Un ‘secondo’ postula al Parlamento de Suiza
Roberto Rodríguez es uno de los inmigrantes de segunda generación que busca obtener un escaño en el Consejo Nacional, la cámara baja de la Asamblea Federal.
Este ‘secondo’, hijo de trabajadores españoles, se ha propuesto ‘dar una voz’ al millón y medio de personas que «no tiene derechos políticos porque son inmigrantes o nacieron en este país como extranjeros».
La política sedujo a Rodríguez a los 18 años. Hoy, a los 41, se lanza a la arena política nacional con consignas como «Por igualdad de oportunidades y más puestos de aprendizaje» o «Basta de ‘fabricantes’ de suizos», en abierta crítica a «procedimientos de naturalización intransparentes» y en alusión a la exitosa película ‘Die Schweizermacher’.
«Las decisiones arbitrarias son antidemocráticas. Lucho por procedimientos de naturalización justos, igualdad de oportunidades y derechos políticos para todos», afirma Rodríguez, quien nació en Aarau y se naturalizó suizo «hace tres años, gracias a una «rápida» burocracia. Viví 38 años como extranjero en el país de mi nacimiento».
Rodríguez no quiere hablar de ‘lo bueno’ o ‘lo malo’ de Suiza, sólo enfatiza que forma parte de este país. «La gente que nace en otros países automáticamente tiene derechos políticos. Aquí se crean extranjeros artificialmente sino, ¿en qué parte del mundo se encuentra hasta una cuarta generación de inmigrantes que no tiene la nacionalidad del país en el que reside?».
Según él, ésta es la razón por la que Suiza tiene 21% de extranjeros.
Jóvenes inmigrantes, prioritarios en su agenda
«De los 80.000 jóvenes que terminan la escuela obligatoria, 20.000, casi todos extranjeros, no encuentran un puesto de aprendizaje», denuncia Rodríguez, basándose en un estudio del Proyecto Nacional de Investigación (2002-2005) que analizó a 5.000 de esos jóvenes y concluyó que dos años después de acabar la escuela, 8% de ellos seguía sin perspectivas laborales».
«Lo que tienen en común es la discriminación; no tienen las mismas oportunidades que alguien que se llama Müller o Meier. Y aún entre los ‘secondos’ hay escalas y diferencias. Un ‘García’ tiene mayores posibilidades que alguien cuyo apellido termina en ‘ic».
Tampoco la tercera generación de inmigrantes, incluyendo a los italianos, tiene las mismas oportunidades que los suizos para acceder a la formación, insiste el político. Los casos de académicos extranjeros son para él ejemplos aislados.
En los años 70, el movimiento de trabajadores inmigrantes, conformado mayormente por italianos, españoles y turcos, marcó tempranamente a Rodríguez. «En Suiza, durante muchos años, estaba prohibido que un extranjero hiciera críticas públicas, lo que llevó a los inmigrantes a buscar coberturas y así llegaron al Partido Socialista (PS). A mediados de los años 80, en promociones culturales, podíamos expresar lo que pensábamos y formar parte de un grupo con derechos políticos».
Un europeo ‘sin papeles’ en los Estados Unidos
Posteriormente, la búsqueda de nuevos desafíos llevó a Rodríguez a Los Angeles, donde vivió sin tener permiso de residencia.
«Un blanco es tratado de otra manera que un asiático o un ‘latino’, aun cuando unos y otros sean ‘sin papeles’. Trabajaba en un hotel y arreglaba los papeles de mexicanos que buscaban empleo. Yo era también un indocumentado, pero nadie pensaba que podía serlo. Conozco lo que se puede sufrir por la apariencia», refiere.
De vuelta a Suiza, este representante de un partido en general opuesto a la liberalización, fundó una empresa de alimentos aprovechando la apertura en el mercado de la gastronomía.
