El 29 de agosto, la Asamblea Nacional Catalana de Suiza organizó en Berna una manifestación en pro de su derecho a la autodeterminación.
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El 11 de septiembre, Fiesta Nacional de Cataluña, arranca la campaña rumbo a las elecciones autonómicas del día 27. Encuentro con las urnas diseñado para determinar si la ciudadanía quiere o no independizarse de España. “Una vía muerta”, califican unos. “Una enorme oportunidad”, consideran otros, pero todos deploran la obstinada negativa de Madrid a abrir los cauces para la expresión popular por la vía de un referéndum.
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Marcela Águila Rubín
“Lo que está pasando en España es que se cerraron en banda desde el principio”, afirma Ana Ruiz Pardos, presidenta de la Asamblea Nacional CatalanaEnlace externo (ANC) en Suiza, en alusión al gobierno central que ha desautorizado los procedimientos planteados por los independentistas para conocer la voluntad del soberano.
Al final, advierte, “el pueblo se cansa”. Evoca las intenciones separatistas de Escocia ventiladas a través del voto. “El gobierno inglés cedió la palabra al pueblo. Nosotros no tenemos esa oportunidad y lo que queremos es decidir por nosotros mismos el futuro para nosotros y para nuestros hijos”.
Vicepresidenta de la misma agrupación, Esther Flubacher añade que “la situación está tan encajonada con el rotundo NO de Madrid que la única salida es hacer el proceso de nuestro lado y de la mejor manera posible”.
Ciudadana suiza y catalana, estima que ese proceso es una enorme oportunidad, para Cataluña y para el resto de España, “de tirar para adelante y montar un país mejor y más justo”. También candidata del Partido Verde LiberalEnlace externo al Parlamento zuriqués considera factible trasladar a España sistemas que funcionan en Suiza “de educación, de federalismo real, de mayor cercanía con el pueblo…”
Ambas coinciden en que luego de las elecciones las partes tendrán que negociar y habrá una solución.
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Cataluña: la democracia doblemente asediada
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En Cataluña no hubo referéndum. A instancias del Gobierno central, encabezado por Mariano Rajoy (Partido Popular, PP), el Tribunal Constitucional (TC) suspendió el decreto 129 de convocatoria de la consulta popularEnlace externo publicado por la Generalitat de Cataluña el 27 de setiembre de 2014, como también la ley de consultas en la que se basaba…
Eva Sáenz, constitucionalista y catedrática de la Universidad de ZaragozaEnlace externo, no comparte su optimismo. “La manera en que las fuerzas independentistas han planteado la convocatoria de las elecciones, como un plebiscito, es una vuelta de tuerca para enrocar aún más el problema”.
Las elecciones son un instrumento para gobernar, no para resolver las relaciones entre Cataluña y España, apunta. “Los independentistasEnlace externo se presentan en amalgama (Juntos por el sí) con su rechazo a España como único punto en común. Sus programas electorales no tienen nada qué ver entre sí: se juntan principios ultraliberales con principios de ultraizquierda. Lo único que provocan es confusión”.
Y ello, añade, además de que los sistemas electorales no son proporcionales absolutamente toda vez que buscan garantizar una estabilidad gubernamental. “En el caso del sistema electoral de Cataluña, el voto de una persona de Barcelona vale menos que el de una de Gerona. Y una cuestión como esta no se puede plantear de esa manera”.
A su parecer, el presidente de la GeneralitatEnlace externo, Arthur Mas, “en lugar de resolver el problema, lo está enquistando más, lo está llevando hacia una vía muerta, con un grave problema de convivencia”.
Un tema a evitar
Interrogado al respecto, el presidente de la Sociedad Suiza de Barcelona, Bruno Wiget, comenta que las discusiones sobre el particular, si no son fuertes, por lo menos sí en voz alta, por lo que muchos prefieren evitarlas. “Además, nosotros somos neutrales y somos invitados, por lo que debemos aceptar cualquier decisión que tomen los catalanes”.
Bajo esa misma consideración, el empresario responde a nuestras preguntas “de manera personal” y no como dirigente de la asociación helvética en la segunda ciudad española, en la que reside desde hace diez años y en la que ha resentido los afanes separatistas que atestiguó hace más de dos décadas en Canadá.
“Todas las encuestas le daban mayoría a un ‘Quebec libre’ y al final perdieron con un resultado muy justito, pero se permitió la expresión de la gente. Lo mismo que en Escocia”. Lamenta que en Cataluña la situación sea otra.
En efecto, todos nuestros interlocutores coinciden en que la autorización de un referéndum desactivaría el conflicto que se ha creado entre Madrid y Barcelona.
