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“Locarno en verano es una apuesta segura”

Giona Nazzaro
Giona A. Nazzaro. Keystone / Alessandro Crinari

A finales del año pasado, Giona A. Nazzaro sustituyó a Lili Hinstin en la dirección artística del Festival de Cine de Locarno. Todo un desafío, incluso para programadores experimentados como él, que se inició en los festivales de Róterdam y Venecia, entre otros. Tarea aún más abrumadora este año, merced a los efectos de la pandemia y la transformación de la industria cinematográfica.

El crítico de cine y escritor italiano Giona A. Nazzaro “da la bienvenida” a SWI swissinfo.ch a distancia desde su casa en Roma. Nos habla en inglés, aunque se siente cómodo también en italiano, francés, e incluso en el dialecto de Zúrich. También puede comunicarse en portugués, que aprendió dada su pasión por el cine marginal brasileño de los años sesenta y setenta.

Su padre era ingeniero en ABB en Zúrich, donde Nazzaro nació y vivió hasta su adolescencia. Pero el hogar para él es “un cine o al lado de mi tocadiscos, escuchando mis discos favoritos”.

Amante del jazz, también le gusta escuchar el punk rock de su juventud. Nazzaro es un omnívoro fanático del cine y se toma en serio las películas de acción. Recientemente adquirió una versión Blu-ray de Fast & Furious. Ha escrito varios libros sobre el tema que lo convierten en una autoridad en el cine de Hong Kong y en la obra del director John Woo.

Forjado en los festivales de cine, Nazzaro es especialista y generalista al mismo tiempo. Confiesa que llora cada vez que ve una película de John Ford, pero profesionalmente mantiene a raya sus emociones cuando se trata de visionar películas contemporáneas marcadas por la era digital. “Un espectador normal puede soslayar lo que está en juego en el cine actual. Sin embargo, para alguien que trabaja en la cultura y trata de entender lo que sucede, la nostalgia no está permitida. Es una cuestión política. El pensamiento político significa: ¿cómo se reacciona ante una situación? ¿Cómo se entiende? Si se miran las cosas que están sucediendo ahora a través de las lentes de ayer, no se llega muy lejos”.

El festival de este año (del 4 al 14 de agosto), se desarrollará nuevamente en forma presencial. “Locarno en verano es una apuesta segura, aunque tenemos que contar con una disminución del 50% del público debido a las restricciones en los viajes”.

SWI swissinfo.ch: ¿Cómo decidió la programación de este año? ¿El ángulo elegido es geográfico o temático?

Giona A. Nazzaro: Mi principal objetivo es que no quiero que el público se aburra; la vida es preciosa y no tenemos tiempo que perder. Otro de mis objetivos es ofrecer al público algo que no haya visto o experimentado en otras situaciones. Me gusta ponerme en una posición en la que no sé dónde estoy. Intento alejarme de mis suposiciones y mantener los ojos abiertos.

Giona Nazzaro
Giona A. Nazzaro. Keystone / Alessandro Crinari

Giona A. Nazzaro, de 55 años, se hizo famoso en el circuito de los festivales por sus audaces selecciones para la Semana de la Crítica de Venecia, que dirigió de 2016 a 2020, junto con otras funciones en los festivales de Roma y Turín, así como en Visions du Réel (Nyon, Suiza).

Es miembro del comité artístico del Festival Internacional de Cine de Róterdam (Países Bajos).

Como escritor, Nazzaro ha publicado monografías sobre Gus Van Sant, Spike Lee y Abel Ferrara, y es pionero en Italia en el estudio del cine de Hong Kong. Su libro Action – Forme di un transgenere cinematografico (Le mani, 2000) ganó el Barbaro/Filmcritica Prize. Nazzaro también ha incursionado en la ficción, con la novela A Mon Dragone c’è il Diavolo (Pop, 2010).

SWI: ¿Qué le inspira el cine actual?

G.A.N.: Los cineastas de hoy son bastante diferentes a los de ayer, que eran en su mayoría cinéfilos y hacían películas en diálogo constante con la historia del cine. Hoy en día, los cineastas pueden ser personas que no han visto tantas películas y no han ido a una escuela de cine. Es posible que hayan desarrollado su interés por la industria a través de los videojuegos o la música. Estamos ante una generación de cineastas que no tienen un “pasado”, que son muy instintivos y que a veces logran reinventar, como en el caso Stan Brakhage [cineasta experimental], que sigue adelante sin siquiera estar familiarizado con su trabajo. 

