Tras los pasos de Roger Federer
Roger Federer acaba de regresar a los torneos de tenis. En el reciente Abierto de Qatar quedó eliminado en cuartos de final. La cita coincidió con la publicación de un libro que explora los lugares y clubes en Suiza que ayudaron a Federer a convertirse en campeón.
Dave SeminaraEnlace externo, escritor estadounidense de viajes y deportes del The New York Times, visitó algunas zonas no turísticas de Suiza, como Rapperswil y Münchenstein, para su libro Footsteps of Federer: A Fan’s Pilgrimage across 7 Swiss Cantons in 10 Acts (Tras los pasos de Federer: La peregrinación de un fan a través de 7 cantones suizos en 10 actos).
A lo largo del recorrido, Seminara entrevista a parientes lejanos de la familia de Roger FedererEnlace externo, conoce los lugares a los que el ganador de 20 títulos de Grand Slam llama hogar y reanuda su propia experiencia personal con el tenis en algunas de las pistas en las que jugó Federer. El libro, de lectura rápida y amena, se inclina más por el género de los viajes que de la biografía. Aun así arroja luz sobre algunas de las peculiaridades más personales de la superestrella.
«Roger, con sus cientos de millones de dólares, podría vivir donde quisiera, pero no se ha ido [de Suiza]», dice Seminara en una entrevista telefónica concedida desde su casa en Florida. «Una de las principales cosas que quería averiguar era cuál es la conexión entre Roger y Suiza».
Federer cumplirá 40 años en agosto y, según muchos, se encuentra en el ocaso de su carrera como jugador de torneos. Acaba de volver a la competición después de dos operaciones en la rodilla derecha que le mantuvieron alejado de las pistas durante 13 meses. Muchos ven su aparición en el Abierto de Qatar como un calentamiento previo en su afán por lograr el récord de nueve victorias en Wimbledon el próximo mes de julio.
Al margen de Federer, para Seminara Suiza ha sido el lugar perfecto para rencontrarse con sus propias habilidades tenísticas, después una serie de afecciones inmunológicas que le mantuvieron alejado del deporte durante años. A medida que su salud mejoraba, también aumentaban sus ambiciones.
“Todo esto empezó como un juego para mí», afirma Seminara, que también escribe para The Wall Street Journal y BBC Travel. «Sentí que quería hacer algo totalmente placentero y pensé: quiero volver al tenis, pero no solo a jugar en pistas de barrio. Quiero ir a Suiza y jugar al tenis en las mismas canchas donde jugó Roger».
Privacidad suiza
Como fan incondicional, Seminara quiso llamar a uno de sus hijos Federer, pero su esposa rechazó la idea (optaron por James). En octubre de 2019 Seminara viajó por Suiza durante diez días, y al principio construyó la historia como un artículo de viajes para The New York Times, que aún no se ha publicado porque la pandemia suspendió la mayor parte de la cobertura de viajes. Aun así, Seminara se dio cuenta rápidamente de que tenía mucho más que decir que las 2 500 palabras que su editor le había asignado, y así fue cómo surgió la idea del libro.
A lo largo de sus 210 páginas, el libro lleva a los lectores a la abadía de Einsiedeln, en el cantón de Schwyz (Suiza central), donde Seminara conoce por casualidad a un miembro lejano del clan Federer que bautizó a los hijos del Federer más famoso. Se encuentra también con el dentista de Federer, que le revela discretamente que Mirka, la esposa del tenista, tiene una dentadura excelente.
En Felsberg, en el cantón de los Grisones (Suiza oriental), Seminara juega un partido de tenis de dos horas, el más largo que ha podido jugar en años, en una pista de tierra batida en la que Federer entrena a veces e insiste en pagar el café después del partido. «Es un café muy malo», confiesa Seminara entre risas.
Hacer un reportaje puede resultar difícil en ocasiones, especialmente en Suiza, donde la gente suele ser más celosa de su privacidad (y la de los demás) que en Estados Unidos. A Seminara le llegan incluso a decir que no puede tomar fotos de una pista de tenis donde a veces juega Federer.
Recorre los barrios en busca de propiedades que Federer ha comprado a lo largo de los años y se acerca a los vecinos para hablar de ello. Una acción que un amigo de Seminara, de Liechtenstein, admite que él nunca habría hecho. En un momento dado, uno de los contactos de Seminara se niega a llevarle a otra propiedad de Federer, pero le conduce a un lugar que ofrece vistas similares.
“Me sorprendió que para un país que valora tanto la privacidad sea tan fácil enterarse de las transacciones inmobiliarias de la gente», señala Seminara. «Federer tiene una privacidad tal que la gente no le molesta, pero la prensa le da una cobertura muy meticulosa».
¿Retirarse en Basilea?
La voz que falta en el libro es la del propio Federer. Seminara cuenta que coincidió una vez brevemente con el deportista en un torneo y que otra le hizo algunas preguntas, como reportero, después de que Federer ganara por décima vez el Indoors de Basilea en 2019. Una entrevista cara a cara nunca formó realmente parte del plan.
«Me sorprendió que para un país que valora tanto la privacidad fuera tan fácil averiguar las transacciones inmobiliarias de la gente»
«Quería que [el libro] fuera la peregrinación de un fan y no una biografía no autorizada», dice. «Quería que fuera la experiencia de un verdadero aficionado».
Si Seminara pudiera sentarse con Federer, querría saber lo que todo aficionado desea conocer: «¿Cuánto tiempo más vamos a poder disfrutar del privilegio de verle jugar al tenis?»
¿Cuándo colgará Federer la raqueta? «Espero que no sea pronto», responde Seminara, pero cuando llegue el momento, cree que el último torneo de Federer será el Swiss IndoorsEnlace externo. La edición de este año está prevista para la última semana de octubre.
«Es un torneo muy especial para él, aunque no sea uno de los más importantes del mundo», dice Seminara. «Fue recogepelotas en ese torneo. Su madre, Lynette, trabajó como voluntaria en el torneo. Está a cinco minutos de donde él creció. Cuando se retire, creo que será allí, en casa».
«A Fan’s Pilgrimage across 7 Swiss Cantons in 10 Acts» salió a la venta en Estados Unidos el 2 de marzo y ya está disponible en las librerías suizas.
Traducción del inglés: Carla Wolff
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