Venta de joyas de María Antonieta en Ginebra
Una colección excepcional de joyas que pertenecieron a cabezas coronadas fue subastada este miércoles en Ginebra por la casa Sotheby's. Entre ellas destacan alhajas de María Antonieta, reina de Francia guillotinada en 1793.
La colección procede de la ‘Casa de Borbón-Parma’. Además de las joyas de María Antonieta, incluye algunas que pertenecieron al rey Carlos X de Francia, a los archiduques de Austria y a los duques de Parma. En total, 100 joyasEnlace externo puestas a subasta.
Fuera de lo común
Una venta semejante es algo fuera de lo común. Antes de la subasta en Ginebra, la colección fue presentada en diversas ciudades del mundo: Londres, Hong Kong, Dubái, Singapur y Taipéi.
“Se trata de una de las colecciones de joyas reales más importantes que han aparecido en el mercado y cada una de sus piezas está impregnada de historia”, comenta Daniela MascettiEnlace externo, vicepresidenta del departamento de Alta Joyería de Sotheby’s en Europa. Al abrigo de las miradas, nunca visto en público, este extraordinario conjunto ofrece una visión fascinante de la vida de esta familia en los últimos siglos”.
Entre las piezas más bellas se encuentran un colgante de diamantes con una perla natural de tamaño excepcional estimado entre 1 y 2 millones de dólares, unos pendientes y un collar compuesto por un centenar de perlas naturales, estimado entre 200 000 y 300 000 dólares.
Las joyas que pertenecieron a María Antonieta son las que más llaman la atención. “El romance, la magia y la universalidad de María Antonieta se deben a que representa la sofisticación del Antiguo Régimen”, según Andres White Correal, director de joyería de Sotheby’s, quien comparó a la esposa de Luis XVI con Cleopatra y Lady Di.
El trágico destino de la reina también contribuye a esta fascinación. Hija de la emperatriz de Austria, María Antonieta fue arrasada por la Revolución Francesa.
Antes de intentar huir de Francia con su marido y sus hijos, la reina envió sus joyas a Bruselas y luego fueron transmitidas a sus familiares en Austria. La pareja real fue guillotinada y su hijo Luis XVII murió en cautiverio. La única superviviente de la Revolución Francesa, su hija, María Teresa de Francia, fue liberada en diciembre de 1795. Cuando llegó a Viena, el emperador de Austria le entregó las joyas de su madre, que habían sido cuidadosamente conservadas.
Suiza y el Antiguo Régimen
La Confederación Suiza mantuvo relaciones bastante cordiales con la realeza francesa.
Los dos países habían firmado una paz perpetua en Friburgo en 1516, un año después de la derrota de los confederados contra el rey Francisco I en Marignano.
A partir de esa fecha, la Confederación Suiza se encontró en el entorno de Francia. El embajador francés, con sede en Solothurn, fue una figura particularmente importante en la escena política suiza.
Durante el Antiguo Régimen, los cantones proporcionaban constantemente tropas de élite al rey de Francia, especialmente para su guardia personal. Cuando los revolucionarios tomaron el Palacio de las Tullerías el 10 de agosto de 1792, perdieron la vida unos 600 de los 950 guardias suizos que protegían a Luis XVI y a María Antonieta.
La Francia republicana finalmente invadió la Confederación Suiza en 1798, lo que también puso fin al Antiguo Régimen en territorio suizo.
Traducido del francés por Marcela Águila Rubín
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