«Basilea era una fiesta…»
¡Y qué fiesta! No la de Hemingway, pero sí la de Desirée Meiser, la de Gualtiero Dazzi, de José Areán y de una pléyade de artistas suizos y mexicanos que llevaron a un público entusiasmado 'Más Acá del Más Allá'.
Merced a diversos patricinadores, como Pro Helvetia, el primer festival de su género en Suiza reunió a orillas del Rin a vivos y muertos en un derroche de cultura.
«Una civilización que niega la muerte, niega la vida», las palabras de Octavio Paz resonaron en el auditorio del Museo de las Culturas de la Ciudad de Basilea donde se llevó a cabo la ceremonia de apertura del Festival ‘Más Acá del Más Allá’, y donde, dicho sea de paso, no cabía una sola alma más. De hecho, muchas personas debieron quedarse afuera.
Y es que, convocados por los tambores y los metales de las ‘Pompas Fúnebres’, insólito binomio de la Banda Filarmónica del Cecam (Oaxaca) y la U Brass beider Basel, que recorrieron las arterias del corazón de la ciudad hasta la sede del Museo, centenares de paseantes acudieron al «llamado de los muertos».
Inusitada comitiva en ese ¿último? sábado de otoño, casi de estío, que llenó las calles con la alegría de sus acordes y la vivacidad de sus colores. Sorprendida, fascinada, la gente seguía a los músicos, a los jóvenes oaxaqueños -ataviados a la usanza indígena-, en sintonía con los artistas locales. Espectáculo inopinado de Hamelin en la ciudad suiza de orillas del Rin, a la sazón, pletórica de ferias:
«Basilea era una fiesta».
Pro Helvetia: simpatía por México
La respuesta es enorme… «En efecto, hay mucha gente. Es un tema interesante y además hay mucha simpatía por México y por la cultura mexicana». Mario Annoni, responsable de Pro Helvetia, la entidad encargada de la difusión cultural en Suiza, comenta a swissinfo sus impresiones sobre el festival.
«Es un gran acontecimiento cultural para nosotros porque pone en relación dos culturas, la cultura mexicana y la cultura suiza, sobre un evento muy particular que es el culto a los muertos».
En efecto, acuñada hace dos años durante la primera visita de Desirée Meiser a México, la idea de abrir un diálogo entre las culturas de ambos países cobró forma en el rubro de la muerte (En más sobre el tema ‘Más Acá del Más Allá’).
«El enfoque multicultural del festival nos da la oportunidad a nosotros, suizos, de reflexionar acerca de temas que son abordados de otra manera, por otra cultura. Es una perspectiva interesante», añade el titular de Pro Helvetia, patrocinadora principal del evento.
Más allá del intercambio cultural
Mario Annoni se refiere también a la posilibidad ofrecida por el festival de pasar revista a las semejanzas existentes entre las tradiciones suiza y mexicana con respecto a la muerte.
«Para nosotros es un intercambio cultural extremadamente rico que nos permite abordar este tema, quitarle el carácter de tabú, con la apertura necesaria para poder justamente, hacerlo accesible a todo el mundo».
Más aún, en su opinión, la ventaja de un programa semejante:
«Es que uno descubre esas similitudes y luego se descubre uno mismo. Se descubre como ciudadano del mundo. Así se acercan los pueblos.
«Son procesos que más allá del intercambio cultural, hacen que la gente se comprenda mejor y, ciertamente, cuando los pueblos se comprenden mejor, cuando tienen respeto uno por el otro, por su cultura… es también una manera de contribuir a la paz entre los pueblos».
El embajador de México ante Suiza, José Luis Bernal, se expresa en el mismo sentido: «estas manifestaciones tienden nuevos puentes de entendimiento entre sociedades distintas y abre nuevas fórmulas de comunicación y trabajo conjunto».
Unidos en «la danza» y en «la fiesta»
¿Y qué tienen de común el culto a los muertos en México y en Suiza? ¿Cuál es el punto de encuentro entre una tradición que recrea a la muerte y se recrea en ella, que cada noviembre invita a sus muertos a volver a casa y les muestra el camino de regreso, que los sienta a su mesa, que los esculpe en azúcar o los hace pan y se los come, con otra que los contempla sólo con respeto y con tristeza?
«No hay cultura en el mundo que no rinda un culto a la muerte, que no marque a la muerte como un evento particular, sujeto a determinados rituales y a determinadas representaciones», apunta el antropólogo mexicano Saúl Millán.
Encargado de desvelar al público suizo los fascinantes meollos de la relación del mexicano con sus muertos, el especialista habló a swissinfo de la posibilidad de diálogo que ofrece a las diferentes culturas la existencia de un aspecto común (En más sobre el tema: Fiesta de Muertos en México, Patrimonio de la Humanidad)
«Hace dos años, Gualtiero Dazzi y yo le mostramos al agregado cultural del Ministerio de Educación y Ciencia de México un libro ilustrado sobre la Danza de la Muerte de Basilea, para acercarle a la idea de un intercambio entre las distintas formas de enfrentarse a la Muerte en Suiza y México. No fueron necesarias muchas palabras para convencerle. Y este fue el punto de partida de ‘Más Acá del Más Allá’, escribe Desirée Meiser en el programa del evento.
‘Totentanz’ y ‘La Catrina’
En efecto, el carácter festivo de las figuras de la ‘Totentanz’ se acerca a aquél de los esqueletos que el arte popular mexicano ha consagrado y cuya muestra más representativa son, sin duda, los grabados de José Guadalupe Posada. A través de sus calaveras, el grabador mexicano denunció y criticó las injusticias sociales de la sociedad porfiriana.