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Cataluña: “Un referéndum es democrático solo si es claro”
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“No es un problema legal, sino un proceso político”, coinciden Eva Sáenz, constitucionalista y catedrática de la Universidad de ZaragozaEnlace externo, y Manuel Manonelles, titular de Asuntos Multilaterales y Europeos de la Generalitat de CataluñaEnlace externo. La discrepancia de sus lecturas sobre la aspiración separatista y sus posibles vías permiten conocer las dos caras de…
“El camino más adecuado es plantear un referéndum en acuerdo de la Generalitat de Cataluña con el Gobierno de España, donde la pregunta sea clara, claras sean las alternativas y las consecuencias económicas”, subraya Sáenz. Y, en caso de que una mayoría votara por separarse de España, habría que introducir las reformas constitucionales pertinentes.
Madrid ha objetado las iniciativas de los separatistas tendientes a medir el pulso de la ciudadanía con el argumento de que requerirían una modificación de la Carta Magna española. Flubacher y Wiget desestiman el planteamiento, y recuerdan que en casos como en el cambio de rey o el rescate de los bancos, se introdujeron sin tardanza enmiendas constitucionales.
“Una Constitución está hecha por los ciudadanos. Se puede cambiar en cualquier momento. Las partes deberían dejar votar a sus ciudadanos porque el Estado está aquí para los ciudadanos, no al revés”, sentencia el empresario suizo.
Para la catedrática el problema es otro: “Es cierto que en la Constitución Española no se prevé esa consulta a Cataluña, pero no hay nada que la impida. Y hay un principio básico del constitucionalismo democrático que dice que todo lo que no se prohíbe está permitido al legislador democrático”.
En su opinión, el problema es político. “Tendría que haber un movimiento por parte del Gobierno de España. Su inmovilismo, en lugar de tender puentes, ha fomentado y apoyado una mayor reivindicación independentista”.
Sin embargo, enfatiza que si bien no está de acuerdo con la posición mantenida por Madrid, “tampoco quiero mostrarme equidistante entre el Gobierno de España y el de la Generalitat de Cataluña. Me parece que el presidente Mas está actuando de manera irresponsable y enrocando un problema que solo se puede resolver a partir del pacto y del diálogo. Plantear una independencia de manera unilateral es una barbaridad”.
Razones y sinrazones
Latente en Cataluña desde hace mucho tiempo, el independentismo se fortaleció en los últimos años con la fallida reforma de su EstatutoEnlace externo, la crisis económica y el empecinamiento de Madrid en contra de la expresión popular. Empero, ¿habría razones para que la comunidad en cuestión se convirtiera en otro país?
En la lectura de la ANC, sí: A pesar de nuestra enorme contribución (20% del PIB español y 25% de las exportaciones), apenas 10% de la inversión española regresa a Cataluña (que representa el 16% de la población española), precisa Ruíz Pardos. Lo anterior, aúna, ha llevado a Cataluña a una tasa de desempleo de 24% y a que 21% de la población viva por debajo del umbral de la pobreza.
“El Gobierno catalán no puede hacer frente a esos desafíos porque no solamente, en el mejor de los casos, no recibe ningún apoyo de Madrid, sino que en el peor, es literalmente boicoteado por Madrid”, acusa la presidenta de la ANC en Suiza.
Wiget destaca igualmente el papel de Cataluña como motor de la economía española y coincide en que hay motivos para que su ciudadanía se sienta tratada de manera inadecuada. “En los últimos 30 años el trato ha sido injusto, tenemos la red de ferrocarriles más vieja de España. De las autopistas, además de pago, ni hablamos. El aeropuerto de Barcelona, el segundo más importante de España, no está bien conectado con los ferrocarriles…”
Sin embargo, el empresario suizo atribuye esa situación no solamente a las decisiones centrales, sino a las deficiencias de las autoridades locales y descarta que la solución pueda encontrarse en la separación catalana de España.
La catedrática española subraya que “el independentismo es una aspiración política legítima”, pero considera que actualmente ya no se justifica en el caso de Cataluña. La comunidad, precisa, cuenta con autonomía política y financiera y reconocimiento a su cultura, incluida la lengua, amén de que, desde 2012, el Estado español ha asistido a esa comunidad autónoma con más de 40 000 millones de euros. “No hay un fundamento racional para ese independentismo, pero en política hay que tener en cuenta también los sentimientos”.
