Paul Klee y su tiempo
Aunque nació y murió en Suiza, gran parte de la vida de Paul Klee transcurrió en Alemania, país en el que realizó su formación y desarrolló su carrera como pintor.
Su vida estuvo fuertemente marcada por los sobresaltos de la historia alemana del siglo XX.
Paul Klee atravesó los años difíciles de la Gran Guerra, el fin del II Reich, los inicios de la República de Weimar y después, el advenimiento del nazismo. Sin olvidar, por supuesto, la llegada del socialismo a Europa.
Sus escritos reflejan una suerte de distancia escéptica. Para Rosalina Battiston, socióloga e historiadora del arte, esto se debe a que «eligió ser un individuo autónomo y, sobre todo, poco convencional».
En ese sentido, Klee fue un hombre moderno, más aún, un artista moderno, un vanguardista capaz de conmover a la gente. Paradójicamente, sin embargo, fue una élite selecta la más sensible al trabajo del artista.
La Gran Guerra
«Yo llevé esta guerra a cuestas sobre mí durante mucho tiempo. Es por ello que ya no me concierne interiormente», escribió Paul Klee en su diario.
Cuando este conflicto estalló, en agosto de 1914, Klee produjo 12 obras que evocaban la guerra. No obstante, este trabajo, a la vez abstracto y expresivo, no hizo de él un pintor al que pudiera calificarse como político.
Tampoco era apolítico, precisa Rosalina Battiston: «Estuvo interesado en la política de su tiempo, pero no deseaba que su arte fuera utilizado».
Creyó, como muchos liberales, en una rápida victoria alemana. Sin embargo, tuvo que desengañarse pronto. Paul Klee fue movilizado y asignado en 1916 a un regimiento de reserva de la Escuela de Aviación de Gersthofen.
Tuvo la oportunidad de pintar durante toda la guerra, y tiempo después supo que su padre consiguió evitar que lo enviaran al frente de batalla. «Fue un privilegiado», destaca Rosalina Battiston.
El socialismo
«Paul Klee creía en principios universales de justicia, pero jamás se identificó con algún sistema en particular», explica la socióloga e historiadora del arte a swissinfo.
«Si el socialismo le facilita a cada uno los medios que más le convienen, entonces me considero socialista. Pero (…) sigo siendo incrédulo», escribió Klee a su futura esposa, Lily Stumpf, cuando ella estaba inmersa en un proceso de distanciamiento con respecto a su medio burgués, al tiempo que frecuentaba anarquistas rusos refugiados en Múnich.
Un mes antes del fin de la República comunista de Múnich (noviembre 1918-mayo 1919), Klee se integró a un comité artístico de acción revolucionaria:
«¡Mi trabajo, mi fuerza y mis conocimientos artísticos están a su disposición!», dijo entonces.
Su adhesión a la izquierda lo llevó a trabajar en 1920 en la Bauhaus de Weimar, lugar donde Alemania se transformó en República tras la derrota y abdicación de Guillermo II.
Desafortunadamente, Klee no logró conciliar los objetivos del movimiento con su vida personal y su trabajo. Por ello, en 1931 dejó la Bauhaus por la Academia de Düsseldorf.
La llegada del nazismo
El 20 de enero de 1933, el nacionalsocialismo llegó al poder, poniendo fin a la República de Weimar. «No creo que haya nada por hacer. La gente es absolutamente incompetente en materia de realidad, muy tonta en ese ámbito», escribió a su mujer.
Artista de renombre internacional y en el apogeo de su carrera, Klee no alcanzó a prevenir a tiempo el desastre que estaba por venir. Aun cuando disponía de un certificado de filiación aria, fue expulsado de la Academia de Düsseldorf, y el 3 de diciembre se exilió en Berna decidido a renunciar a su nacionalidad alemana y a obtener la helvética, que le fue concedida algunos días después de su muerte. Pero la historia no terminó ahí.
En 1937, el régimen organizó en Múnich una exposición de «Arte Degenerado», en la que incluyó más de 700 obras modernas, de las cuales 17 eran de Klee. Paralelamente, las obras de esos artistas fueron retiradas de los museos.
Los últimos años de Paul Klee estuvieron marcados por la catástrofe colectiva del nazismo y el drama personal de la enfermedad (a partir de 1935), lo que no le impidió marcar distancia con respecto al infortunio.
«Fue un hombre triplemente discriminado en Suiza: como artista bolchevique, como alemán y como el intelectual de izquierda que jamás fue», subraya Rosalina Battiston.
Algunos historiadores han acusado a Klee de haber sido «aburguesado». Pero Christine Hopfengart, conservadora del Zentrum Paul Klee, estima que la actitud que tomó en aquella época era imputable, sobre todo, a su naturaleza analítica: «Paul Klee no fue un actor, sino un observador».
swissinfo, Isabelle Eichenberger
(Traducción: Andrea Ornelas)
Paul Klee nació el 18 de diciembre de 1879 en Münchenbuchsee, cerca de Berna.
En 1898, se trasladó a Múnich para estudiar en la Academia de Bellas Artes.
En 1906, se casó con la pianista Lily Stumpf. Su hijo, Félix, nació en 1907.
En 1916, fue reclutado por la reserva de la armada alemana, pero tuvo oportunidad de pintar hasta el final de la guerra.
En 1920, se convirtió en profesor de la Bauhaus en Weimar.
En 1931, se integró a la Academia de las Bellas Artes de Düsseldorf.
En 1933, les nazis le destituyeron y regresó a Suiza.
Murió el 29 de junio de 1940 de esclerodermia en la localidad de Locarno-Muralto (Suiza de expresión italiana).
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