De Carlos Paz a la Alhambra: los Bosques de la Poesía argentinos se expanden por el mundo
Esther Rebollo
Carlos Paz (Argentina), 23 nov (EFE).- Bajo el lema ‘Poesía contra la devastación del planeta’, un grupo de escritores argentinos crearon en 2020 el primer Bosque de la Poesía en la localidad de Carlos Paz, en respuesta a los incendios provocados y con el fin de convertir la naturaleza en sujeto de derecho.
Desde entonces, poetas de distintos lugares se han sumado y ya hay medio centenar de bosques en Argentina, España, México, Perú, Bolivia, Italia y Estados Unidos, entre otros países.
El próximo será inaugurado el 30 de noviembre en la Alhambra de Granada, a iniciativa de poetas españoles y argentinos, entre ellos Luis García Montero, director del Instituto Cervantes, quien abrazó esta idea desde el momento en el que visitó Carlos Paz, confirmaron a EFE los artífices de esta idea que está recorriendo el mundo.
“Los bosques empezaron a caminar y llegaron muy lejos”, explica Leopoldo ‘Teuco’ Castilla, fundador de la iniciativa junto a los también poetas Pedro Solans y Aldo Paraferme.
El primer bosque de España surgió en Doñana, la mayor reserva ecológica de Europa, para llamar la atención sobre la necesidad de salvaguardar los ecosistemas, al que se sumaron otros en Andalucía y al que se unirá ahora el de la Alhambra.
Los escritores están alarmados por la desaparición de los bosques a causa de incendios, por eso se animaron a plantar árboles que son bautizados con el nombre de un poeta, acompañados con un letrero que incluye versos del autor.
“El bosque de Carlos Paz se inauguró en noviembre de 2020, cuando nos rodeó el fuego y estuvimos en peligro. El fuego llegaba a las casas. Esa noche de desesperación, en la que no nos alcanzaba la palabra, Teuco nos empujó y la poesía se hizo naturaleza”, recuerda a Solans.
La naturaleza como sujeto de derecho
A los artistas se unieron muy pronto juristas y académicos, entre ellos el exjuez de la Corte Interamericana de Derechos Humanos y de la Corte Suprema de Argentina, Eugenio Raúl Zaffaroni.
De esta manera nació la Convocatoria por la Naturaleza como Sujeto de Derechos (Conasud), que mueve una agenda política para concienciar a los parlamentos y legislen a favor de los bosques y los ríos.
“¿Qué hacer ante esta barbarie que está consensuada y aprobada por los poderes?”, se pregunta ‘Teuco’ Castilla. «La respuesta es crear bosques que nos devuelvan la poesía”, responde a continuación.
“Así comenzamos con este movimiento que va creciendo”, añade el poeta durante un recorrido por el bosque de Carlos Paz, ubicado en los terrenos de la antigua Estancia San Roque, hoy ocupada por una comunidad jesuita, donde el papa Francisco pasaba temporadas de retiro cuando vivía en Argentina.
Carlos Paz está a orillas del gran lago San Roque y ha sido refugio de intelectuales desde inicios del siglo XX, entre ellos, Manuel de Falla, Ernesto Sábato, Facundo Cabral, la ensayista y poeta Alejandra Pizarnik, el folclorista Jorge Martín Furt y el escritor polaco Florian Czarnyszewicz.
A la vecina Córdoba llegaron exiliados Rafael Alberti y María Teresa León, a los que se sumó por un tiempo Pablo Neruda. Todos ellos encontraron en Carlos Paz una cueva de inspiración.
Poetas contra el negacionismo climático
Carlos Paz es hoy un importante destino turístico, donde los especuladores inmobiliarios compran terrenos para construir urbanizaciones, centros vacacionales y de ocio. De ahí vienen los incendios, “provocados en un 99,9% de los casos”, denuncia el poeta Solans.
Motivos no les faltaron para elegir esa localidad como el origen de su aventura, que llevó a Conasud, a través de dos legisladores, a presentar al Senado argentino, en 2023, un proyecto de ley para dotar de derechos a la naturaleza, que por ahora no ha prosperado.
“Lo que tenemos aquí es un presidente negacionista con una ceguera mental que niega los peligros del cambio climático, mientras todo el mundo se derrumba, se inunda. Esto es una catástrofe planetaria”, asevera ‘Teuco’ Castilla en alusión a Javier Milei, mientras camina entre los árboles de Carlos Paz que empiezan a crecer. EFE
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