Uno de sus personajes más conocidos participó en el festival de Basilea. «Encarnada» en la artista Citlali Huezo Sánchez, ‘La Catrina’ llegó a Suiza de la mano de Diego Rivera y «emergió» del ‘Sueño de un Domingo en la Alameda’ (reproducido en ‘La Caserne’) para internarse en las calles de Basilea y recorrer diferentes manifestaciones culturales del festival.
Estupefactos y divertidos, los niños que participaron los talleres infantiles del programa observaron a la emperifollada «calavera» pasearse por entre las esculturas de Tinguely, en el Museo consagrado al artista suizo en la Ciudad de Basilea, del grupo de la Danza Macabra denominado ‘Mengele’.
«Muerte sin fin…»
La presencia de ‘La Catrina’, la evocación del mundo mágico de Comala en la lectura de Pedro Páramo, del jalisciense Juan Rulfo, las películas de Buñuel, el ‘Sussuro de los Muertos’ en la Ópera de Cámara del propio director musical y cocreador del evento, Gualtiero Dazzi, con libreto de Francico Serrano y bajo la batuta del director del Centro Histórico de México, José Areán, las muestras de arte popular mexicano del suizo Valentin Jaquet, la ópera Tante Hänsi, de Mela Meierhans….
…. Un programa generoso, una «Muerte sin fin», en una manifestación cultural sin precedentes.
«Creo que no hay en el mundo una capacidad tan especial, tan importante para convocar a docenas de instituciones y casi centenares de voluntarios para montar algo de esta magnitud», asienta el consejero cultural de la Embajada de México, Abraham Montes de Oca.
«No creo que haya habido fuera de México una manifestación tan importante que nos demuestre interés por los temas de cultura, arte, antropología, aspectos sociales y políticos de la muerte. Creo que es la manifestación más amplia. No ha habido nada que convoque a tanta emoción y a tantas personas y a tantas instituciones. ¡Lo que han hecho Desirée, Dazzi y todos los demás, es algo extraordinario!».
¡Enhorabuena! Y hasta la próxima cita, en marzo del 2007, en el Festival del Centro Histórico de México.
swissinfo, Marcela Águila Rubín
‘Más Acá del Más Allá’ es el festival cultural más ambicioso de manifestaciones sobre la visión mexicana de la muerte que se haya realizado fuera de México
Realizado del 28 de octubre al 11 de noviembre, el evento contó con la participación y apoyo de casi dos docenas de instituciones suizas y mexicanas y la contribución de numerosos artistas y voluntarios.
El festival responde a la iniciativa de la actriz, cantante y promotora cultural Desirée Meiser, Directora Artística, y del maestro Gualtiero Dazzi.
Esta gran manifestación precede a un ejercicio recíproco, a realizarse en el Centro Histórico de la Ciudad de México en marzo de 2007, en un ejemplo de interacción y diálogo cultural.
Entre los promotores del evento figuran instituciones y particulares comprometidas con las artes y la cultura de México y Suiza, entre las que destacan Pro Helvetia, Migros, GGG, Novartis, Loterie Fonds Basel-Stadt, las autoridades culturales del Cantón de Basilea, Neutron, Merian, Gare du Nord, la Secretaría de Relaciones Exteriores, CONACULTA, la Filmoteca de la UNAM y la Embajada de México en Suiza, entre otras.
En el rubro de presentaciones teatrales, la actriz Citlali Huezo, personifica a ‘La Catrina’, surgiendo de la reproducción de 17 metros del mural ‘Sueño dominical de una tarde en la Alameda’, de Diego Rivera. ‘La Fiesta’, ‘La Calaca Loca’ y ‘Noviembre Dos’ son otras obras que fueron presentadas por compañías mexicanas ante el público suizo.
En el ámbito musical, además de un concierto de flauta, se presentó en escena la opera ‘En susurros los muertos’, con música de Gualtiero Dazzy y letra de Francisco Serrano, inspirada en los últimos días de la vida de la viuda de Netzahualcóyotl, con la actuación de Patricia Reyes Espíndola y Carla López, bajo la dirección de José Areán, Director del Festival del Centro Histórico de la Ciudad de México.
En otro escenario se realizó un ‘Mambo con la Catrina’ a cargo de Cordelia Dvorack y Carlos Cobos. Y en el género de música electrónica se presentó una producción binacional titulada ‘La muerte nos piensa’, con la participación del Estudio Electrónico de Mérida.
En el ámbito cinematográfico se presentó una muestra selecta de películas vinculadas con la muerte y las artes populares del papel, estuvieron representadas con la obra de Humberto Spíndola.
También tuvo lugar un concurso de altares de muertos.
Varios museos de Basilea exhiben muestras relacionadas con la temática de la muerte. En el Museo de Arte de Basilea presenta la muestra pictórica ‘Cuauhnahuac: la línea recta es una utopía’, acompañada de volcanes del Dr. Átl que hacen eco a la obra Bajo el Volcán de Malcom Lowry, que inspira al video del artista de Cuernavaca, Francisco Jiménez.
En el Museo de las Culturas se inauguró asimismo una muestra de arte popular ‘¡Viva la Muerte!’ del coleccionista Valentín Jaquet, acompañada de una muestra de litografías de grabados de José Guadalupe Posada, colección facilitada por el embajador de México, José Luis Bernal.
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