Prince arrasa Montreux
El genio de Minneapolis puso un broche de oro insuperable a la 43ª edición del Festival de Jazz de Montreux. Prince eligió Suiza para su única presentación europea en 2009. La mágica noche se dividió en dos conciertos ante 8.000 privilegiados espectadores.
La electricidad se palpaba en el aire cuando un distendido y aparentemente feliz Prince hizo una entrada triunfal en el Auditorio Stravinski con ‘apenas’ unos treinta minutos de retraso. Tras presentar a su banda, el compositor americano atacó el primero de los dos conciertos exclusivos presentados en Montreux.
Comenzaba así una noche en la que el músico hizo gala de elegancia, de maestría con la guitarra y en la que, sin duda alguna, pudo presumir de banda de acompañamiento.
Este grupo de reducidas dimensiones estuvo compuesto por el brillante pianista Renato Neto, el teclista Morris Hayes, la formidable bajista Rhonda Smith y el baterista John Blackwell.
La presentación de las siete de la tarde estuvo más marcada por el jazz y el recurso a las baladas, melodías y tiempos medios, mientras que el segundo ‘show’, comenzado a la medianoche exacta, discurrió por los senderos del funk y el R&B más rabiosos.
Prince llegó al mítico Stravinski vestido con un ajustado traje rojo y luciendo unos imposibles pendientes, además de sus ya clásicos zapatos de tacones interminables.
A diferencia de su presentación en Montreux de 2007, el músico permitió esta vez la presencia de cámaras que filmaron y retransmitieron en directo el espectáculo.
También propuso una decoración basada en una pantalla circular y dos ‘medusas’ situadas a ambos lados del escenario a diferencia del austero y minimalista decorado de su anterior visita a Suiza.
Una sorpresa (desagradable) para los fotógrafos profesionales es que la organización prohibió la toma de fotos del evento.
Por otro lado, apenas un puñado de periodistas llegados del mundo entero recibieron acreditaciones del Festival. Sin duda, exigencias de una estrella.
Según explicaba la organización del festival, la confirmación del evento que puso broche de oro al festival llegó en forma de telegrama. El texto era breve: «¡Hoy es su día de suerte!». Era el 6 de abril y de esa forma Prince hacía saber que estaría a orillas del Lago Léman para estos dos conciertos que se valoran desde ya como ‘históricos’.
Apoteósis final con ‘Purple Rain’
Prince cerró la primera parte de una noche para el recuerdo con su clásico ‘Nothing Compares 2 U’, tema hecho célebre por la irlandesa Sinead O’Connor.
En la segunda prestación, el genio de Minneapolis hizo más concesiones al respetable, tocando clásicos como ‘She Spoke to Me’, ‘Peach’ o ‘When you were mine’, que caldearon a fondo el ambiente del inmenso Auditorio Stravinski.
Tras un concierto que puso el ritmo en el cuerpo de 4.000 personas en éxtasis, el artista antes conocido como Love Symbol, Géminis o Camille puso punto final a la velada con ‘Purple Rain’, himno pop recibido con fervor por un público entregado.
Tras una hora y media exactas de música magistral, el multi-instrumentista partió como una exhalación dejando al público con deseos de algo más.
1,5 millones de francos
Una vez más, Montreux revalida su título como el más influyente y prestigioso festival musical del mundo. Toda una proeza para una ciudad tan diminuta.
Este casi milagro es de agradecer al genio visionario de Claude Nobs, el fundador y director del evento, de unos muy juveniles 73 años.
Este hijo de un modesto panadero puede ser considerado legítimamente como el ‘padre’ de los festivales musicales tal como los entendemos hoy.
Amigo personal de David Bowie, Miles Davis o B.B.King, este suizo ha sido calificado por Quincy Jones como «uno de los mayores promotores culturales del siglo XX».
La triunfal visita de Prince parece demostrar que la frase dista mucho de ser exagerada.
De hecho, el concierto de Prince fue la joya de la corona de una edición en la que brillaron con luz propia otras estrellas.
Entre ellas destacaron Herbie Hancock y Lang Lang, Antony and the Johnsons, Marianne Faithfull, Stefan Eicher, Black Eyed Peas, Seal, Grace Jones o novedades como Raphael Saadiq y Emily Loizeau.
La presentación de Prince en Montreux ha costado entre producción, honorarios y gastos anexos algo más de 1,5 millones de francos suizos, pero afianza la posición del festival como el más prestigioso e influyente evento de músicas populares del mundo.
Rodrigo Carrizo Couto, Montreux, swissinfo.ch
Prince Rogers Nelson nació el 7 de junio de 1958 en Minneapolis, Minesotta.
Está considerado de forma unánime como uno de los máximos exponentes de la música popular actual. Su campo de especialidad son el funk, el pop-rock y el R&B.
Algunos de sus discos más destacados son ‘Purple Rain’, ‘1999’, ‘Parade’, ‘Sign o’the Times’, ‘Lovesexy’ o'»Planet Earth’, presentado en Montreux en 2007.
En los años 90 sus sonados enfrentamientos con la discográfica Warner y su posterior independencia establecieron nuevas formas para el negocio musical.
Prince gozó desde muy temprano del reconocimiento y la admiración de artistas del calibre de Miles Davis. Ha ganado siete premios Grammy y un Oscar.
Entre otros nombres, Prince se hizo conocer como Love Symbol, ‘el artista antes conocido como Prince’, Géminis, Camille, The Artist, The Kid o Christopher.
Con un presupuesto cercano a los 20 millones de francos suizos, el Festival de Montreux (del 3 al 18 de julio) cierra sus puertas en medio de un aparente optimismo a pesar de la crisis global.
En total, más de 1.000 artistas pasaron por el Auditorio Stravinski y el Miles Davis Hall de la pequeña ciudad a orillas del Lago Léman.
Entre la enorme oferta destacó este año la iniciativa que intenta acercar la literatura a los amantes de la música.
Los protagonistas de esta novedad fueron el escritor francés Philippe Djian, quien leyó sus textos junto a su amigo y músico suizo Stefan Eicher y la diva británica Marianne Faithfull, quien recitó los ‘Sonetos’ de Shakespeare en el Castillo de Chillon.
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