Es algo extremadamente estimulante y exige a los programadores reinventar la forma en que trabajan con imágenes e ideas. Nos ayuda a mantener la concentración. Lo mejor es que siempre hay sorpresas.

SWI: ¿Y cómo analiza la industria cinematográfica actual en comparación con la de hace 30 años?

G.A.N.: Crecí con el cine y las retrospectivas, y la percepción de que el cine evolucionaba de forma lineal. Ahora, en la era digital, estamos descubriendo que puede moverse en diferentes direcciones al mismo tiempo y abordar diferentes problemas en diferentes idiomas. La historia está ahí, obviamente, y aún es importante conocer [las obras] de Raoul Walsh o Howard Hawks, pero no tendría sentido rehacer sus películas. Necesitamos entender quiénes son los cineastas de hoy. ¿Quién está haciendo las obras significativas que nos hablan de la misma manera que las películas de Walsh, Hawks y John Ford hablaban a la gente de su tiempo?

Esta es la relación que necesitamos, una relación de “necesidad”; esas películas eran necesarias, hablaban con los países que las producían. Walsh, Hawks y Ford a los EE. UU., por ejemplo, o [Roberto] Rossellini a Italia, cuando “inventó” el neorrealismo después de la guerra y de 20 años de fascismo. Con Roma, ciudad abierta, 1945, Rossellini decía: “así paga Italia sus pecados”. Evidentemente, Italia no quería verse a sí misma como Rossellini veía al país. Los cineastas siempre son mejores que los países donde operan.

SWI: ¿Cree que también es válido para los cineastas de hoy?

G.A.N.: Necesitamos reinventar este tipo de relación con los cineastas de hoy y continuar la reflexión sobre por qué el cine es importante para nosotros ahora. No es ningún secreto que los primeros 100 años del cine han sido principalmente masculinos, blancos, heterosexuales y occidentales. Hoy necesitamos encontrar las energías adecuadas para hacer que el cine sea más inclusivo, para que los próximos 100 años de cine no vuelvan a ser blancos, heterosexuales, occidentales y masculinos. No tiene sentido tener una conversación sobre el pasado si no se aprende de él.

Lili Hinstin y John Waters
La exdirectora de Locarno, Lili Hinstin, con el cineasta John Waters durante la edición de 2019. Hinstin dejó su cargo el pasado mes de septiembre por diferencias con el Patronato del Festival. Solamente dirigió una edición completa (2019). En 2020, debido a la pandemia del coronavirus, el festival tuvo que funcionar a escala muy modesta. Keystone / Urs Flueeler

SWI: En Locarno, ¿qué guarda o descarta del programa de la exdirectora?

G.A.N.: Estamos al servicio del Festival de Cine de Locarno. Sería extremadamente arrogante decir: “Lo voy a cambiar”. Trabajar al servicio del festival significa intentar entender hacia dónde se dirige la industria del cine en la actualidad. ¿Cómo está remodelando las diferentes energías y flujos dentro de la industria? ¿Cómo interactúan los diferentes públicos con las transformaciones de nuestra relación con las imágenes? ¿Cómo interactúan y dialogan los diferentes públicos en el marco del festival? No se trata de lo que descarto o de lo que guardo. Tenemos una situación nueva y totalmente inexplorada.

SWI: ¿Se refiere a la pandemia?

G.A.N.: Sí, la pandemia ha remodelado todo un panorama [de la industria cinematográfica] que pensamos que nunca cambiaría. 2019 parece que fue hace mucho tiempo. Entonces, las cosas eran así: en cuanto Locarno terminaba, corríamos a participar en el Festival de Venecia y luego en el de Toronto. Y después del de Sundance, nos prepararnos para el de Berlín. Ese era el ciclo normal; era genial, la industria tenía su flujo. Esto ahora es completamente irrelevante. Volver a la normalidad no es una opción, principalmente porque los cambios generales del último año y medio han llegado para quedarse. Espero que el festival vuelva a la vida real, pero la industria del cine ciertamente se reorganizará para comprender dónde y cómo se pueden ver, consumir y producir las películas en un nuevo ciclo industrial que aún se está remodelando.

SWI: ¿Cómo ve este esfuerzo por remodelar la industria?

