Un surrealista de las pesadillas modernas
Infancia idílica
swissinfo visitó a este Hieronymus Bosch de nuestros días, considerado como «uno de los visionarios más originales del arte de finales del siglo XX», en su domicilio de Zúrich para hablar de sus primeras influencias y la nueva exposición.
La placa con la inscripción ‘¡Cuidado con el perro! en el portal de la casa del maestro suizo del horror tiene algo siniestro. De repente, la puerta se abre, un gato asoma la nariz furtivamente y un señor mayor, con el pelo blanco y vestido de negro, nos invita a pasar.
«Disculpe el desorden. Es que para esta exposición hemos recibido a muchos invitados», señala Giger, moviendo a un lado unos libros apilados en su escritorio y unos vasos vacíos. De las paredes cuelgan sus llamativos diseños realizados con aerógrafo. Nos sentamos en una de sus sillas ‘Harkonnen’, en forma de esqueleto.
El Museo de Arte de los Grisones, en Coira – la ciudad natal de Giger – presenta actualmente una retrospectiva dedicada a sus primeros trabajos, de 1961 a 1976, antes de que el artista se viera en el foco de los reflectores por su colaboración en ‘Alien’, filme de Ridley Scott.
Los curadores del museo quieren, ante todo, mostrar que las obras de la estrella no se limitan a los monstruos del espacio premiados con un Oscar.
«Las primeras creaciones de Giger anticipan sus trabajos posteriores», afirma Beat Stutzer, director del Museo de Arte de Coira.
«Con su realismo fantástico se aseguró una posición independiente y no conformista en el mundo del arte. Sin embargo, se subestiman el contenido artístico y el alcance de sus trabajos».
Una opinión que comparte también Clive Barker, leyenda viva de las películas de horror. «Afirmar que Giger es el artista de ‘Alien’ es como decir que Miguel Ángel es sólo el escenógrafo del filme ‘El tormento y el éxtasis’.
La exposición presenta óleos sobre lienzo, esculturas y dibujos en tinta china de Giger, al lado de los trabajos de artistas como Francisco José de Goya y Giovanni Battista Piranesi.
Esto sitúa la obra de Giger en una pequeña «historia del arte del horror», agrega Stutzer.
La infancia de Giger fue «magnífica» y «llena de misterios y lugares románticos», sostiene el propio artista.
¿A qué se debe que el joven Hansruedi, hijo de un farmacéutico, desarrollase semejante fascinación por todo lo tenebroso y extraño?
«Los lugares que más me gustaban eran los oscuros», explica Giger. «Llevo ropa negra desde que empecé a vestirme solo».
A la edad de ocho años tuvo «una experiencia de las más intensas» de su vida cuando admiró, por primera vez, una momia y un sarcófago egipcio en un museo de Coira. «Muchas veces, el domingo por la mañana iba solo al museo», recuerda.
De joven le encantaba enseñar a sus compañeros su tren fantasma, creado por él. Posteriormente, Giger descubriría el jazz, que tocaba a menudo con los amigos en su «habitación oscura».
Pese a una infancia idílica, Giger se describe como «un pésimo estudiante». Así, después de descubrir su talento para el diseño, sus padres le animaron a emprender estudios de diseño industrial en la Escuela de Artes Aplicadas de Zúrich.
Pesadillas nocturnas
Al ingresar en la Escuela de Arte, se le abren nuevos horizontes: Giger descubre a Sigmund Freud y comienza a escribir un diario en el que anota todos sus sueños. Más adelante sufre pesadillas nocturnas y muchas de sus criaturas están inspiradas en estos sueños.
Las obras de Giger, sin embargo, no están influenciadas sólo por las pesadillas, sino por toda una serie de problemáticas y miedos propios a la sociedad contemporánea: riesgos ligados a la genética, sobrepoblación, carrera armamentísta durante la Guerra Fría, desarrollo de la robótica…
«También la muerte y el erotismo han sido siempre elementos importantes en mi obra», puntualiza.
Entre los artistas que le influenciaron desde el inicio, Giger cita a Ernst Fuchs y Salvador Dalí, personajes que tuvo ocasión de conocer.
Durante los años 70 afina su técnica con el aerógrafo – «un instrumento perfecto para las obras surrealistas» – creando paisajes de pesadilla monocromos y criaturas biomecánicas extrañas, una mezcla de cuerpos humanos y máquinas.
La exposición en el Museo de Arte de Coira abarca las obras hasta 1976, antes de que Giger se convirtiera en una estrella internacional gracias a ‘Alien’, un filme del que el artista dice «estar cansado de hablar».
Desde entones Giger ha dejado de lado las aerografías. Hoy, además de ocuparse de su museo La Gruyère, sigue dibujando y firma proyectos maravillosos y estrambóticos, desde guitarras de rock hasta rascaespaldas Alien.
«No puedo estar sin hacer nada», explica el maestro del horror, de 67 años.
swissinfo, Simon Bradley, Zúrich
(Traducción: Belén Couceiro)
Hansruedi Giger nace en Coira, en el cantón de los Grisones, el 5 de febrero de 1940.
Estudia arquitectura y diseño industrial en la Escuela de Artes Aplicadas de Zúrich.
En 1966 comienza a trabajar como arquitecto de interior. Dos años después se dedica exclusivamente a la creación artística.
En 1978 Ridley Scott lo contrata para participar en el proyecto ‘Alien’. Giger diseña la mayor parte de las criaturas y escenografías, por las que es galardonado con dos Oscar.
La exposición ‘HR Giger – Las obras antes de Alien, 1961-1976’, en el Museo de Arte de los Grisones, en Coira, se inauguró el 30 de junio y permanecerá abierta hasta el 9 de septiembre de 2007.
El museo está abierto de martes a domingo, de las 10.00 a las 17.00 horas.
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