Una suiza que se atreve con el tango
La cantante Andra Borlo ha presentado en Argentina su último disco 'Pieces of Buenos Aires', en el que fusiona diferentes ritmos con aires de bossa, blues y tango.
Es politóloga y militante por los derechos humanos, y durante dos años atravesó el continente americano desde Alaska hasta Ushuaia. Hoy reparte su vida entre Buenos Aires y Lucerna.
Cosmopolita, trotamundos, bella y con una voz tan potente como áspera y sexy. Tres atributos para la mujer y tres para la artista resultan ‘apenas’ suficientes para presentar a esta suiza nacida en Chicago y criada en Lucerna, que se atreve con el tango, el soul, el pop y el rock en los escenarios de Buenos Aires.
«Soy muy suiza y muy latina»
Andra Borlo es un torbellino. No para de hablar, mueve los brazos y ríe fuerte. A máxima velocidad cuenta a swissinfo que es hija de un suizo y una alemana, «nacida por casualidad» en Chicago, y que su excelente castellano se lo debe al «viaje largo de dos años» que emprendió a los 24, desde Alaska hasta Ushuaia.
«Tomé un curso de español en Guatemala y lo fui perfeccionando en cada país que visitaba. En ese viaje no sólo enriquecí mi música y me zambullí en los distintos ritmos latinos, sino que además la experiencia de mi contacto con cada sociedad, me llevó a estudiar Ciencias Políticas y Derechos Humanos cuando volví a Suiza».
A sus cuarenta años se reconoce a la vez «muy suiza y muy latina», y ahora podría decirse que también es «casi porteña». En pareja con el músico argentino Carlos Ramírez, reparte su vida entre Lucerna y Buenos Aires.
En enero de 2008 Andra produjo y grabó su segundo disco ‘Pieces of Buenos Aires’, un CD con once canciones de su autoría, en una combinación instrumental que fusiona estilos y formas, acompañada por grandes músicos argentinos.
Su primera obra la hizo en 2006 contratada por Universal Music con su álbum ‘New York Diary’, realizando con gran repercusión giras por Europa y Norteamérica.
‘Pieces of Buenos Aires’
Parafraseando el tango ‘Los mareados’, de Enrique Cadícamo, podría decirse que el nuevo disco de Andra es «raro, como encendido…». Sonidos del pop alternativo, con vestigios de blues, gipsy swing y folk se conjugan exquisitamente con acordes del dos por cuatro y acompañan de manera perfecta la voz apasionada de la artista suiza.
Flanqueada por figuras argentinas de la talla de Walter Ríos (bandoneón), Fernando Samalea (batería), Paul Dourge (bajo fretless), Fernando Kabusacki (guitarra), Santiago Castellani (trombón), Alejandro Terán (viola) y el suizo Beni Mosele (piano), Andra Borlo cuenta historias de amor, canta tangos en inglés y logra crear la magia.
Con recreaciones autobiográficas, las letras de sus canciones sobrevuelan los barrios porteños y prometen finales felices.
El azar y la música
La vida de Andra está llena de anécdotas. La primera que recuerda es cuando en la escuela no pudo elegir música porque tenía la voz tan grave que un médico le desaconsejó cantar.
La segunda, ya más cercana, cuando a los 20 años tenía un novio suizo que estaba preso por negarse a hacer el servicio militar. Andra consiguió que un vecino frente a la cárcel le permitiera hablar a su amado de ventana a ventana.
Y el compañero de celda, que era músico, le dijo: «¡Que voz tiene tu novia! Dile que cuando yo salga de acá la voy a llamar para que hagamos un grupo musical».
Con él formó su primera banda. Tocaban blues y rock en los bares de Berna, mientras estudiaba Ciencias Políticas. Andra recuerda que entonces hacían temas de Jimi Hendrix y Janis Joplin.
En el «viaje largo» rumbo a Ushuaia conoció a Diego Frenkel en un hostal de la provincia de Neuquén (Patagonia argentina). Tocaba con él por las noches, sin saber que era nada menos que el líder de la famosa banda ‘La Portuaria’.
Sus dos pasiones
La artista aprendió a combinar sus dos pasiones. Su amor por la música y el énfasis que pone en su carrera le sirven para subir los derechos humanos a escena. Es activista de Amnesty Internacional y reconoce que aprovecha cada espacio en los medios para hablar sobre temas como la pena de muerte y el racismo.
Asegura que está feliz en Suiza porque a medida que recorrió el mundo notó que en su país todavía se respetan los derechos humanos, aunque sí le preocupa el avance de la derecha nacionalista, la Unión Democrática del Centro (UDC):
«Recuerdo que cuando apareció el famoso cartel de campaña de la UDC con las ovejas blancas pateando a una oveja negra, yo pensé que la gente iba a reaccionar y no los iba a votar nadie. Sin embargo, sucedió todo lo contrario. Por eso creo que siempre hay que estar atentos al racismo y a esos mensajes».
swissinfo, Norma Domínguez, Buenos Aires
Hija de un suizo y una alemana nació en 1968 en Chicago (EEUU) y se crió en Lucerna.
Estudió Ciencias Políticas y Derechos Humanos, y es militante activa de Amnesty International.
Comenzó su carrera de cantante a los 20 años.
En 2006 grabó en Nueva York, con el sello de Universal Music, su álbum ‘New York Diary’.
En 2008 produjo y grabó con los Estudios ION ‘Pieces of Buenos Aires’.
Actualmente vive entre Lucerna y Buenos Aires.
Su pareja sentimental es el músico argentino Carlos Ramírez.
Un disco con 11 canciones de su autoría, en una combinacion instrumental que fusiona estilos y formas, acompañada por los músicos:
Walter Ríos (bandoneón), Fernando Samalea (batería), Paul Dourge (bajo fretless), Fernando Kabusacki (guitarra), Santiago Castellani (trombón), Alejandro Terán (viola) y el suizo Beni Mosele (piano).
En cumplimiento de los estándares JTI
Mostrar más: SWI swissinfo.ch, certificado por la JTI
Puede encontrar todos nuestros debates aquí y participar en las discusiones.
Si quiere iniciar una conversación sobre un tema planteado en este artículo o quiere informar de errores factuales, envíenos un correo electrónico a spanish@swissinfo.ch.