«Perlas latinoamericanas» en el Festival de Friburgo
La cinematografía latinoamericana llega con fuerza al Festival Internacional de Cine de Friburgo, certamen especializado en el séptimo arte del Sur que se celebra del 24 al 31 de marzo.
Tres de las doce películas que aspiran a ganar el máximo galardón de esta 26ª edición, el ‘Regard d’Or’, son latinoamericanas.
Se trata de la coproducción brasileño-argentina Historias que so existem quando lembradas, de Julia Murat; la argentino-gala El Campo, del cineasta Hernán Belón; y Los últimos cristeros, una producción mexicana de Matías Meyer.
El cine latinoamericano abrirá y cerrará el Festival, con la coproducción chileno-argentina Sal, de Diego Rougier, y Miss Bala, del mexicano Gerardo Naranjo, que representó a su país en los Premios Oscar.
Siete de los dieciséis cortometrajes de la selección oficial en ese género son producciones latinoamericanas. Brasil aporta cuatro producciones y Uruguay una.
“Perlas latinoamericanas”
En su primera edición como director del Festival, Thierry Jobin, apuesta por la “la calidad y la diversidad” como principios conceptuales innegociables de su muestra.
No acepto el “principio del cine pretexto, exijo buenas películas”, explica a swissinfo.ch el periodista y crítico de cine. “Lo que presentamos en Friburgo es de una gran calidad. Y en ese marco, es una evidencia que América Latina no necesita pretexto alguno” en términos cinematográficos para asegurar una destacada presencia en Friburgo.
Hay una rica producción en el subcontinente, continúa Jobin, quien valora el “creciente número de coproducciones entre países de esa región” como un nuevo e interesante fenómeno.
El director del Festival se refiere como “verdaderas perlas” a las películas de América Latina en competición, y subraya la importancia que ha adquirido en los últimos años la creatividad del cine mexicano, cada vez más galardonado en certámenes internacionales.
La diversidad que promueve Friburgo consiste, según Thierry Jobin, en ofrecer una alternativa a la tendencia cinematográfica que predomina en las salas suizas. Solo el 2,2% de las proyecciones corresponde a cine producido fuera de Europa y Estados Unidos.
Nuevo concepto
La nueva dirección artística ha organizado los panoramas – espacios temáticos del Festival- en “secciones mejor definidas, que se presentarán cada año”. Si bien las películas de las diferentes secciones se verán toda la semana, “consagraremos a cada una de ellas un día en particular, con un programa concentrado, discusiones y debates”.
De esta manera, la prensa, el mundo del cine y el público en general, “podrán planificar mucho mejor su visita: Friburgo se convierte a partir de ahora en un festival a la carta”, afirma Jobin.
Además del concurso internacional y los cortometrajes, que constituyen los verdaderos pilares de la programación, el director anticipa un espacio Carta Blanca en honor al Festival de Locarno; una sección sobre la imagen del Islam en Occidente con una jornada especial sobre la diáspora, en este caso mirando hacia el Líbano; y un homenaje al cineasta suizo Pierre-Alain Meier.
Precursor de la producción suiza en África y Asia, Meier es conocido en Latinoamérica por haber producido Memoria del Saqueo (2004), del director argentino Fernando Pino Solanas, una cinta que cosechó grandes éxitos en la región.
En cuanto al cine de género, la 26ª edición del Festival de Friburgo ha decidido priorizar el western y presentará una quincena de realizaciones de trascendencia internacional.
Cuatro de ellas, han sido galardonadas en Iberoamérica: Antonio Das Mortes, del brasileño Glauber Rocha; O Cangaceiro, de su compatriota Lima Barreto; Blackthorn, del español Mateo Gil, que se presenta por primera vez en Suiza, y La Cebra, del mexicano Fernando León, en estreno internacional.
El aporte pedagógico-escolar del Festival, que desde 1990 dedica un espacio especial a clases de alumnos de los cantones de Friburgo y Berna, sigue vigente en 2012. Esta sección, denominada Planeta Cine, espera superar la afluencia de 2011, año en que más de 9.000 estudiantes presenciaron 53 proyecciones especiales.
Los organizadores del Festival de Friburgo esperan para esta 26ª edición una afluencia de cerca de 30.000 espectadores.
Este año se proyectan 118 películas de 47 países diferentes, de las cuales 10 en estreno europeo y 4 en estreno mundial.
Los premios que otorga el jurado internacional ascienden a un valor total que ronda los 60.000 francos suizos.
El principal galardón -el Regard d’Or (la mirada de oro), por valor de 30.000 francos, lo financian el Estado y la Ciudad de Friburgo.
El diario Liberté (Friburgo) financia el Premio del Público: 5.000 francos.
Los otros cuatro jurados son: el de la Federación de la Prensa Cinematográfica (FIPRESCI); el Ecuménico; el de la Federación Internacional de Cine-Clubs y el de los Jóvenes /E-Changer.
El Festival dispone de un presupuesto de 1,9 millones de francos suizos.
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