«Nadie canta el himno nacional tan alto como Magnin»
Casi todos los jugadores de la selección helvética juegan en equipos extranjeros. Ludovic Magnin, uno de los futbolistas de mayor éxito fuera de Suiza, lo hace en el VfB Stuttgart, "porque la ciudad no queda demasiado lejos de casa".
Aparte del museo Mercedes Benz, el edificio más llamativo del barrio industrial situado al este de Stuttgart es el estadio Gottlieb Daimler. Cada dos sábados más de 50.000 personas afluyen a este templo del fútbol para apoyar al VfB Stuttgart o a su rival.
Incluso en un rutinario día de entrenamiento y si no hace demasiado frío, muchos aficionados y periodistas acuden a las instalaciones anejas al estadio para estar lo más cerca posible de los futbolistas. Algunas veces las estrellas del fútbol conceden entrevistas después del entrenamiento o, al menos, firman autógrafos.
Desde hace algo más de dos años el suizo Ludovic Magnin pertenece a la plantilla del VfB Stuttgart. «Cuando era joven yo también coleccionaba autógrafos de las estrellas de entonces», señala Magnin a swissinfo.
Conseguir la firma de Frank Verlaat le hizo sentirse especialmente feliz. En aquel momento nunca se hubiera atrevido a soñar que diez años más tarde jugaría con el holandés en el mismo equipo.
Sueños ambiciosos
Entre tanto, Magnin ha ganado dos veces la Liga alemana y se ha convertido en jugador habitual de la selección nacional suiza. Y ahora su sueño es «que las calles de las ciudades suizas se llenen de gente celebrando nuestro triunfo en la Eurocopa».
Él pondrá todo de su parte para que el sueño se haga realidad. Sus rivales sobre el terreno de juego ya saben lo que eso significa…
La concentración y el entusiasmo del impulsivo lateral son bien visibles antes del comienzo de cualquier partido de la selección. Nadie canta el himno nacional tan alto y tan apasionadamente como Ludovic Magnin.
Ya cuando estaba en la escuela se esforzó por aprender el himno de memoria, -aunque entonces no entendiera bien el texto y tampoco le gustara especialmente la melodía-, con la esperanza de poderlo cantar un día con los jugadores de la selección.
«Tal vez hoy no cante ya tan bien como cuando era niño, pero pongo el mismo corazón», afirma el jugador. «Cuando estoy en Basilea o Berna ante 35.000 espectadores, se me pone siempre la carne de gallina al cantar y siento entonces otro tipo de fuerza en mí».
Estar en casa en tres horas
El hecho de que Magnin fichara por el equipo alemán del VfB Stuttgart no tuvo sólo que ver con el suculento contrato firmado y el prestigio del club, sino también con su familia: «Para nosotros es muy importante no estar lejos de casa».
En Stuttgart se siente ciertamente cómodo, pero a veces no deja de experimentar la sensación de ser extranjero. «Cuando estoy lejos de casa tengo morriña».
Magnin ha crecido en Echallens, cantón de Vaud, donde viven sus padres y «los colegas de Gros-de-Vaud», sus mejores amigos. «Cuando vuelvo a casa, toman vacaciones para salir conmigo y refrescar los recuerdos».
Recuerdos del tiempo en que se pasaba horas y horas tirando contra una portería que había construido su padre en el jardín. Su madre nunca le regañó por quebrar algunas rosas… A ella también le apasionaba el fútbol y jugaba por entonces en el equipo femenino del pueblo. «En mi familia todos somos fanáticos del fútbol».
Primero, la escuela
Desde niño Magnin soñó siempre con ser futbolista. «Pero cuando yo respondía al profesor que quería ser profesional, toda la clase se reía».
Sin embargo, sus padres apoyaron su pasión, siempre y cuando pudiera compaginarla con la escuela. «Primero acabas tus estudios y luego puedes hacer del fútbol tu profesión», le decían en casa.
Por ello, Ludovic Magnin no sólo disfruta hoy de un lucrativo contrato, sino que también posee un diploma de maestro. «Lo pasaba muy bien trabajando con los niños y me sentía muy a gusto en clase».
«No todo es fútbol»
Hoy Magnin disfruta con sus propios hijos, aunque todavía no se interesen mucho por el fútbol. «Mi hijo mayor tiene seis años. Y puedo asegurar que no está tan entusiasmado por el fútbol como yo a su edad».
Pero él apoyará la pasión de sus hijos, sea cual sea. «No tiene por qué ser el fútbol obligatoriamente».
La familia Magnin en Stuttgart pone también mucho cuidado en mantener relaciones con gente a la que el fútbol no le interesa en absoluto. «Con ellos compartimos otras cosas y eso es muy importante para mí y mi mujer».
¿Por ejemplo? «Hacer una barbacoa en cualquier sitio en el campo. Eso hicieron mis padres conmigo y mis hijos disfrutan también cuando su padre tiene tiempo para ellos».
swissinfo, Peter Siegenthaler
(Traducido del alemán por José M. Wolff)
Año de nacimiento 1979, 1m 85cm de estatura, 76kg de peso.
Creció en Echallens, cantón de Vaud, en una «familia loca por el fútbol». Su padre jugó en 1ª Liga (segunda división) y su madre, en el equipo femenino del pueblo.
Ludovic Magnin tiene la titulación oficial de maestro de educación primaria.
Está casado con Chantale y tiene dos hijos: Nicos (2002) y Thierry (2006).
Desde hace dos años la familia Magnin vive en la periferia de Stuttgart.
Desde 1998 hasta 2000 fue jugador del FC Yverdon Sport
Del 2000 al 2001, en el FC Lugano.
Entre el 2002 y el 2006 jugó en el Werder Bremen, equipo con el que ganó la Liga y la Copa alemanas en 2004.
Desde 2006 juega en el VfB Stuttgart; en 2007 ganó la Liga alemana. Su traspaso costó al club 3,5 millones de euros.
Debutó con la selección nacional suiza en 2000. En el Mundial de 2006 logró el gol del empate en el partido contra Francia (1-1).
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