76 edición de Locarno: la vuelta al mundo en 214 películas
La 76 edición del Festival de Cine de Locarno arranca este miércoles con la promesa de hacernos salir de nuestra zona de confort cuando de cine se trata.
El festival de cine en el cantón del Tesino comenzará —como siempre— con una película histórica: The Lodger (1927), cinta muda de Alfred Hitchcock que se proyectará acompañada en directo por la música de la Orchestra della Svizzera italiana.
Esta preapertura precede al inicio del festival en la enorme pantalla al aire libre de la Piazza Grande —la característica más famosa del festival— con una nueva producción de la pareja belgo-australiana Fiona Gordon y Dominique Abel, L’Étoile Filante.
El Festival de Cine de Locarno, que se prolongará durante diez días, cubrirá los casi 100 años transcurridos entre The Lodger y L’Étoile Filante. El programa da preferencia al cine de fuera, independiente y debutante, con especial atención a los relatos que desafían la narrativa clásica mayoritariamente representada por Occidente.
En la presente edición el cine europeo mantiene una fuerte presencia —sobre todo con producciones francesas e italianas—, pero las elecciones del festival —como en años anteriores— reflejan un panorama cinematográfico más diverso. Autores y cineastas descendientes de inmigrantes siguen aportando perspectivas nuevas a temas actuales y antiguos.
Diecisiete películas de todos los continentes —excepto África y la Antártida— compiten por el Leopardo de Oro (Pardo d’oro) que el año pasado ganó la película brasileña Rule 34. Entre las películas más destacadas de esta edición figuran Do Not Expect Too Much From the End of the World, la nueva película del director rumano Radu Jude, ganador del Oso de Oro de Berlín en 2021; Stepne, una película muy personal de la ucraniana Maryna Vroda, no directamente relacionada con la guerra actual; y The Vanishing Soldier, el segundo largometraje del israelí Dani Rosenberg.
En la competición principal, Suiza está representada por Manga D’Terra, el segundo largometraje de Basil da Cunha, cuya trayectoria se aleja del panorama cinematográfico suizo. Nacido en Morges, en la Suiza francófona, de padres portugueses, da Cunha se trasladó al suburbio chabolista de Reboleira de Lisboa, donde rodó su primera película, O Fim do Mundo, protagonizada por gente del barrio y con un argumento basado en sus propias historias vitales.
Si O Fim do Mundo fue comparada con clásicos de bandas juveniles negras estadounidenses como Boyz in the Hood (John Singleton, 1991), Manga D’Terra se centra en una mujer, inmigrante de Cabo Verde, que acaba en guerras de bandas mientras intenta abrirse camino en la música en Lisboa.
Presencia estadounidense
Al contrario de lo que ocurre en los festivales de cine más glamurosos —Cannes, Venecia o Berlín—, donde Hollywood siempre tiene una presencia destacada —y a veces abrumadora— en Locarno suelen proyectarse películas procedentes de los márgenes más independientes y autorales de Estados Unidos.
La comedia Lousy Carter, de Bob Byington, competirá este año en la Sección Oficial, mientras que Family Portrait, de Lucy Kerr, opta al Pardo en Cineasti del Presenti, una sección competitiva para cineastas que presentan su primer o segundo largometraje.
El continente americano —en sentido amplio— tiene una presencia significativa en Locarno. El festival muestra tanto rarezas del pasado como algunas de las producciones más recientes del cine latinoamericano. Las principales secciones internacionales cuentan con una película de cada región: El Auge del Humano 3, del argentino Eduardo Williams, en la Sección Oficial, y Todos los Incendios, del mexicano Mauricio Calderón Rico, en Cineasti del Presenti.
La sección retrospectiva de este año está dedicada al cine mexicano. “Las muchas estaciones del cine popular mexicano” es una selección de 36 películas producidas entre 1940 y 1969, comisariada por el crítico de cine Olaf Möller. Muchas de ellas nunca se han proyectado más allá de las fronteras mexicanas, y algunas son auténticas rarezas, como El río y la muerte (1954), una película poco conocida del maestro surrealista español Luis Buñuel realizada durante sus años mexicanos.
Por último, la sección Puertas Abiertas, que promueve a productores y cineastas de países con industrias cinematográficas poco financiadas, centra su atención en América Latina. En esta edición, el festival proyecta siete largometrajes de Bolivia, Perú, Venezuela, Paraguay y Ecuador, países prácticamente invisibles en las taquillas mundiales.
Invitados radicales
En la sección Histoire(s) du Cinema, Locarno muestra otras dos joyas latinoamericanas: Documentário (1966) y Abismu (1977) del brasileño Rogério Sganzerla (1946-2004). Sganzerla —probablemente el autor de cine contracultural más célebre de Brasil— y sus compañeros “udigrudi” (alternativos) desafiaron no solo las convenciones burguesas, sino también la dictadura militar que reinó en Brasil entre 1964 y 1985.
Desafiaron incluso al Cinema Novo, que fue el principal movimiento revolucionario en la escena cinematográfica brasileña de las décadas de 1960 y 1970.
La sátira absurdista, la subversión narrativa y el uso indiscriminado del collage de Sganzerla —impresionado e influido por el cine de Jean-Luc Godard—a veces incluso superaron a su maestro. Su obra más famosa, O Bandido da Luz Vermelha (1968) se inspiró en Pierrot le Fou (1965) de Godard, y su “traslación” a la realidad brasileña la convirtió en una de las películas brasileñas más importantes de todos los tiempos.
A las proyecciones en Locarno asistirá la viuda de Sganzerla, Helena Ignez, que fue su musa, su compañera creativa y la principal protagonista de algunas de sus películas, y mantiene hoy viva la vena poética subversiva.
Otros célebres invitados teñirán Locarno de glamour cinéfilo. Allí estará el último héroe de la clase obrera Ken Loach, de 87 años, presentando The Old Oak, su última película. También estará Barbet Schroeder, de 81 años, el cineasta suizo con más experiencia internacional, que estrenará su último filme, Ricardo et la Peinture.
SWI swissinfo.ch cubrirá el festival de principio a fin con la colaboración de la Academia de la Crítica de Locarno, un programa que selecciona a 12 jóvenes escritores de cine y arte de todo el mundo para una inmersión total en el festival. En nuestra web encontrará análisis críticos, videopodcasts y diferentes perspectivas del mundo del cine. ¡Venga a Locarno de la mano de SWI!
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El Gran Hotel Locarno, donde todo comenzó
Texto adaptado del inglés por Lupe Calvo
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