Los Storni y el legado de la abuela poetisa
Guillermo y María, nieto y bisnieta de Alfonsina Storni, recorren con swissinfo.ch la historia de la escritora considerada la madre de la poesía femenina moderna en Argentina. El orgullo, la responsabilidad, la expectativa silenciosa que el nombre de la artista genera en su descendencia y los mitos que nacieron en torno a la mujer que se atrevió a 'patear el tablero' a principios de siglo.
«¡A mi me gusta robarle una frase a mi padre (Alejandro), y es que con Alfonsina, los Storni nos quedamos sin apellido!», comenta, divertido, Guillermo Storni, nieto de la poetisa suizo-argentina.
Sentado en su oficina de Retiro, en el corazón de Buenos Aires, cuenta que no deja de sorprenderlo que se nombre a su abuela siempre por el nombre de pila:
«Es que muy pocas personas alcanzan tanta popularidad para que baste mencionarlas con el nombre de pila y la gente ya sepa a quien te referís».
Escritor, gerente de una importante empresa en Argentina, ‘coach’ de rugby y docente universitario, Guillermo no se quiere olvidar de nadie en la familia:
«Aunque soy yo el que más se ocupa de reconstruir la historia familiar, porque me apasiona, tengo un hermano mayor, Alejandro Eduardo, y dos hijos: María, de 24 años, licenciada en Comunicación, y Willy, de 28, diseñador gráfico».
Se le nota el amor por su abuela y por lo que ella significa. Aunque reconoce que no es fácil ser nieto de semejante personalidad, confiesa que lo llena de orgullo y asume que es inevitable la expectativa que se genera:
«Imagínate que el día que nació María, las parteras, las enfermeras y los médicos se pusieron a cantar a coro ‘Alfonsina y el mar’ y todos me decían: ‘supongo que le vas a poner Alfonsina'», recuerda riendo.
«Seguramente a mi padre le debe haber sido más difícil, porque si esta expectativa se genera con el nieto y la bisnieta, para el hijo supongo que es más complejo».
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Alfonsina, esa mujer inolvidable
Hablemos de la abuela…
Guillermo es carismático y locuaz. Habla rápido. Se apasiona. Recita fragmentos de poemas de Alfonsina y distingue su obra con profundidad.
«Hay tres ‘Alfonsinas’: la romántica y sumisa, que es la que menos toman porque la creen poco atractiva frente a las otras dos, por lo tanto es la menos conocida y la que yo trato de rescatar en mi libro; la contestataria que se siente en poemas como ‘Tú me quieres blanca…’; y la autobiográfica, como ‘La loba’ y ‘Bien pudiera ser’, aunque también casi toda su poesía es auto-referencial y contestataria».
Su hija, María, interviene y explica que la obra de Alfonsina está cruzada por varias aristas que muchas veces coinciden en un mismo poema.
Con una voz dulce, menuda y una belleza delicada, la bisnieta de Alfonsina siente que cada vez comprende más la obra de la artista, y al igual que su padre ‘invita los poemas a la mesa’ cuando se le pregunta por su poesía predilecta:
«Hace un par de años me encantaba ‘Hombre pequeñito’, y siempre la recitaba. Y ahora que me acerqué más a su obra, me gusta ‘Oye’, que es una poesía donde se muestra muy enamorada, muy suave», dice, y a pedido de su padre recita:
«Yo seré a tu lado, /silencio, silencio, /perfume, perfume, /no sabré pensar, /no tendré palabras, /no tendré deseos, /sólo sabré amar…»
«Para mí, Alfonsina era avanzada. Más allá de que luchaba por valores de la mujer que quizás actualmente cambiaron, aún hoy puedo seguir viéndola avanzada y vanguardista», sostiene María.
Guillermo sigue atento la charla y explica que cada vez comprende mejor la obra de su abuela y cuenta que el poema preferido de su padre es ‘La loba’:
«Creo que es claramente el poema donde ella plasma que es una ‘loba’ cuidando a su hijo:
«Yo soy como la loba./ Quebré con el rebaño / Y me fui a la montaña / Fatigada del llano / Yo tengo un hijo fruto del amor, de amor sin ley…»
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Imágenes históricas de la poetisa
Prejuicios y la construcción del imaginario
«Creo que la sociedad evolucionó mucho respecto a lo que significó Alfonsina como una mujer realmente que no fue aceptada socialmente… Mi abuela fue rupturista», asegura Guillermo.
«Mi padre era el hijo de una escritora que algunos recomendaban no leer. Me imagino lo que habrá sido para mi padre, en las décadas de 1930 y 1940. (…) Había revistas que aconsejaban que sus libros de poemas no lleguen a las manos de las ‘jóvenes puras’…»
Como Alfonsina era tan contestataria, a través de la historia se fue creando una figura a la medida del imaginario. Por ejemplo, explica Guillermo, decían que si fumaba, lo hacía en la calle, cuando quizás ni fumaba:
«En ‘Carta lírica a otra mujer’, que es un poema de amor que yo elijo buscando rescatar un poco a esa Alfonsina enamorada, hay un verso largo, terrible, inteligente, donde ella está tan enamorada que le besa la mano a otra mujer porque acarició a su amado. Y no faltó quien agarre para cualquier lado…», cuenta y explica:
«La misma Alfonsina, ya cansada de estas interpretaciones, en un reportaje que le hace un español, dice ‘yo no soy una erótica desenfrenada’, y dice algo como que ella ‘es un alma que gobierna un cuerpo y no un cuerpo que arrastra a tirones un alma'» .
«Ella tiene unos aspectos autobiográficos muy fuertes, y uno puede seguir su vida leyendo sus poemas, arrancando en ‘La inquietud del rosal’ y terminando en ‘Voy a dormir’. Creo que quizás se expuso demasiado a una poesía muy explícita», precisa Guillermo.
«Si bien en sus dos últimos libros de versos se aleja un poco de esa corriente de sentir, pensar, hacer y escribir, ella pasa a una poesía un poco menos fuerte».
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«Alfonsina fue una mujer muy valiente»
Mitos rotos
Guillermo cuenta que existen varios mitos sobre Alfonsina, como el que habla de su muerte:
«Hasta la canción, que la dibuja internándose románticamente en el mar… Eso no fue así, se arrojó al mar desde una escollera en Mar del Plata desde el hotel del Club Argentino de Mujeres. Lo dejó escrito antes de hacerlo y tuvo que ver con la enfermedad, aunque no directamente…»
Nació el 22 de mayo de 1892 en Sala Capriasca, cantón Tesino. En 1920 se naturalizó argentina.
Fue una militante literaria e intervino en la creación de la Sociedad Argentina de Escritores.
Feminista combativa, adhería a ideas de izquierda.
El 25 de octubre de 1938, se arrojó al mar en la playa ‘La Perla’ de Mar del Plata.
Hoy varias escuelas llevan su nombre, tiene varios monumentos en su honor, varias canciones –la más conocida, ‘Alfonsina y el mar’, de Félix Luna y Ariel Ramírez- y una mesa en el emblemático Café Tortoni, de Buenos Aires, lleva su nombre.
Su hijo Alejandro tiene 96 años y fue maestro de escuela.
«Yo estoy agradecido por la cercanía con su obra, porque en casa era muy habitual la presencia de Alfonsina de muchas formas. A partir de conversaciones con mi padre siempre hubo una realimentación, donde me decía esto es así y esto no es así».
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