Decretos y compensaciones atrasadas, el fenómeno del lobo ibérico en Portugal
Carlos Caselles Calle
Lisboa, 28 mar (EFE).- Portugal aprobó esta semana un diploma con el que busca reforzar la conservación del lobo ibérico y garantizar su «compatibilización» con la ganadería, decisión que los defensores de los animales reciben con cautela al no haber tenido acceso al documento, mientras los ganaderos piden las indemnizaciones pendientes relacionadas con ataques de este animal.
El anuncio se produjo tres días después de que España aprobase la caza del lobo al norte del río Duero, una práctica que todavía está prohibida en Portugal y que desequilibra el grado de protección de esta especie en la península ibérica.
En una respuesta por escrito a EFE, el Ministerio de Medioambiente luso, que no ha dado a conocer el contenido exacto del decreto ley ni ha querido pronunciarse sobre las alteraciones comunitarias, explicó que ellos están centrados en asegurar la conservación del lobo ibérico «a largo plazo sin ninguna reducción de su nivel de protección existente».
Y añadió: Este diploma «asegura la continuidad de los apoyos» a los ganaderos «e introduce mejoras en la gestión de las indemnizaciones».
Sin embargo, la organización ambientalista WWF consideró en respuesta a EFE que es «difícil creer que Portugal vaya a ser capaz de resistir a la presión de relajar sus regulaciones medioambientales, especialmente cuando otros países ya han empezado a hacerlo».
En esa línea, la coordinadora de políticas de esta organización en Portugal, Bianca Mattos, alegó que España y Portugal deberían colaborar en cuestiones que afectan a su fauna común: «Sería importante que esas medidas fuesen concertadas y no decididas unilateralmente», afirmó.
Mattos tampoco ha tenido acceso al diploma promulgado, pero explicó que el Gobierno del conservador Luís Montenegro les ha garantizado que «añade algunas medidas de protección» y que no reducirá el grado de protección del lobo, cuyo estado de conservación está, para ella, en una situación «preocupante».
En Portugal el lobo ibérico se encuentra protegido por una ley de 2016 que prohíbe expresamente su caza salvo en casos en los que éste suponga una amenaza para la seguridad y la salud pública o animal, entre otros supuestos específicos.
La regla fija también las compensaciones por los daños causados por esta especie a las que pueden optar los ganaderos, que critican la lentitud y los retrasos de la Administración a la hora de gestionar estas ayudas.
El secretario general de la Confederación de Agricultores de Portugal (CAP), Luís Mira, indicó a EFE que el tiempo de espera para recibir estas ayudas oscila «entre los 8 meses y los 4 años», y señaló que desde que las peticiones se gestionan por internet su número «ha decrecido mucho».
Es un fenómeno que también ha registrado el secretario técnico de la Asociación de Criadores de Raza Cachena, Rui Dantas, quien criticó que los atrasos en los pagos «no favorecen la preservación del lobo ibérico ni la del ganado».
«A veces -opinó- las ayudas se demoran dos años. El hecho de que los ganaderos tarden tanto en recibir estas indemnizaciones no hace más que aumentar la animosidad hacia el lobo y la caza furtiva».
En la misma línea se pronunció Maria dos Anjos Lopes, una ganadera del municipio de Arcos de Valdevez (fronterizo con la comunidad española de Galicia) que desde el pasado mes de septiembre ha perdido tres vacas en ataques de lobos por los que no ha recibido la compensación.
«Hice todo lo que tocaba, pero no recibí nada. Te van pagando alguna cosa, alguna migaja de vez en cuando, pero lo hacen sólo para animar al personal. Nunca pagan lo que toca», lamentó.
Según el Instituto de Financiación de Agricultura y Pesca (IFAP) luso, entre 2018 y 2024 se admitieron 1.723 indemnizaciones por ataques de lobo por un valor total de 653.000 euros.
La región al norte del Duero concentra 52 de las 58 camadas de lobos que hay en Portugal, según datos del último censo de esta especie, elaborado entre 2019 y 2021 por el Instituto de Conservación de la Naturaleza y Bosques (ICNF) luso, que estima una población de alrededor de 300 ejemplares en el país. EFE
cc/cch/jcg