Vídeos de marinos suizos inspiran una exposición de arte
Podría parecer un sinsentido hablar de una marina mercante activa en un país sin litoral, pero Suiza se enorgullece profundamente de su flota en altamar. El reciente descubrimiento de imágenes de filmes de marineros suizos generadas en la década de 1960 ha inspirado una exposición en Zúrich que explora algunos de los problemas contemporáneos más acuciantes en relación con el mar.
Este contenido fue publicado en
6 minutos
Cineasta italiano, criado en África, considera que ahora su hogar es Suiza. Carlo estudió dirección de cine en la Escuela Nacional de Cine de Italia, trabajó como editor documental y director/productor en Berlín y Viena. Desarrolla multimedia en el marco de atractivas narrativas.
Nacido en São Paulo, Brasil, redactor del departamento portugués y responsable en swissinfo.ch de Culture beat. Posee sendos grados en Cine y Negocios y Economía. Trabajó en Folha de S. Paulo, uno de los principales diarios de Brasil, antes de trasladarse a Suiza en 2000 como corresponsal internacional para varios medios brasileños. Con sede en Zúrich, Simantob ha trabajado en distintos medios impresos y digitales, ha participado en coproducciones internacionales de documentales, artes visuales (3ª Bienal de Bahía; Museo Johann Jacobs / Zúrich), y fue profesor invitado en Transmedia Storytelling en la Universidad de Artes y Ciencias Aplicadas de Lucerna (HSLU - Camera Arts, 2013-17).
La vasta extensión del mar y la promesa de libertad que genera llevaron a Ernst Christinger, un joven suizo que apenas había alcanzado la mayoría de edad, a abandonar su pueblo de Azmoos para convertirse en marinero a finales de la década de 1950.
Durante los siguientes 15 años, Ernst Christinger viajó por mundo a bordo del MS Basilea, uno de los barcos comerciales con bandera suiza más icónicos.
Ernst y sus compañeros de tripulación documentaron su vida en el mar con cámaras Super8 adquiridas a precio de ganga durante una escala en el puerto de Hong Kong. Fue su hijo, Damian, quien halló estas películas y un gran tesoro personal conformado por documentos, postales y fotos tras la muerte de su padre.
A medida que escaneaba estos materiales, crecía el valor sentimental que Damian Christinger le otorgaba a este patrimonio que arrojaba luz sobre la vida de Ernst durante su juventud.
Que Suiza, una nación sin litoral, posea una marina mercante puede sonar paradójico. Pero, como curador, Damian encontró que estas películas ofrecían la oportunidad de conocer en profundidad una parte casi inédita de la historia de Suiza.
Así que se puso manos a la obra y estableció un acuerdo con Roger Buergel, director del Museo Johann Jacobs de Zúrich, y la investigadora Bettina Schuler, para potenciar el alcance de estos materiales, convirtiéndolos en una exposición titulada “Un barco no vendrá”. Un trabajo de equipo que ofrece una profunda reflexión sobre algunos de los temas contemporáneos más importantes de la vida en el mar.
El proyecto cayó en estupendas manos porque fue Buergel, el responsable de renovar el antiguo Kaffeemuseum (Museo del Café) de Zúrich para convertirlo en el actual Museo Jacobs, un singular laboratorio dedicado a la exploración de rutas comerciales y asuntos globales que interactúan con el arte, la ciencia, la sociedad y la investigación.
Una forma de escapar de la sociedad
La marina mercante solía destacar en el imaginario de los jóvenes inquietos, como Ernst, explica Damian. Había limitadas perspectivas de carreras y de futuro y la vida social era rígida en los pueblos y valles, así que el mar les ofrecía una vida alternativa y libre.
Esta exposición no es una retrospectiva histórica formal. De hecho, le tienen sin cuidado las narrativas nacionales de carácter tradicional. Las grabaciones originales de Christinger conviven con una cuidadosa selección de obras de arte y vídeos de talentosos artistas contemporáneos como Adnan Softic o el dúo suizo-brasileño Dias & RiedwegEnlace externo, evidenciando la importancia de Suiza como potencia comercial durante los últimos siglos.
Por ejemplo, la exposición deja claro que el comercio de esclavos provenientes de las Américas era una actividad en la que participaban activamente las empresas, banqueros y comerciantes suizos. A pesar de la neutralidad de Suiza, algunos de sus empresarios se beneficiaron enormemente de las oportunidades comerciales que abrieron las potencias coloniales, lo cual llevó a una acumulación de capital que aún hace del pequeño país alpino un actor protagónico de la economía global.
Mostrar más
Mostrar más
Suiza, el discreto gigante del shipping
Este contenido fue publicado en
Silenciosa, casi de puntillas, Suiza se convirtió en el siglo XXI en un centro neurálgico para el comercio internacional de materias primas. La explicación lleva por nombre Ginebra, que “ha sido capaz de ofrecer una red que integra simultáneamente sociedades de trading, banca, seguros, shipping y de control de calidad”. Es lo que señala a…
Damian Christinger asegura que una sola vez vio llorar a su padre: fue cuando llegaron a una playa de Grecia durante unas vacaciones. Después de un largo tiempo alejado del mar, Ernst se reencontró con esa vasta extensión y le declaró su «amor eterno».
