Cumbre Iberoamericana de Cuenca, la primera con «sillas vacías» de los países miembros
Cuenca (Ecuador), 15 nov (EFE).- Las Cumbres Iberoamericanas siempre habían contado con representación oficial de los veintidós países miembros de la comunidad hasta la celebrada ayer y hoy en la ciudad ecuatoriana de Cuenca, en la que por primera vez ha habido tres «sillas vacías», correspondientes a México, Venezuela y Nicaragua, que no enviaron delegación alguna.
Desde la primera cumbre, celebrada en Guadalajara (México) en 1991, estas reuniones han tenido diversas ausencias de jefes de Estado o de Gobierno a lo largo de los años, debido a razones políticas, personales o logísticas. Y aunque es frecuente que todos los países de la comunidad iberoamericana (veintidós en total) estén representados, no siempre participan al máximo nivel.
En la XXIX Cumbre Iberoamericana, además, han estado ausentes México, Venezuela y Nicaragua, países que rompieron relaciones diplomáticas con el país anfitrión después de que en abril de este año, fuerzas de élite de la policía irrumpieran en la Embajada de México en Ecuador para llevarse por la fuerza al exvicepresidente ecuatoriano Jorge Glas, condenado a ocho años de prisión por corrupción y quien se encontraba alojado en la sede diplomática.
Entre las reuniones con ausencias significativas figuran la XVI Cumbre Iberoamericana (2006, Montevideo, Uruguay), en la que no participó el entonces presidente de Venezuela, Hugo Chávez, quien alegó razones de agenda, y el mandatario cubano Fidel Castro, quien se encontraba enfermo.
Al año siguiente, a la XVII Cumbre Iberoamericana de Jefes de Estado y de Gobierno realizada en Santiago de Chile sólo acudieron diez mandatarios, además del presidente del Gobierno español, José Luis Rodríguez Zapatero, y el primer ministro portugués, Pedro Passos Coelho, quienes asistieron junto con sus respectivos jefes de Estado.
Aquella fue la última vez que Venezuela participó representada por su presidente. La cita de Chile en 2007 quedó fijada en la historia como la cumbre en la que el rey Juan Carlos I le espetó al presidente Hugo Chávez «¿Por qué no te callas?» después de que el mandatario venezolano interrumpiera al entonces presidente del Gobierno español, José Luis Rodríguez Zapatero.
Cinco años después, en la XXII Cumbre Iberoamericana de Cádiz (España) hubo varios jefes de Estado que no participaron y enviaron representantes de menor rango. La crisis económica global y las tensiones diplomáticas entre algunos países motivaron esa decisión.
En 2013, la XXIII Cumbre Iberoamericana, celebrada en Ciudad de Panamá, estaba llamada a ser la de la «renovación». El expresidente chileno Ricardo Lagos, por encargo de los mandatarios, había elaborado un documento que proponía un cambio en la periodicidad de las reuniones, para que se celebraran cada dos años y evitar así la coincidencia con las cumbres Unión Europea-América Latina.
En la cita de Panamá también se planteaba una reforma de la financiación de la Secretaría General, pero al final solo acudieron trece jefes de Estado o de Gobierno de los veintidós países de habla española y portuguesa que integra la comunidad.
Al año siguiente, en la XXIV Cumbre Iberoamericana, celebrada en Veracruz (México), también hubo ausencias notables, como la de la presidenta argentina Cristina Fernández de Kirchner, el ecuatoriano Rafael Correa y el nicaragüense Daniel Ortega, quienes alegaron problemas de agenda y otras prioridades nacionales.
En 2021, en pleno azote de la pandemia del coronavirus, la XXVII Cumbre Iberoamericana, en Andorra, solo se celebró de forma presencial para una delegación limitada. Debido a la covid-19, muchos líderes participaron de manera virtual.
Y el año pasado, en la XXVIII Cumbre Iberoamericana, celebrada en Santo Domingo (República Dominicana), no concurrieron, entre otros, Daniel Ortega (Nicaragua) y Nicolás Maduro (Venezuela), por razones políticas y tensiones diplomáticas con otros países de la región. EFE
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