Autonomía indígena: ¿Perspectiva real o papel mojado?
Aupado por las mayorías originarias (quichuas, aimaras, guaraníes y otras), el primer presidente con raíces indígenas, Evo Morales, impulsó la institución de la figura de la Autonomía Indígena Originaria en la Nueva Constitución de Bolivia e incluso la dotó de un viceministerio. Pero el profundo espíritu centralizador del Gobierno retarda la concreción de este derecho campesino con trámites complejos y engorrosos. Tanto, que solamente Charagua en el departamento de Santa Cruz y Totora Marka en Oruro los han superado y se pronunciarán en referéndum en septiembre.
“Los pueblos indígenas son pacientes y perseverantes y nosotros estamos apoyando el que, de facto, vayan ejerciendo sus derechos constitucionales”, dice a swissinfo.ch el asesor de la Agencia Suiza para el desarrollo y la Cooperación (COSUDE), Javier Medina, responsable del apoyo al Programa Rural del proyecto de biocultura y cambio climático.
Precisa que la tarea se hace, donde es posible, con discreción y eficacia a través del Programa Nacional de Biocultura que, por una parte respalda las iniciativas económicas y productivas y, por otra, pondera las técnicas ancestrales de adaptación y mitigación del cambio climático.
Es bueno recordar que en el anterior calentamiento global, en el neolítico, la civilización andina surgió inventando la agricultura de regadío. “Esa memoria tecnológica es la que deseamos ayudar a recuperar para solucionar los problemas de desertificación ocasionados por un modo de producción que, por diseño, no toma en cuenta el medioambiente”, precisa el experto.
La inversión de 13.9 millones de dólares en la primera fase del proyecto (2009-2014) deja saldos favorables para el empoderamiento de centenares de familias en 35 municipios rurales respetuosos con la Madre Tierra.
Autonomías
La figura Autonomía Indígena Originaria es la única que a diferencia de la departamental y la municipal figura en la Constitución con competencias ejecutiva, legislativa y judicial.
El Estado Plurinacional no acepta en los hechos (no en el discurso) la alteridad amerindia. No acepta la oralidad y la ritualidad como tecnologías de gestión de la vida social y política. (Javier Medina).
La complejidad de los trámites comienza a desalentar a algunos municipios rurales que quisieran ser autonomías indígenas. Es el caso de Curahuara de Carangas.
De más de 30 solicitudes presentadas al Tribunal Constitucional y al Tribunal Electoral, solo dos recibieron el visto bueno para ir a referendo.
¿Federalismo futuro? Ni soñarlo. A pesar de tener una vocación fragmentadora, el texto de la Constitución mantiene la naturaleza unitaria del estado boliviano. (Cárdenas).
Autonomía, un término todavía difuso
“El tema de las autonomías (departamental, municipal e indígena) no es una acción que tenga el cariño de todos. Es el resultado del odio y la pugna” señala el exvicepresidente Víctor Hugo Cárdenas en alusión al primer reclamo de autonomía plena surgido hace décadas en la región oriental del país.
A juicio de Cárdenas, cuya procedencia es también indígena, la Autonomía Indígena Originaria está condenada al fracaso, porque si bien la letra le otorga competencias ejecutivas, legislativas y judiciales, los hechos desvirtúan esa aspiración. El Gobierno, dice, no aplica la consulta previa a los campesinos para dar concesiones a empresas de hidrocarburos en espacios protegidos y territorios indígenas, ni fija con claridad los recursos financieros y jurídicos de esa nueva figura.
Técnicamente, las Autonomías Indígenas, formuladas en la Constitución son una forma más de la así llamada Extirpación de Idolatrías, con la que la civilización occidental enfrenta a los pueblos indígenas desde el siglo XVI, explica por su parte Javier Medina.
“Ha habido demoras tanto en el Tribunal Constitucional Plurinacional como en el Tribunal Supremo Electoral”, admite el director general de Autonomía Indígena Originario Campesina, alejando Vargas, a propósito de la prolongada duración de los trámites.
Recursos económicos y Justicia Comunitaria
Aún no se sabe con certeza con qué fuentes financieras contarán las autonomías indígenas. Se dice que, como los municipios, recibirán un porcentaje previsto por habitante y que su competencia política daría lugar a una economía de reciprocidad y de intercambio sustentables.
Alejandro Vargas, funcionario oficial del Gobierno en este ámbito, señala que además de tener las mismas fuentes que los municipios, las autonomías cuentan con regalías departamentales de los recursos naturales y sostiene que “quien recibe más, es la autonomía indígena”.
“Es paradójico decirlo, pero difícilmente las autonomías indígenas van a ser autónomas, porque si no tienen la capacidad de generar recursos propios o acceder a recursos que les permitan institucionalizarse va a ser muy difícil”, replica Víctor Hugo Cárdenas.
En el plano jurídico de la ‘Justicia Comunitaria’, el sistema consuetudinario indígena (cosmocéntrico; no antropocéntrico como el occidental) enfatiza la recuperación del equilibrio roto por el delito y busca, no el castigo, sino la reparación y la vuelta al equilibrio de la comunidad en su conjunto, precisa Javier Medina. No funciona con abogados, especialistas, fiscales y jueces, sino con autoridades originarias que rotan anualmente en sus cargos. Es gratuito, rápido y eficiente. No funciona con los códigos abstractos del derecho romano-germánico ni el código napoleónico.
Sin embargo, el espíritu de la denominada Ley de Deslinde Jurisdiccional reduce la justicia indígena y otorga todo el poder a la justicia ordinaria; la rebaja a un mero saludo a la bandera en el texto constitucional, critica Cárdenas.
Aun así, añade, hay estudios que demuestran que la mayor cantidad de casos sobre delitos en (las comunidades campesinas) de nuestro país no los atiende la justicia ordinaria, sino la justicia indígena por usos y costumbres. Se arreglan en los ayllus y tentas. No es una justicia punitiva, sino de reparación.
¿Tendrán los pueblos indígenas, desatendidos durante siglos, verdaderas autonomías en un Estado Plurinacional de 36 lenguas, entendidas como naciones? Por ahora solo dos podrían serlo. “El destino de las autonomías indígenas está agonizando por falta de voluntad para llevarlas adelante”, advierte el exvicepresidente boliviano.
Programa Nacional de Biocultura
Surgió para promover la conservación de los ecosistemas y el ‘Vivir bien’ de las comunidades rurales en la región andina del país, mediante el manejo sustentable de su biodiversidad. Dispuso de 13.9 millones de dólares en la primera fase de 2009 al 2014.
Ha contribuido a la concertación y diseño de la Ley de la Madre Tierra y al diseño de políticas públicas en algunos departamentos.
Incrementó los ingresos familiares con emprendimientos económicos comunitarios y la producción agroecológica mejorada; mejoró la alimentación familiar diversificando e incrementando la producción agropecuaria, sobre todo hortalizas y legumbres.
Mejoró la conservación de ecosistemas y biodiversidad andina (protección de fuentes de agua, reforestación, conservación de suelos, repoblamiento de praderas nativas). Refinó la gobernanza local, fortaleció la identidad cultural y los conocimientos locales.
Por cada unidad monetaria invertida, logró un beneficio de 1.57 unidades monetarias a favor de 11 530 familias de 282 comunidades y 35 municipios del área andina de Bolivia.
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