Desde su punto de vista, “falta en España hoy un debate racional que permita contrastar los argumentos de un lado y otro y que permita llegar a soluciones razonables. Como no hay un debate, como hay inmovilismo, las posiciones se han llevado a los extremos…”
Formaciones independentistas
El 27 de septiembre, las fuerzas independentistas catalanas buscarán el voto ciudadano agrupadas en la lista ‘Juntos por el Sí’, integrada por el partido del presidente de la Generalitat de Cataluña, Arthur Mas, Convergència Democràtica (CDC, conservador), la segunda fuerza de la región, Esquerra Republicana (ERC, izquierda independentista) y las influyentes asociaciones que organizaron las masivas manifestaciones nacionalistas de los últimos años, incluida la Asamblea Nacional Catalana.
Otro partido independentista, la anticapitalista CUP, irá por separado pero podría ser clave para alcanzar una hipotética mayoría absoluta, suficiente según ellos para proceder a la secesión.
Fuente: AFP
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La oportunidad del 27S
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«Unas elecciones autonómicas, por mucho aire plebiscitario que les diéramos, continuarían siendo autonómicas, el sistema proporcional las desvirtuaría como referendo y mucha gente acudiría a votar movida por los más diversos asuntos, como así tiene que ser» (sic). No son palabras ni de Alicia Sánchez-Camacho ni de Albert Rivera, ni siquiera de Mariano Rajoy. Quien…
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“En Cataluña hay una situación bloqueada. La vía real sería enmendar la constitución española para crear un marco legal que permitiera la organización de un referéndum”, señala el experto del Centro de Investigaciones sobre la Democracia Directa (c2d) de Aarau. Un segundo paso, añade, sería negociar las modalidades del procedimiento: ¿qué competencia tiene quién, para…
“Si España fuera como Suiza, habría pocos independentistas”
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El politólogo catalán Jaume López está convencido de que no habría intención secesionista si existiera en España un modelo federalista y de democracia directa semejante al de Suiza.
Entrevista con el autor del libro ‘La independencia de Cataluña explicada a mis amigos españoles’.
swissinfo.ch: Aunque inconstitucional, defiende, como politólogo y activista, abrir brecha a la independencia catalana…
Jaume López: Soy politólogo y profesor de Ciencia Política. Soy ciudadano catalán, con compromisos políticos, y por ello, vale la pena que sean explícitos: defiendo la independencia desde hace algunos años. Por mucho tiempo me incliné por el federalismo en España, pero me he dado cuenta que esa defensa choca contra un muro.
La independencia va a ser difícil, pero nadie me ha demostrado que no pueda producirse. Fui activista en la Plataforma por el Derecho a Decidir; uno de los pocos politólogos allí, por lo tanto, mis convicciones teóricas fueron bastante escuchadas. Mi activismo fue sobre todo hace 8 años; ahora no estoy en primera línea del movimiento social.
swissinfo.ch: ¿Cómo medir el deseo secesionista en elecciones parlamentarias?
J. L: En estas elecciones que nos tocan como comunidad autónoma, los partidos pueden incluir un punto común en referencia a su posición sobre la independencia de Cataluña. “Si nos votan, iniciaremos el proceso de independencia”, podrían indicar. Así, en su programa electoral, cada partido puede señalar de modo explícito su posición sobre la creación de un Estado catalán. Si el resultado electoral apoyara a los políticos independentistas, estos tendrían un mandato democrático a cumplir.
swissinfo.ch: Muchos se indignan o se ríen en España de esta pretensión, sin bases jurídicas que la sostengan. ¿Por qué insistir en estos pasos ilegales?
J. L.: Hemos hecho lo posible para que todas nuestras demandas, empezando por la consulta del 9 de noviembre, cumpliesen los requisitos del marco jurídico español, pero el Tribunal Constitucional declaró inconstitucional la ley que permitía organizar referéndums locales, aprobada por el Parlamento de Cataluña. Los políticos catalanes, diputados y gobierno, no pueden cambiar ese marco jurídico, pero hay que hacerlo. Es una tarea del Parlamento español.
Así que, o seguimos las actuales reglas del juego, que no nos parecen neutras, o en algún momento nos saltamos la legalidad. Creo que cada vez está más asumido por la ciudadanía catalana que el proceso va a tener que romper con la legalidad española, o incluso la legalidad internacional. Si se hacen las cosas democráticamente, pacíficamente, con transparencia, sobre todo con un mandato popular, a mi modo de ver, es democrático, aunque sea inconstitucional, porque no se ha conseguido cambiar la Carta Magna de España.
Recordemos que la Corte Internacional de Justicia de La Haya, cuando expresó su dictamen de Kosovo, de modo indirecto pero claro, distinguió entre la legalidad constitucional y la legitimidad internacional. Reconocía que la independencia de Kosovo era inconstitucional para el Estado de Serbia, y pese a ello no la consideraba ilegal o ilegítima. Si la Constitución serbia no incluía esa posibilidad, era obvio que era inconstitucional, pero podía ser legítima a nivel internacional.
swissinfo.ch: Pero el caso de Kosovo no tiene semejanza con el catalán. Tampoco se han dado las condiciones que obtuvieron Quebec y Escocia.
