berna para celebrar la conferencia y decidió hacerlo en la sede zuriquesa de la Fundación LUMA. No asistieron políticos ni dignatarios nacionales o locales, solo la prensa, y el acto se retransmitió en directo por Internet. En el escenario se habló en alemán. Maja Hoffmann pronunció su discurso en inglés.
A medida que el director artístico Giona A. Nazzaro presentaba el programa, se podían captar mensajes más sutiles. Solari solía limitar su presentación a un discurso institucional, respetando las convenciones protocolarias, como nombrar formalmente a los dignatarios presentes y dejar la palabra al director artístico para que presentara su programa. Este año, en su discurso, Nazzaro reconoció varias veces la contribución de Hoffmann en la selección de películas y la facilitación de contactos para tenerlas en el Festival de Locarno.
Hoffmann también aportó su granito de arena en la elección del diseño del cartel. El leopardo característico no es ahora una representación diseñada del animal, como suele ocurrir cada año, sino una imagen de un leopardo tomada por la fotógrafa estrella estadounidense Annie Leibovitz, amiga personal de Hoffmann.
Hacia lo local
El estilo de Hoffmann empieza a tomar forma. Aunque está más presente en el proceso de comisariado que su predecesor, parece menos preocupada por las convenciones de las instituciones y la política nacionales. Al frente del festival, trata de involucrarlo en las redes globales que solapan los círculos de élite del mundo del cine y la escena de las bellas artes.
El planteamiento de Hoffmann puede considerarse una evolución audaz pero necesaria de la posición de Locarno en el circuito internacional de festivales. Con Solari, el festival consolidó su posición como «el más pequeño entre los gigantes (Cannes, Berlín, Venecia) y el más grande entre los pequeños», y como escaparate preferente para los nuevos talentos de todo el mundo. Sin embargo, el mercado de los festivales de cine se mueve cada vez más rápido y la competencia por los títulos y estrenos cada vez más reñida.
Teniendo eso en cuenta, la estrategia de Hoffmann parece centrarse en la marca Locarno. Por un lado, para asegurar el futuro de Locarno necesita promover su nombre con más fuerza a escala mundial. Al mismo tiempo, para asegurar la calidad de la marca, también tiene que garantizar que el festival se mantenga fiel a sus principios cinéfilos y como plataforma para nuevos conceptos e ideas.
No es difícil hacer equilibrios: mientras Hoffmann abre puertas en el circuito internacional, puede contar con un director artístico (Nazzaro) que es también un respetado crítico de cine y que encarna con naturalidad el espíritu de Locarno, así como con un equipo profesional y la red institucional dejada por Solari. No obstante, la primera prueba real de la nueva dirección comienza hoy miércoles, y durante los próximos diez días buscaremos señales más concretas.
Las estrellas de Locarno son sobre todo las películas y no las celebridades. Este año, sin embargo, llega de la India la mayor estrella de Bollywood, Shah Rukh Khan; a la actriz suizo-francesa Irène Jacob (vista más recientemente en la Berlinale con la películo ‘Amos Gitai’s Shikun’); al mago suizo de la animación Claude Barras, de la película ‘My Life as a Zucchini’; y a Jane Campion, la primera mujer en ganar la Palma de Oro en Cannes (por ‘The Piano’) y la primera nominada dos veces al Óscar a la mejor directora.
La sección ‘Retrospectiva’ de Locarno es siempre uno de sus platos fuertes, ya que presenta joyas de la larga historia del cine para deleite de cinéfilos y público en general. Este año celebra el centenario del legendario estudio estadounidense Columbia Pictures con una selección de películas desde la primera época del sonido hasta finales de los años 50, comisariada por el crítico y cineasta iraní afincado en Londres Ehsan Khoshbakht.
En la misma línea, el festival rinde homenaje al cineasta estadounidense Stan Brakhage (1933-2003), uno de los autores de cine experimental más influyentes del siglo XX. Los cinéfilos tendrán el raro privilegio de ver ocho de sus obras en la gran pantalla.
Las principales competiciones ofrecen una vuelta al mundo de las novedades cinematográficas. Diecisiete películas se disputan el Pardo d’Oro (Leopardo de Oro) y otras 15 compiten en el Concorso Cineasti del Presente, para cineastas que presentan su primer o segundo largometraje.
Puede consultar el programa completo aquíEnlace externo y seguir la cobertura especial del festival por SWI swissinfo.ch, en colaboración con la Academia de la Crítica de Locarno, una selección de jóvenes escritores de cine y arte de todo el mundo que explorarán la programación durante todo el festival.
Texto adaptado del inglés por Carla Wolff
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