Suiza y la pasión por el diseño
En Berlín se expone una selecta muestra del diseño suizo en el área de los artículos de uso cotidiano en el último siglo, denominada "Criss & Cross".
La muestra, inaugurada el pasado 6 de mayo, se extiende hasta el próximo 30.
Desde la navaja de bolsillo multiuso del Ejército Suizo, pasando por el «mixer» o batidora manual, hasta la más refinada cámara fotográfica digital todo ha sido incluido en esta presentación que asombra a los visitantes con más de 400 objetos originales expuestos.
«La exhibición fue presentada en parte en la Bienal de Arquitectura de Sao Paulo (Brasil) el año pasado y en Nueva York, pero fue ampliada con otros objetos para ser traída especialmente a la capital alemana», dijo a swissinfo Roland Eberle, organizador de la muestra y director del estudio de diseño y arquitectura RE-Form, de Zúrich.
Perfección
El profundo amor por las cosas bien hechas, sólidas, prácticas y de formas atractivas es una de las imágenes que proyecta Suiza en el exterior y es la que presenta en esta exposición dividida en siete grandes capítulos.
Los artículos que se venden desde hace largo tiempo; los más recientes y que están de moda; los destinados a los deportes invernales; los artículos pequeños pero bellos; el diseño gráfico, las ediciones de libros y su encuadernación; los utensilios de cocina y de mesa de uso diario; y la vestimenta.
«En cuanto a la moda de vestir creo que no hay ningún sector económico que tenga mayor dependencia del diseño que la industria de la vestimenta», señaló por su parte Ralf Michel, comisario de la exhibición en este apartado.
En los últimos años, Suiza ha comenzado a concentrar la atención en este sector, con el festival Gwand, de Lucerna, uno de los más importantes a nivel internacional y en el que se otorga anualmente el premio Swiss Textiles Award, una de las distinciones mejor dotadas para los jóvenes diseñadores con talento.
Reflejo
El diseño no es más que un reflejo de la historia de un país y de las condiciones que reinan en su sociedad. Esto puede apreciarse especialmente en los objetos que componen el estilo de vida de quienes viven en Suiza.
No se trata sólo de herramientas para los quehaceres diarios, sino también de signos de quien pertenece o quiere pertenecer a qué o a quién.
Estándares
Los pioneros en el diseño suizo han sentado estándares en muchos artículos desde hace decenios, y los diseñadores de la actualidad continúan construyendo sobre aquellas sólidas bases.
Por ejemplo, la estructura de metal de un popular juego de bolígrafo y lápiz mecánico que vende hasta hoy la célebre empresa suiza Caran d’Ache, fabricante de lápices y artículos de dibujo, fue creada en la década de 1930 y continúa siendo tan moderna y práctica como entonces.
Gráfica
Cuando los sucesores de Cristóbal Colón comenzaban a conquistar América, la ciudad suiza de Basilea era uno de los centros más importantes del mundo en la edición y venta de libros de Europa. Allí vivieron y enseñaron humanistas como Erasmo de Rotterdam y sus instrumentos eran los libros.
Hay una rica historia en esa ciudad donde hoy las editoriales experimentan con la impresión de textos, la reproducción de ilustraciones, el papel, las formas, la encuadernación, el diseño gráfico y los efectos visuales para hacer más agradable la lectura.
Precisión
Si bien el diseño y la mecánica de precisión sirvieron originalmente a la industria relojera, hoy hay otros sectores como el de los audífonos o el de los marcapasos o el de las cámaras digitales o el de los «ratones» de computadoras que requieren de su tecnología.
Los objetos son pequeños y hasta minúsculos, pero sus estructuras técnicas vienen acompañadas también de la belleza artística de un buen diseño que los hace prácticos, manuables, confortables y estéticamente agradables, como en los relojes de pulsera, los artículos de escritorio e, incluso, en los aparatos médicos.
Las montañas
En los Alpes suizos las condiciones de vida hace 200 años eran paupérrimas. Muchos suizos tuvieron que emigrar para sobrevivir.
Una gran cantidad se fue a América. Hoy, lugares como St. Moritz, Zermatt o Gstaad se cuentan entre los de mayor bienestar en la Confederación Helvética. Los precios de los terrenos en St. Moritz son tan altos como en el centro de Zúrich, el ingreso per cápita en Davos es equiparable al de Suiza en general.
El turismo y toda la industria subsidiaria generada en su entorno, como la de los deportes de invierno, con su equipamiento y moda en la vestimenta, continúan siendo una mina de oro.
Joven y audaz
En la dura competencia internacional por imponer el diseño, los suizos han desarrollado una casi inagotable fantasía aplicada a máquinas, aparatos, incluso los de uso diario, joyas y comestibles, entre otros muchos artículos. Los diseñadores y fabricantes son apasionados creadores de estos objetos.
Debido al carácter multicultural de la sociedad helvética, en la que conviven personas de habla germana, francesa, italiana y románica, los diseños combinan rituales e imágenes de diferentes culturas en una especie de «collage» de la vida urbana.
«Los diseñadores promueven de esta forma el sentido de pertenencia a una comunidad, como la de la Confederación Helvética, y endulzan la vida con un fino hálito de discreto lujo», concluyó Eberle.
Juan Carlos Tellechea, Berlín
El diseño no es más que un reflejo de la historia de un país y de las condiciones que reinan en su sociedad.
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