Poco después, Rodríguez volvió a la política, pese a que sabía lo difícil que es compatibilizarla con sus funciones como padre de familia y empresario. «Con lo que se gana en la política en Suiza no se puede mantener a una familia, son cargos honoríficos. No existe una ley que defina lo que es un partido político; somos asociaciones, en consecuencia, no tenemos financiación por parte del Estado».
La izquierda suiza frente a los inmigrantes
Respecto a la crítica de que también falta igualdad de oportunidades entre suizos e inmigrantes dentro de la izquierda suiza, Rodríguez advierte que hay que distinguir entre las estructuras internas de un partido, con puestos pagados, y sus representantes públicos.
«El PS tiene empleados inmigrantes en puestos de decisión, prácticamente en todas las secciones cantonales. Pero es verdad que el PS se echa un poco para atrás en el momento decisivo de nominar a personas en puestos de salida».
Tienen razón cuando dicen que la inmigración cocinó para la izquierda suiza, reconoce este político. «Ahora empiezan los cambios. En el Parlamento de la ciudad de Zúrich, de los 45 diputados del PS, 8 son ‘secondos’. Algo similar ocurre en Basilea o Neuchâtel», indica el candidato a legislador por Zúrich del PS y al mismo tiempo empleado de ese partido en Aarau.
Los problemas se concentran en la Suiza germanófona
Según el Ministro suizo de Justicia Christoph Blocher, el idioma es la clave en la integración de los extranjeros. ¿En qué medida contribuyó el dominio del dialecto en la carrera política de Rodríguez? «A nivel local no es relevante. De los 8 diputados ‘secondos’ en Zúrich, 3 no hablan el dialecto, sino alemán alto con acento fuerte, pero ello no es problema.»
Los supuestos problemas alrededor de la inmigración se concentran sobre todo en la Suiza de habla alemana, lo que se explica también por la fuerte presencia en esta zona de la Unión Democrática del Centro (UDC, partido conservador), agrega el socialista.
«Participación es también asumir responsabilidades», dice finalmente Rodríguez, quien confía en llegar a la Asamblea Federal gracias a su «fundamento socialdemocrático estable y a valores como la solidaridad, la justicia y la igualdad de oportunidades».
swissinfo, Rosa Amelia Fierro
El 21 de octubre es la fecha más importante en el calendario político suizo. Ese domingo definen los electores a los nuevos integrantes del Parlamento de Suiza.
Después de la Unión Democrática del Centro (UDC), que obtuvo el 26,7% de los sufragios en 2003, el Partido Socialista (PS) alcanzó el segundo puesto con 23,3%.
El Partido Liberal (PLS) logró el 17,3% de los votos, el Demócrata Cristiano (PDC), el 14% y los Verdes, el 7,4%.
El décimo en la lista del Partido Socialista de Zúrich para obtener un escaño en el Consejo Nacional nació en Aarau hace 41 años.
En esa ciudad se conocieron sus padres, ella de Burgos y él de Madrid, quienes, ante la falta de perspectivas en su país, emigraron a Suiza en busca de trabajo.
Él creció en Schönenwerd, un pueblo entre Olten y Aarau. Tiene un hermano, Arturo, que vive en Olten y es empleado administrativo.
Al acabar la secundaria, hizo un aprendizaje como diseñador de obras públicas. Después aprendió el oficio de albañil.
Al mismo tiempo impartió cursos en italiano y en español en el Instituto de Formación Profesional, Actualización e Investigación (ECAP), una de las instituciones de formación de adultos más importantes de Suiza y cuyos alumnos son sobre todo inmigrantes.
A su regreso de los Estados Unidos se estableció en Zúrich y estudió Informática y Organización.
Rodríguez está casado con Bárbara, una ciudadana de Liechtenstein y tiene un hijo, Iván, de dos años.
En las elecciones de hace 4 años, el PS del cantón de Zúrich alcanzó 10 de 34 escaños del parlamento cantonal, también con el apoyo de Second@s Liste.
Desde hace un año es secretario político del PS en el cantón de Argovia.
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