Las Familias, entre la tradición y el cambio
"A la familia no se le escoge, se nace con ella", dice la sabiduría popular. Efectivamente, para bien o para mal la vida de cada individuo está determinada por la situación que prevalece en su familia.
Un aspecto que no pasa desapercibido por las generaciones, es la evolución social y cultural que ha experimentado el núcleo familiar a través de los siglos, tema de la exhibición que actualmente se presenta en el Museo Nacional de Zúrich.
En el ámbito del hogar mejor que en ningún otro se observa la conjugación de lo que permanece inmutable en el comportamiento humano, y las transformaciones socioculturales que ha sufrido la comunidad a lo largo de la historia.
La familia es una especie de pantalla en la cual se proyectan los ideales de una utopía social, y donde se concentran también intereses de tipo económico, como los ocasionados por una sucesión testamentaria.
El pasado remoto
La exposición del Museo Nacional da inicio a partir de la época romana. En ella se destaca el papel decisivo que tuvo la cristianización en el mundo antiguo, y las reglas prohibitivas impuestas por la Iglesia en relación con el parentesco, cuando se deseaba contraer matrimonio.
Durante el siglo lX las relaciones familiares se definían más bien por las alianzas efectuadas dentro de la comunidad, para más adelante transformarse en un principio de jerarquía que se imponía de arriba hacia abajo.
A lo largo de la Edad Media y hasta el siglo XVlll las normas jurídicas otorgaban todo el derecho al señor de la casa para castigar a la mujer, a los hijos o a la misma servidumbre. Incluso se podía condenar a muerte a aquella esposa que había cometido delito de adulterio.
Fue en la Francia del siglo XVlll, el llamado Siglo de las Luces, que la noción de familia propiamente dicha comienza a perfilarse como la conocemos hoy día. Es decir, un núcleo limitado formado únicamente por los padres y los hijos, y no como antes considerado un amplio conjunto en el que se incluían a los sirvientes y a los mozos que ayudaban en las tareas domésticas.
El jefe de la casa
A través de la vida de tres matrimonios suizos de distintas épocas, niveles sociales y regiones lingüísticas diferentes, la muestra deja ver la evolución que han tenido los hogares en este país a partir de 1750 a nuestros días.
Uno de ellos fue el de Johann Ulrich y Salome Bräcker-Ambühl (hacia 1760), ambos procedentes de la zona de Toggenbourg. En su diario personal Johann Bräcker habla del entorno que prevalecía en su casa en un tiempo en el que era imposible casarse, sin haber asegurado antes la subsistencia de los suyos. Era también el período de una incipiente industrialización que marcó indudablemente la existencia de este hombre y la de sus hijos.
La señora de la casa
Otra fue la pareja de Emile y Louise Jeanne Henriette Ramuz-Davel, originaria de Lausana (hacia 1880). Se trataba de personas dedicadas a los negocios con una buena posición que les permitió desarrollarse en la tranquilidad de una vida burguesa.
Entre ellos se afianza decididamente la figura de la madre como la «señora de la casa» y es el momento en el que aparecen cambios fundamentales. Por ejemplo, la separación entre el área reservada a la habitación privada y a la del trabajo, dominio de orden público por excelencia.
En ese entonces las parejas solían unirse por el amor y la afección mutua, ya que los matrimonios de conveniencia formaban parte del pasado. Los Ramuz-Davel fueron testigos de los avances de la medicina que tanto en Suiza como en el resto de Europa modificaron profundamente la dinámica familiar.
La familia nuclear
Hans y Marie Hürlimann-Duft, procedentes de la pequeña ciudad de Zug, representan el período que va de 1950 a 1980. El escritor Thomas Hürlimann procede de esta estirpe burguesa, en cuya época tener asegurada previamente la subsistencia de la casa no era un requisito indispensable para establecer una familia.
Esto se debía a la prosperidad alcanzada por la economía suiza, pues ahora el Estado garantizaba los riesgos relacionados a la hora de fundar un hogar. Lo usual para estas fechas era casarse siendo muy joven y el ideal era tener tres hijos.
Hacia los años 80 se registra una profunda transformación en los medios de comunicación. Los avances del teléfono, la televisión y en particular el ordenador revolucionan el contacto humano, y la mujer adquiere cada vez más independencia debido a su integración en el mundo laboral.
Un nuevo proyecto de vida familiar
En la actualidad en Suiza la pareja se casa con más edad y tener un hijo es cuestión de organización. El derecho al aborto y la llegada de la «píldora» han hecho que la planificación familiar sea más eficaz, de suerte que un bebé no es considerado como el producto de una mera casualidad.
La mujer y el marido trabajan por igual y la mayoría de las veces es la crisis económica la causa de un gran número de divorcios. Por ello es normal hoy día encontrar a familias recompuestas con padres diferentes y medios hermanos, lo cual lleva a pensar que en el futuro existirá una forma diversa de cohabitación.
La exhibición sobre la Familia en el Museo Nacional de Zúrich cerrará sus puertas el 14 de septiembre de 2008.
swissinfo, Araceli Rico, Zúrich
Por medio de cuadros, ilustraciones y sobre todo de múltiples fotografías de familias procedentes de las más diversas regiones y niveles sociales, la exhibición del Museo Nacional de Zúrich presenta lo que permanece y cambia en las familias a través del tiempo.
En el transcurso de esta muestra el público podrá conocer de cerca los resultados obtenidos por el programa de investigación del Fondo Nacional llamado, «La infancia, la juventud y las relaciones entre generaciones en una sociedad en mutación».
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