Las conquistas internacionales de Mario Botta
El arquitecto tesinés acaba de cumplir 60 años y se muestra más activo que nunca. Alinea los proyectos más prestigiosos en el mundo entero.
swissinfo conversó con Mario Botta a su retorno de Pekín, donde realizará un museo de arte.
Nacido en Mendrisio, el 1 de abril de 1943, Mario Botta conserva su aire juvenil, rostro fresco y su espesa cabellera, hoy casi totalmente canosa.
Los años han sido generosos con el arquitecto tesinés. Para hablar de ellos recibió a Gemma d’Urso, en Lugano, a orillas del río Cassarate, en el edificio cilíndrico de ladrillos rojos que él mismo ha diseñado.
swissinfo: Usted acaba de volver de Pekín, donde ha firmado un contrato para la construcción de un museo de arte en el recinto de Quinghua, la universidad china más célebre.
Mario Botta: Sí, se trata de mi primer proyecto en China. En el marco de un ciclo de conferencias, en el 2002, la Universidad de Quinghua me propuso participar en un concurso para la realización de un museo de arte en su campus.
Gané el concurso y vengo, efectivamente, de firmar el contrato.
Junto al museo, la Universidad albergará una nueva escuela de arte que será construida por un grupo de arquitectos estadounidenses.
swissinfo: ¿Qué impresiones trae de China?
M. B.: En aquel país reina una gran euforia, frenesí de construir, desarrollar y adoptar nuevos estilos arquitectónicos. Por ejemplo Shangai, una ciudad que literalmente está en plena explosión.
China tiene todos los recursos y las esperanzas para emprender tal cambio. Pero los chinos se ven ante un dilema: temen que su pasado, su memoria sea sofocada por la transformación vertiginosa.
swissinfo: Después de Pekín viajó usted a Shangai para presentar su primer libro en chino que relata su carrera y obras. ¿Qué acogida ha tenido la obra?
M.B.: El libro es magnífico. Recuerda fielmente, con el apoyo de fotos, toda mi carrera. Ha sido presentado a un público invitado y ha suscitado un vivo interés.
swissinfo: En el hilo conductor de los concursos internacionales, usted alinea proyectos prestigiosos en varias partes del mundo. ¿Qué podemos decir de su obra en Suiza?
M.B.: Es cierto, los proyectos que tengo en el extranjero ocupan actualmente el primer plano.
Trabajo más en Italia. La renovación de la Scala de Milán será concluida hasta fines del 2004, y antes el proyecto del Centro de Congresos de Pietrecina.
En cambio, ha sido suspendido el proyecto de reconstrucción del viejo portal de Trieste y podría incluso ser bloqueado.
He diseñado los planos de dos iglesias, una en Seriate, cerca de Bérgamo, cuya construcción acaba de empezar; la otra será en Turín.
En Toscana realizaré una gran vinoteca encargada por un enólogo para lanzar un nuevo vino.
También en Italia he preparado una gran exposición que se abrirá a finales de este año en Padova. Allí presentaré todas mis realizaciones – incluidos muebles y diseños – de los últimos diez años.
En fin, yo trabajo en el proyecto de un museo en Estados Unidos, en Chalotteville, Carolina del Norte.
En Suiza, la construcción de un parking lacustre en Morcote ha sido retrasada a raíz de una oposición de los ecologistas, pero acaba de ser presentada la correspondiente solicitud de construcción.
En cuanto a la restauración de la montaña de Les Diablerets, fue abierta a fines del año pasado.
swissinfo: En cierto periodo de su vida, usted estuvo muy comprometido socialmente, sobre todo a favor de los solicitantes de asilo. ¿Aún le queda tiempo para practicar la solidaridad?
M.B.: Cada vez tengo menos tiempo, es cierto, pero me esfuerzo por seguir siendo útil socialmente. El ser humano está antes que la arquitectura. En la medida de mis posibilidades, hago lo mejor que puedo.
swissinfo: ¿Sigue pensando que es importante evitar el despoblamiento de los centros históricos de las ciudades, porque el «hombre tiene la necesidad de vivir en relación con la historia, la memoria de los lugares»?
M.B.: Más que nunca. Cuanto más pasa el tiempo, el arquitecto más trabaja en el terreno de la memoria… «Existo, porque recuerdo».
swissinfo: Después de una larga carrera jalonada de éxitos, ¿mantiene intactos el entusiasmo de los inicios y el frenesí de crear?
M.B.: Con el paso de los años, uno se vuelve incluso más frenético. No consigo hallar la paz, reducir el ritmo.
En cada proyecto nuevo, vuelvo a ser un niño. Arranco como si fuera la primera vez.
swissinfo, entrevista realizada por Gemma d’Urso, Lugano
(Traducción: Juan Espinoza)
Mario Botta nació el 1° de abril de 1943 en Mendrisio.
Después de sus estudios primarios y secundarios en el Tesino, se formó en el Liceo artístico de Milán y en el Instituto de Arquitectura de la Universidad de Venecia.
Sus primeros proyectos realizados en el Tesino ya acapararon interés en el mundo entero ya en los años 70 y 89 (viviendas privadas, escuelas, bancos, bibliotecas, etc.)
Desde los años 90 ha firmado numerosas obras en todo Suiza y en diversos países del mundo. Entre otros, ha diseñado el Museo de Arte Moderno de San Francisco, la Catedral de Evry en Francia, la Sinagoga y el Centro de la Herencia hebraica en Tel Aviv.
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