Prix de Lausanne festeja 40 aniversario con sus estrellas
El ‘Prix de Lausanne 2012’ (Premio de Lausana) concluirá el 5 de febrero con una gala para conmemorar el 40 aniversario de ese concurso internacional de ballet cuyo futuro se anuncia brillante.
Una semana al año, Lausana se convierte en la capital mundial de la danza con la llegada de jóvenes de entre 15 y 18 años, alumnos de escuelas de ballet de todos los continentes, que participan en el certamen. Y los amantes de la danza que no pueden acudir a Lausana, participan del evento por medio de su página web.
En la celebración del 40 aniversario del Prix de Lausanne, coronará la competencia de este año un concierto de gala con 25 estrellas internacionales del ballet, la mayoría de las cuales son artistas galardonados en ediciones precedentes. Entre los grandes nombres están las estrellas de diversos ballets: Laëtitia Pujol (bailarina estrella del Ballet de la Ópera de París), Friedemann Vogel (del Stuttgart Ballet), Federico Bonelli (del Royal Ballet de Londres) y Mizuka Ueno (del Ballet de Tokio).
“Va a ser absolutamente impresionante», prometió Beth Krasna, presidente del consejo de fundación.
Krasna explicó las innovaciones que hicieron que el Premio se situara a la vanguardia y que lo hacen diferente de otras competiciones.
Para empezar, el Gran Premio no es solamente un concurso. “Es una experiencia que cambia la vida de todos los participantes, no únicamente de aquellos que llegan a la final”, subrayó. “En la mayoría de los certámenes, los candidatos se van tan pronto como son eliminados, nosotros les ofrecemos una semana de entrenamiento y trabajo en red”.
Este año, 79 participantes compiten, 20 serán seleccionados para la final, y ocho de los finalistas recibirán las becas de su elección, incluyendo el laureado.
Una empresa visionaria
Cuando Philippe Braunschweig, el heredero y gerente de una empresa relojera suiza comenzó el Prix de Lausanne en 1972 con Elvire, su esposa, una bailarina rusa, y Rosella Hightower, la legendaria bailarina estadounidense, recibieron el apoyo de Maurice Béjart, de Bruselas y del Royal Ballet en Londres.
“Los fundadores eran unos visionarios”, dijo Krasna. La misión del Premio, que se ha mantenido sin cambios, es encontrar “jóvenes talentos para el mundo de la danza del futuro”. Pero también actúa como un trampolín para los jóvenes bailarines talentosos que de otra manera no entrarían en contacto con las compañías de danza de renombre. Ahora incluye también la danza contemporánea.
Con los años, el número de escuelas internacionales y de compañías de danza asociadas aumentó a 21 y 29, respectivamente, añadiendo un aura de prestigio y credibilidad al evento.
Los Braunschweig permanecieron al frente del Prix durante 25 años y en 1997 pasaron las riendas a los comités ejecutivo y artístico. A la cabeza de la organización nombraron a Patricia Leroy, a quien se atribuyen, en gran parte, las innovaciones que han permitido al Prix mantenerse a la cabeza.
La educación y la salud
Cuando Philippe Braunschweig, el heredero y gerente de una empresa relojera suiza comenzó el Prix de Lausanne en 1972 con Elvire, su esposa, una bailarina rusa, y Rosella Hightower, la legendaria bailarina estadounidense, recibieron el apoyo de Maurice Béjart, de Bruselas, y del Royal Ballet en Londres.
“Los fundadores eran unos visionarios”, dijo Krasna. La misión del Premio, que se ha mantenido sin cambios, es encontrar “jóvenes talentos para el mundo de la danza del futuro”. Pero también actúa como un trampolín para los jóvenes bailarines talentosos que de otra manera no entrarían en contacto con las compañías de danza de renombre. Ahora incluye también la danza contemporánea.
Con los años, el número de escuelas internacionales y de compañías de danza asociadas aumentó a 21 y 29, respectivamente, añadiendo un aura de prestigio y credibilidad al evento.
Los Braunschweig permanecieron al frente del Prix durante 25 años y en 1997 pasaron las riendas a los comités ejecutivo y artístico. A la cabeza de la organización nombraron a Patricia Leroy, a quien se atribuyen, en gran parte, las innovaciones que han permitido al Prix mantenerse a la cabeza.
La educación y la salud
Un logro notable es que la influencia del Prix de Lausanne va mucho más allá de la reunión anual. Su objetivo es dar a los bailarines, cuyas carreras suelen concluir entre los 35 y los 40 años, habilidades que les ayudarán en su vida adulta.
“La filosofía del Premio es totalmente holística”, señaló Krasna, con un fuerte énfasis en educación y salud.
A los jóvenes participantes se les hace entender que la danza no es todo. “Queremos niños que terminen su escolaridad preuniversitaria”, incluso cuando consiguen un lugar lejos de su patria. Cuando el lenguaje es un problema, que suele ser el caso, “se les organizan cursos por correspondencia bajo algún tipo de supervisión”.
“También creemos que la salud es muy importante y los jóvenes son sometidos a exámenes físicos”, añadió Krasna.