G.A.N.: Leí un artículo en Variety [revista de cine] sobre cómo los esperados éxitos de taquilla van a remodelar las ventanas de exhibición. Una nueva Misión Imposible, por ejemplo, que sale este verano, se mantendría en cartelera hasta mediados de octubre en todas partes. Hasta hoy, las salas de cine planificaban hasta una ventana de 45 días antes de que la película se trasladara a las plataformas de transmisión en continuo (streaming). Netflix, por otro lado, está invirtiendo en nuevas producciones, tanto películas como series, en Corea del Sur y varios otros países. Toda la industria se está remodelando por completo y es casi imposible decir qué acontecerá en el futuro porque el futuro está aconteciendo todo el tiempo. 

Directiva del Festival de Cine de Locarno
Giona A. Nazzaro (izq) es presentado como nuevo director artística del Festival de Cine de Locarno junto al presidente del festival, Marco Solari (centro), y Raphael Brunschwig, director operativo, en una rueda de prensa en Locarno (5 de noviembre de 2020). Keystone / Davide Agosta

SWI: Algunos festivales de prestigio, como el de Cannes, han expresado serias reservas sobre las películas realizadas por plataformas de streaming.  ¿Tendría algún problema para incluir producciones de HBO o Netflix en el programa de Locarno?

G.A.N.: Por supuesto que no. No soy ajeno al hecho de que algunas de estas empresas de streaming son distribuidores, empresas de ventas, productores y creadores al mismo tiempo. Algunas ponen en riesgo puestos de trabajo del sistema tal como lo conocemos hasta ahora. Entiendo dónde está el peligro, pero el cambio se producirá de cualquier manera.

Si puedo elegir dónde ver una película, es en una sala cinematográfica. Apoyamos a las personas que trabajan y hacen posible el cine: distribuidores, agentes de ventas que trabajan y apoyan a los cineastas independientes. Pero como director de un festival, tengo el deber de mantener los ojos abiertos porque es demasiado fácil decir: “esta gente está destruyendo el cine”.

SWI: Como dijo, están remodelando, no necesariamente destruyendo. ¿Pero, para mejor?

G.A.N.: La industria siempre se ha transformado continuamente porque el cine es un arte sujeto al capitalismo y la economía. No es algo hecho dentro de un taller del Renacimiento, donde el artista trabajaba solo en una estatua de mármol o un cuadro. La calidad no proviene solo de un lugar. ¿Es todo bueno en Netflix? ¡No! ¿Pero es todo bueno en las pantallas de cine? Por supuesto que no. Entonces, el problema es la curaduría. Este es el verdadero desafío. Es necesario navegar por todas estas diferentes tendencias y nuevas producciones y detenerse para plantearse la pregunta: ¿qué es realmente importante aquí? Es una elección compleja porque un programa no lo hace una sola persona.  

SWI: ¿Cómo evalúa la influencia de las plataformas de streaming en el proceso de creación?

G.A.N.: Tomemos el ejemplo de El Irlandés, de Martin Scorsese, producido por Netflix. En un sistema de estudio tradicional, esta película nunca habría visto la luz. Su nueva película [Killers of the Flower Moon], será de Apple+. Otro ejemplo, una película en blanco y negro, Malcolm y Marie, en la que dos actores encerrados en una habitación hablan durante dos horas, no se produciría en un estudio. Y si así fuera, no llegaría al mismo número de personas.

SWI: ¿Porque los estudios funcionan según una lógica comercial que intenta evitar riesgos …?

G.A.N.: Sí. Y podemos mostrar al público, como lo haremos este año, el trabajo de Alberto Lattuada en un contexto retrospectivo. Pero si se quiere saber hacia dónde va el cine, habrá que ver las películas en competición y los cortometrajes que hemos seleccionado, porque representan a los cineastas de hoy. Quizá muchas personas nunca hayan oído hablar de Alberto Lattuada o John Ford, pero son las personas que mantienen vivo el cine.

SWI: ¿Dónde ve las trampas y los peligros que pueden comprometer o socavar un programa?

G.A.N.: Tenemos que evitar una situación en la que el festival solo tenga un tipo de oferta. Creo que un festival puede ser un lugar modulado donde se pueden mostrar interesantes éxitos de taquilla estadounidenses, lo mejor de la producción europea, los nuevos cineastas que hacen sus primeras películas y otros de diferentes lugares del mundo. Puede reunir todas estas energías en un programa que sea significativo para muchos públicos diferentes. No es un simple eclecticismo, porque la forma en que existe el cine hoy es en una miríada de posibilidades diferentes. Ya no es vertical, ni horizontal, es … rizomático. ¡Esa es la palabra!

Traducido del inglés por Marcela Águila Rubín

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