En el secreto de las urnas
En una democracia, el momento del escrutinio es importante. Por ello, todo un ritual se asocia a la introducción de una papeleta en la urna. O, más bien, se asociaba porque hoy en día, votar por correo, o incluso en línea, hace que el voto físico sea cada vez más obsoleto. Retorno en imágenes y en blanco y negro a una época (casi) pasada.
Las elecciones federales tienen lugar en unos días. Como cada cuatro años, los ciudadanos suizos están invitados a renovar ambas cámaras del Parlamento. Pero si esta reunión política es inmutable, la forma de proceder ha cambiado.
En el pasado, la expresión “acudir a las urnas” debía tomarse literalmente. Los ciudadanos se desplazaban a una casilla electoral para emitir su voto, a menudo en la oficina municipal o en una escuela. Este momento cívico era también un momento social con acaloradas reuniones y discusiones durante el aperitivo.
Esas escenas tienden a volverse más raras. Cada vez más, la votación se hace deslizando la boleta en un buzón de correo. El voto por correspondencia se ha convertido en mayoritario en casi todas partes. El ejemplo más extremo es el de Ginebra, donde el 95% de los ciudadanos lo emplean. Y en un mañana, cuando se hayan resuelto todas las cuestiones de seguridad, las elecciones podrán celebrarse principalmente mediante votación electrónica.
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