El bien conocido problema de la “delgadez excesiva” en la profesión de la danza, un término que disfraza la anorexia, no es ignorado. Tampoco el riesgo de osteoporosis, una deficiencia de la densidad ósea que afecta a menudo a los bailarines que no adquieren los hábitos alimenticios necesarios para una profesión físicamente exigente.
Amanda Bennett, la recién nombrada directora artística, considera que la profesión en su conjunto – y no solamente los individuos – se beneficia cuando el bienestar físico, emocional y mental de los bailarines se tiene en cuenta, sobre todo cuando existe tal diversidad étnica y cultural.
“Los bailarines son muy internacionales”, afirmó, “ya que su arte trasciende las barreras del idioma”.
Estrategias innovadoras
Algo que ha contribuido a la enorme cantidad de seguidores del Prix es la estrategia digital de Jean-Paul Dinh, a quien sus colegas llaman cariñosamente el ‘gurú de Internet’. Los vídeos subidos a YouTube, incluyendo un calendario de adviento preparado por un equipo de profesionales, han sido vistos más de seis millones de veces.
“Tratamos de transmitir nuestro mensaje, pero también la emoción de la danza y el espíritu del Prix de Lausanne a través de los medios de comunicación social”, explicó Dinh. Todas las plataformas actuales son utilizadas y hay transmisiones en vivo.
“Es increíble”, comenta entusiasmada la presidenta de la junta, “durante la competición, nuestro sitio web está entre los primeros cien del mundo, por delante de Davos y el Vaticano”.
En Lausana, fue organizada una audaz campaña de publicidad en octubre de 2011 con estatuas ubicadas a lo largo de la ciudad y vestidas con tutús azules durante una noche.
Capital de la danza
Desde que Serge Diaghilev (Ballets Rusos) y Vaslav Nijinski llegaron a Lausana a principios del siglo pasado y que el bailarín ruso-francés Serge Lifar se estableció allí, la ciudad ha adquirido una reputación en el área de la danza.
El libro ‘Una capital para la Danza’ fue publicado para anunciar los numerosos eventos de este año, incluyendo el aniversario del Ballet Béjart, atraído a Lausana hace 25 años por los Braunschweig.
“El Prix de Lausanne es un peldaño muy importante en mi carrera. Me abrió muchas puertas”, declaró Steven MacRae, galardonado en 2003 y estrella del Royal Ballet de Londres. “Persigue tus sueños y baila con el corazón”, aconsejó a su vez el ganador de 2010, el argentino Emanuel Amuchástegui.
Este año ha seleccionado a 79 concursantes (45 chicas y 31 chicos) de 19 nacionalidades:
Japón (20), China (11), Estados Unidos y Brasil (7), Corea del Sur (6), Australia y España (5), Francia (4), Gran Bretaña, Portugal y Canadá (2), Suiza, Alemania, Argentina, Holanda, Nueva Zelanda, Paraguay, Sudáfrica y Ucrania (1)
Los españoles son Anna Casasola Fontseca y Eneko Amorós Zaragoza (English National Ballet School); Sonia Vinograd (Institut del Teatre de Barcelona); Alejandro Martínez y Antonio Martínez Cegarra (Academia de Danza de José Antonio Robles).
A ellos se suman la argentina Emilia Haydee Peredo Aguirre (Estudio de Danza Ferrazzano) y el paraguayo Junior Caballero Mendoza (Instituto Superior de Bellas Artes) seleccionados en Danzamérica (Buenos Aires).
Ocho de los 20 finalistas recibirán una beca de un año para una de las 65 escuelas y compañías de danza asociadas al concurso.
Entre los galardonados del Prix (1973-2011) figuran 17 españoles, 2 mexicanos, 2 argentinos, 1 chileno y el cubano Carlos Acosta (estrella del Royal Ballet de Londres).
Los más recientes son el argentino Cristian Emanuel Amuchástegui (2010), el español Francisco Mungamba Reina (2010), el chileno Sebastián Concha Vinet (2009) y el español Aleix Martínez (2008).
Los nueve miembros del jurado, que preside Jean-Christophe Maillot (coreógrafo del Ballet de Monte-Carlo) son antiguos ganadores del Prix.
Entre ellos figuran los españoles
José Martínez (1967), director artístico de la Compañía Nacional de Danza, y
Goyo Montero (1994), director del ballet y coreógrafo del Staatstheater Nuernberg.
Retransmisión en directo
de la final, el sábado 4 de febrero, 15 horas. Comentario en español a cargo de Mónica Zamora (Prix de Lausanne 1989): www.prixdelausanne-live.com.
El Prix de Lausanne, fundado en 1973 por el industrial suizo Philippe Braunschweig y su esposa Elvire (bailarina rusa) es uno de los concursos más prestigiosos del mundo y único en su género.
Está destinado a los jóvenes bailarines no profesionales de entre 15 y 18 años. El objetivo es facilitarles su debut profesional.
Los galardonados reciben una beca para proseguir su formación en una de las renombradas escuelas y compañías asociadas al Prix.
Para esta 40ª edición cuenta con un presupuesto más de 2,38 millones de francos suizos. La ciudad de Lausana, el cantón de Vaud y la Loterie Romande financian un tercio.
El Prix está presente en YouTube, Facebook, My Space y Twitter. Blog vídeo y live streaming disponibles par iPhone y iPad.
Traducción, Marcela Águila Rubín
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