Una torre de vidrio y acero en los Alpes
Una torre de 105 metros, concebida por los arquitectos Herzog & De Meuron, deberá erigirse en la estación turística invernal de Davos, en el cantón de los Grisones.
El espectacular proyecto, apoyado por la ciudadanía y las autoridades locales, también ha provocado la oposición de algunos.
Suiza nunca ha cedido a la moda de la construcción de rascacielos y otras edificaciones vertiginosas. Como si en el territorio helvético los Alpes tuviesen la exclusividad de la altura.
Incluso en el corazón de los centros urbanos, las torres de cemento son raras. El ejemplo de la ciudad de Zúrich es revelador. Pese a poseer la tasa de población más alta de Suiza, sólo 150 de sus edificios miden más de 25 metros.
Nueva tendencia
Sin embargo, una nueva tendencia aparece. Desde hace algunos años, los proyectos de edificios en forma de torres se multiplican. Incluso se habla de la construcción de un gigantesco edificio de vidrio y acero en el corazón de los Alpes. Un proyecto pensado para la estación de esquí de Davos, en medio del bello paisaje alpino y boscoso del Schatzalp.
Esta torre cilíndrica de 105 metros de altura se convertiría en la más alta de Suiza, junto con la ‘Messeturm’, el centro de ferias de la ciudad de Basilea, inaugurado hace tres años.
Abrogación legislativa
La mayor parte de la construcción ha sido reservada para elegantes departamentos, cuyo costo de venta debe poder financiar el proyecto de renovación del hotel Schatzalp.
Esa joya histórica del turismo local se encontraría al pie del proyecto arquitectónico de Jacques Herzog y Pierre de Meuron.
Este concepto colosal ha seducido a la población de Davos. En 1994, los habitantes de esa estación alpina del cantón de los Grisones aprobaron una modificación de la ley sobre el territorio, para permitir la construcción de este edificio.
De esta forma fue abrogada la prohibición de construir sobre la falda de la montaña que resguarda al famoso pueblo.
En la ciudad y no en la montaña
Pero no todo el mundo está de acuerdo. La Fundación Suiza para la Protección del Paisaje (FP) se opone al proyecto en ese punto. En su opinión, si ese tipo de edificios deben ser erigidos, su lugar es en las ciudades y no en la montaña.
«No es una oposición de principio en contra de los rascacielos. Hay que admitir que ese modo arquitectónico requiere menos terreno. Sin embargo, se trata de un inmueble de estructura típicamente urbana que, por consiguiente, tiene su lugar en el contexto urbano», afirma Raimund Rodewald, presidente de esa fundación.
Evitar que se sienten precedentes
La FP teme especialmente que ese precedente abra el camino a otras construcciones de mastodontes arquitectónicos en las zonas naturales de los Alpes. Un hotel de una altura de 60 metros ya se ha planeado en el pico del Cervino, en Zermatt.
«El principio de integración de las construcciones en el entorno natural ha prevalecido siempre en Suiza», puntualiza Rodewald.
A su juicio, «una torre como la planeada en Davos contrasta de forma abrupta con la naturaleza del entorno. Se trata, por consecuencia, de un cambio de valor absolutamente inaceptable desde nuestro punto de vista».
Envergadura internacional
Una visión que no comparten los precursores del proyecto diseñado por Herzog & De Meuron.
Estos dos creadores basilenses han dejado su sello en proyectos arquitectónicos de envergadura internacional en las cuatro esquinas del planeta.
«Efectivamente se trata de una intervención masiva en el corazón de la naturaleza del paisaje alpino, pero recordemos que después del advenimiento del turismo en los Alpes, hace un siglo, esta industria ha dado origen a edificaciones importantes», recuerda Köbi Gantenbein, redactor en jefe de la revista de arquitectura ‘Hochparterre’.
«Construir en las montañas ha prevalecido como sinónimo de destrucción. Hace un siglo, la creación de una línea ferroviaria rética fue considerada como una tremenda intervención en los Alpes grisones. Ahora se busca que ingrese en la lista del patrimonio mundial de la humanidad de la UNESCO.»
Köbi Gantenbein subraya además que «Davos y el cantón de los Grisones requieren de emblemas fuertes para difundir su imagen turística y la Torre de Schatzalp está destinada a convertirse en un verdadero símbolo para esa región».
Carta blanca
Para Raimund Rodewald se trata, sobre todo, «de una tendencia a colocar ese tipo de proyectos por las nubes por la simple razón de haber sido concebidos por arquitectos de prestigio como Jacques Herzog y Pierre de Meuron.»
«Incluso el gobierno grisón ha dado ya prácticamente carta blanca al proyecto. Se parte de la idea de que esos arquitectos no requieren de una línea de conducta; sus habilidades les otorgan de antemano la consideración de que realizarán algo bueno.»
Los opositores también critican el uso previsto para la torre de Schatzalp.
Los departamentos, también conocidas como residencias secundarias, están ocupadas durante un periodo restringido, por lo que su impacto socio-económico y medioambiental puede ser negativo.
Un bello estuche
El director de la Fundación Suiza para la Protección del Paisaje subraya: «El estuche es bello y moderno, pero el contenido planeado es totalmente anacrónico. La construcción de nuevas residencias secundarias en las montañas ya no tiene sentido en la actualidad.»
«Suiza, como Mónaco y Luxemburgo, cuenta con una de las tasas más elevadas de residencias secundarias en Europa», concluye Raimund Rodewald.
swissinfo, Armando Mombelli
El despacho de arquitectos Herzog & De Meuron es uno de los más renombrados a escala internacional. En 2001 obtuvo el premio Pritzker, considerado como el Nobel de la arquitectura.
Entre las obras realizadas por este dúo de arquitectos basilenses figuran la Tate Gallery de Londres (2000), el Museo de Young en San Francisco (2005) o el estadio de la Arena de Múnich (2005).
Herzog & De Meuron dirigen actualmente cerca de 200 proyectos en el mundo, entre ellos, el Estadio Olímpico de Pekín (2008).
La estación alpina de Davos se desarrolló a finales del siglo XIX con la construcción de sanatorios destinados a pacientes con patologías respiratorias.
Un sanatorio también fue instalado en la terraza del Schatzalp, a 300 metros de altura sobre la estación grisona.
Ese sitio fue transformado en hotel hace cincuenta años, cuando Davos se convirtió en un apreciado centro de los deportes invernales.
Davos, que cuenta con 13.000 habitantes, es la ciudad alpina más alta de Europa, situada a 1.560 metros sobre el nivel del mar.
Ese centro turístico recibe desde hace treinta años al Foro Económico Mundial.
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