Pero no todo el mundo siente el mismo amor por el mar. Buergel, el exdirector artístico de la prestigiosa feria Documenta XIIEnlace externo (2007) de Kassel (Alemania) convirtió las imágenes desenterradas por Christinger en más que una exhibición sentimental de tiempos pasados. Hizo de ellas una herramienta para explorar temas más amplios.
Los curadores decidieron contrastar esa nostalgia romántica con la experiencia de millones de personas para quienes el mar no tiene el mismo significado que para Ernst, porque son inmigrantes o porque su vida corre peligro debido al mar.
La exposición pone también su mirada sobre millones de refugiados que desafían las aguas buscando un refugio desconocido lejos del asesinato, el saqueo o la indigencia; y a los trabajadores de los grandes astilleros de los puertos de India y Paquistán, que asumiendo un gran riesgo personal desmontan barcos para convertirlos en chatarra.
El título de la exposición («Un barco no vendrá»), le resta importancia a la imagen tradicional que tenemos de que un barco siempre es presagio de esperanza. Según Buergel, la exposición está dedicada a los “viajes por mar con un resultado incierto, lo que no significa, por supuesto, que dicho resultado deba ser catastrófico”.
Más allá de la exposición
Como actividad paralela a la exposición, el museo ha previsto una serie de charlas públicas.
Estas exploran la imaginación humana y su relación con el mar. El mar es tierra fértil para la invención de todo tipo de monstruos marinos, tropos y metáforas para el respeto y temor que inspira estar en alta mar. Los diseños cartográficos cuentan historias de la vida real ocultas en los diagramas y en los símbolos.
El fotógrafo y cineasta italiano Armin Linke reflexiona sobre asuntos más mundanos y tediosos como el desarrollo de un código legal internacional de los mares, donde los abogados y legisladores se enfrentan a la pregunta de si el mar, y cualquier otra entidad no humana, merece representación legal. También analiza los asuntos legales, ecológicos y económicos relacionados con la minería en aguas profundas.
Nota importante: debido a la crisis del coronavirus, la exposición y las charlas públicas previstas se han cancelado hasta nuevo aviso. Pero los organizadores dijeron que el museo podría extender el espectáculo más allá de su fecha de cierre (programada en mayo) y recomendaron a los visitantes explorar el sitio web Enlace externodel Museo Johann Jacobs.
Mostrar más
Mostrar más
La marina suiza sopla sus 75 velas
Este contenido fue publicado en
Llevan el nombre de personajes famosos como ‘General Guisan’, o de montañas suizas, ‘Cervino’, ‘Monte Rosa’ o ‘Moléson’. Buques de carga con el pabellón rojo y la cruz blanca ondeando en la popa surcan los mares de todo el mundo. Y, aunque la mayoría de las embarcaciones comerciales alemanas, francesas o españolas navegan desde tiempo…
Si quiere iniciar una conversación sobre un tema planteado en este artículo o quiere informar de errores factuales, envíenos un correo electrónico a spanish@swissinfo.ch.
Leer más
Mostrar más
Los barcos suizos se protegen frente a los piratas
Este contenido fue publicado en
El ‘Glarus’ surca los mares desde 2001 y nunca había padecido un percance similar. Según el propietario, la empresa Massoel Shipping de Ginebra, el buque –con una capacidad de 46 500 toneladas– transportaba trigo desde Lagos hasta Port Harcourt, al sur de Nigeria. Un grupo de piratas, utilizando escaleras, consiguió llegar al puente por la…
La tormenta azota una flota acostumbrada a la mar en calma
Este contenido fue publicado en
El trasporte de mercancías jamás ha sido el objetivo de la flota suiza en alta mar. Desde el inicio fue concebida como una suerte de seguro para el país.
Este contenido fue publicado en
Llevan el nombre de personajes famosos como ‘General Guisan’, o de montañas suizas, ‘Cervino’, ‘Monte Rosa’ o ‘Moléson’. Buques de carga con el pabellón rojo y la cruz blanca ondeando en la popa surcan los mares de todo el mundo. Y, aunque la mayoría de las embarcaciones comerciales alemanas, francesas o españolas navegan desde tiempo…
Este contenido fue publicado en
La flota mercante suiza, cuyo puerto nacional es Basilea aunque sus barcos jamás navegan a la vista del suelo suizo, se fundó en 1941 cuando la guerra se intensificaba y resultaba de suma importancia hallar nuevos caminos para asegurar que los suministros económicos esenciales llegaran a Suiza. Hoy, los citados navíos contribuyen con una fracción…
Puede encontrar todos nuestros debates aquí y participar en las discusiones.
Si quiere iniciar una conversación sobre un tema planteado en este artículo o quiere informar de errores factuales, envíenos un correo electrónico a spanish@swissinfo.ch.