Demanda climática – un nuevo instrumento de democracia directa
Es una auténtica novedad para Suiza y su democracia directa: un grupo de 150 mujeres mayores quiere presentar una demanda contra el Estado porque, a su juicio, no hace lo suficiente contra el calentamiento global. El motivo: los prolongados periodos de calor son especialmente peligrosos para los ancianos.
Holanda sentó el precedente: en 2015, un tribunal civil admitió a trámite una demanda de una oenegé respaldada por cerca de 900 personas que pretenden obligar al Estado a actuar más a favor de la protección del clima. Los demandantes ganaron la causa en primera instancia, pero el Estado ha recurrido la sentencia. El proceso está en curso.
En Estados Unidos también se han aceptado demandas climáticas en varios estados. Una idea que ahora llega a Suiza como nuevo instrumento de la democracia directa: el pasado martes se creó en Berna la asociación ‘Mayores por la Protección del ClimaEnlace externo’. Las cerca de 150 mujeres, que no provienen solamente de la izquierda y los Verdes, se proponen presentar la demanda de aquí a fines de año.
“Estamos convencidas de que el cambio climático constituye un peligro inadmisible para nuestra salud. Con esta asociación queremos federar por primera vez en Suiza a las personas directamente afectadas, con el fin de hacer respetar el derecho fundamental a la salud para nosotros y las generaciones futuras”, reza la invitación a la asamblea fundacional de la asociación.
Entre sus miembros más conocidos figura Christiane Brunner (69 años), antigua presidenta del Partido Socialista Suizo y exsenadora por Ginebra, así como Judith Giovanelli-Blocher (84 años), hermana del exministro de Justicia Christoph Blocher. El estratega de la Unión Democrática de Centro (UDC, derecha conservadora), sin embargo, aboga por una política poco restrictiva en materia de clima.
La demanda climática va dirigida contra el Gobierno suizo y la ministra de Medio Ambiente, Doris Leuthard. Suiza se propone reducir las emisiones de efecto invernadero en un 20% con respecto a los niveles de 1990. A juicio de la nueva asociación, no es suficiente. Según el Grupo Intergubernamental de Expertos sobre el Cambio Climático (IPPC, por sus siglas en inglés), se necesita una reducción del 25 al 40% de las emisiones de CO2 para que el aumento de la temperatura global se mantenga por debajo de los 2 grados.
Con esta demanda, el grupo de mayores explora un nuevo camino. ¿Qué instancia, qué tribunal se ocupará del caso? Aún no está claro, la asociación lo comunicará en otoño. Lo que sí parece claro, en cambio, es el inicio y el final del procedimiento: las mujeres no se dirigirán directamente a la justicia, sino que solicitarán una aplicación más estricta de la ley sobre CO2. Según Elisabeth Joris, miembro de la asociación, esta solicitud podría remitirse a las Oficinas Federales de Energía o de Medio Ambiente, a la ministra Doris Leuthard o al Gobierno en su conjunto.
Y si fracasaran todas las vías jurídicas en Suiza, aún quedaría la opción de recurrir al Tribunal Europeo de Derechos Humanos en Estrasburgo. La asociación ‘Mayores por la Protección del Clima’ no fundamenta su demanda únicamente en el artículo 10 de la Constitución suiza (derecho a la vida), sino también en los artículos 2 y 8 del Convenio Europeo de Derechos HumanosEnlace externo, que garantizan el derecho a la vida y el derecho a la vida privada y familiar, respectivamente, explica a swissinfo.ch la abogada de Zúrich, Ursula Brunner. La asociación se basa en un informe jurídico que Brunner redactó en 2015 por encargo de Greenpeace.
Suiza no es el único país que se inspira en el éxito de las demandas climáticas. En Noruega y Bélgica se preparan acciones con este nuevo instrumento.
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