Mirada de una suiza sobre una ‘Cuba casi libre’
Detrás de su lente, Marianne Pletscher vivió los momentos de mayor apremio de una economía que salvó la urgencia pero aún busca estabilidad.
La falta de recursos ha mermado su producción cinematográfica, pero la isla ofrece cada año “unas tres o cuatro películas fantásticas, de lo mejor”.
“Cuba tenía una fuerte tradición cinematográfica que perdió en los últimos 10 años porque simplemente no hay bastante dinero para producir. Se ha reducido muchísimo y los que pueden producir lo hacen en coproducción, sobre todo con Francia o España”, subraya la documentalista suiza.
En entrevista con swissinfo, precisa que “antes había una calidad y una cantidad de documentales y de ficciones enormes para un país tan pequeño”. Ahora, la cantidad ha disminuido, no así la calidad. De ahí que Cuba tenga un espacio reservado en las grandes citas con el séptimo arte en Suiza, Friburgo y Locarno.
La difusión en Suiza de las cintas cubanas, aduce nuestra interlocutora, ha contribuido a ampliar una visión muy generalizada que limitaba la riqueza de la isla a una mera -y parcial- expresión musical. Y es que Cuba también es “son del “tiple y el güiro…”, pero es mucho más que eso.
Dos escuelas de cine en Cuba
La Escuela Nacional de Cine, del Instituto Superior de Arte, forma a una veintena de realizadores cada año y, a decir de Marianne Pletscher, “hace un trabajo muy bueno”. Algunos de sus alumnos pasan luego a la Escuela Internacional de Cine y Televisión (EICTV), la otra institución del ramo.
Marianne Pletscher ha impartido talleres en ambas. De su trabajo en la primera, recuerda que se veía interrumpido por los frecuentes cortes de electricidad (en pleno periodo especial). La escuela nacional cuenta con menos recursos que la EICTV “muy famosa porque es un niño de (Gabriel) García Márquez y selecciona a los mejores alumnos”.
Su llegada a Cuba
El primer contacto de Marianne Pletscher con Cuba tuvo lugar a finales de la década de los 80 cuando una muestra cinematográfica sobre minorías presentó su documental sobre la vida de Mariella Mehr, que el público local acogió con entusiasmo.
Ya desde entonces recibió la primera invitación para impartir un taller en la capital cubana que por fin tuvo lugar en 1993. Ese mismo año, con la colaboración de sus alumnos, Marianne Pletscher realizó el documental ‘Cuba casi Libre’, sobre la vida de tres mujeres suizas en la isla.
Comenzó así un intercambio de Marianne con el cine cubano, en particular con la EICTV de San Antonio de los Baños que involucró más tarde a otros profesores suizos y que pudo lograrse merced al apoyo financiero de Organizaciones de la Sociedad Civil (OSC) helvéticas y de la Agencia Suiza para el Desarrollo y la Cooperación (COSUDE).
Más restricciones que en Cuba
Inquirida sobre su experiencia tras la lente en el país antillano, Marianne Pletscher destaca que en su calidad de profesora de la escuela gozaba de más libertades de las que normalmente reciben los cineastas foráneos.“Así, pude casi filmar todo lo que quería”. Casi…
“Me arrestaron una vez cuando filmé una cola, porque en ese momento hubo muchas colas porque era el colmo del periodo especial (1993). En ese momento no estaba permitido filmar colas y nosotros lo hicimos, claro, porque formaba parte de la vida de esa ama de casa suiza que vivía en Cuba”.
Marianne y sus colaboradores permanecieron arrestados por espacio de dos horas pero pudieron utilizar las escenas de “las colas” en su filme. “Si alguien filma desde afuera, sin ayuda de la escuela, hay un poco más de condiciones”, insiste pero, con base en su experiencia, concluye:
“Yo he hecho documentales en casi todo el mundo, hay países que son más severos. En Sri Lanka, por ejemplo, me pusieron unas condiciones mucho, mucho más estrictas de las que me ha puesto Cuba”.
swissinfo, Marcela Águila Rubín
El Festival Internacional del Filme de Locarno consagró en el 2003 el evento especial ‘Open Doors’ a las producciones cubanas.
El Festival Internacional de Cine de Friburgo presentó ese mismo año tres cintas con sello cubano y la cartelera 2004 anuncia otras dos: ‘Bajo Habana’ y ‘Paraíso Perdido’.
Originaria de Zúrich, Suiza, Marianne Pletscher estudió Ciencias Políticas y cine en el ‘American Film Institute’ de Los Ángeles.
Trabajó como reportera y realizadora de documentales para la TV sueca por varios años, labor por la que recibió numerosos reconocimientos.
Entre sus títulos más destacados se encuentran ‘Cuba casi libre’ (1993), ‘A Womans Place’ (1994), ‘Home or Hell’ (1995), ‘Voices from Inside the Labyrinth’ (1998).
Su documental ‘Una vida difícil: Campesinos en los Alpes y en Los Andes’ (2002), Premio Especial del Jurado en el Festival de Trento, Italia, participó en el 25 Festival Internacional del Nuevo Cine Latinoamericano de La Habana.
Ha impartido talleres de cine documental en Cuba, el primero de los cuales, en 1993, cuando realizó con sus alumnos el documental ‘Cuba casi Libre’.
Mariella Mehr, escritora gitana, produjo una pieza de teatro sobre su vida, marcada por la decisión del gobierno suizo de separar a los gitanos de sus hijos para internarlos en instituciones oficiales.
Tras la caída del bloque socialista, Cuba sufre la peor crisis económica de su historia reciente. Las autoridades decretan en 1990 el «período especial en tiempos de paz».
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