J.L.: Defiendo la singularidad del caso catalán. Vetado el camino plebiscitario, el gobierno de Cataluña continúa adelante con un proceso democrático para que sus ciudadanos expresen si quieren formar parte de España o no, en contra del Estado; y esto no tiene precedentes.
Concretamente se busca en las urnas claridad del apoyo a la demanda independentista. Y si la mayoría del pueblo catalán la respaldara, podría iniciarse el proceso, con la observación del resto de Europa.
swissinfo.ch: Muchos en España reirán de esas convicciones, sin marco legal y sin voluntad política en Madrid para abrir vías constitucionales al reclamo catalán. ¿Aun así vale la pena mantener en pie las elecciones “plebiscitarias”?
J.L.: Sí. Aunque saliera un ‘no’ al camino independentista, yo creo que habría valido la pena este esfuerzo para el reconocimiento de la plurinacionalidad en España.
Recordemos que vivimos es un reino que también fue unido, pero después fue unificado. En la Guerra de Secesión hace 300 años Cataluña fue invadida por las tropas castellano-francesas, para formar parte de esta monarquía borbónica que hoy tenemos.
Cataluña también es una minoría permanente en el conjunto de España, si queremos hablar en términos estrictamente democráticos. Y hay que dar respuesta democrática a este problema de cómo pueden vivir de acuerdo con sus preferencias y sus voluntades aquellos que son y serán siempre una minoría en España. Si bien la democracia es la mejor forma de gobierno, tiene que complementarse; de lo contrario esas minorías pueden plantearse si esa democracia les sirve.
swissinfo.ch: Ha defendido cambios en el status quo español, como el federalismo y nuevos engranajes de la democracia representativa con la directa. ¿El modelo de Suiza ha estado en su cabeza?
J.L.: Yo siempre he tenido como uno de los modelos a seguir a Suiza, en muchos sentidos, o prácticamente en todos: en la neutralidad, en el federalismo y en la democracia directa. Creo que serían las tres bases sobre las cuales tendríamos que transformar a España, si fuera posible, para convertirla en una confederación, o, como mínimo, en una federación.
Estoy convencido de que si estos principios que funcionan en Suiza fueran de aplicación real en España no habría movimiento independentista, o sería absolutamente minoritario, por parte de aquellos que consideran que históricamente Cataluña se merece un Estado y que, por tanto, esa demanda es plausible, porque viene de siglos atrás.
Si España fuera como Suiza, habría pocos catalanes independentistas.
swissinfo.ch: Diversos movimientos sociales en España reivindican la introducción de herramientas de la democracia directa. Los independentistas catalanes, sin duda...
J.L.: Cuando pensamos en una Cataluña posible, sin los límites que plantea la Constitución española, nos podemos imaginar y pensar en el modelo suizo de democracia directa para aplicar en Cataluña. Es decir, aplicar todos los mecanismos de corrección o complementariedad a la democracia representativa que funcionan en Suiza.
En diversos planteamientos, en ciertos borradores que se han presentado a los políticos, y en los que también he contribuido, se defiende que la constitución catalana, si es que llegara a existir, debería incluir tres tipos de llamados a las urnas, cercanos a Suiza: el referéndum mandatorio (que sí está incluido en la Constitución española en algunos casos), pero también el opcional, y la iniciativa ciudadana. Y siguiendo la experiencia de algunos Estados americanos, el referéndum revocatorio.
Proceso soberanista
El 27 de septiembre es la fecha anunciada para realizar las elecciones parlamentarias en la comunidad autónoma. La Generalitat adelantó la cita año y medio, en pleno derecho de hacerlo. La reprobación se debe a las intenciones de hacer de esas elecciones un “plebiscito secesionista”.
De aquí a la fecha prevista para esas elecciones anticipadas, se espera mayor confrontación entre las administraciones del Estado español y de la autonomía catalana.
El presidente Artur Mas viajó en abril a Estados Unidos para explicar el deseo secesionista catalán. También publicó opiniones en diarios extranjeros sobre el deseo independentista de la autonomía que gobierna, lo que provocó severas críticas por parte de Madrid y de los medios de comunicación con sede en la capital española.
Por otra parte, otras figuras en favor del independentismo apuntan a un proceso constituyente catalán que se comprometa a celebrar el deseado referéndum sobre la independencia en 2016.
Cataluña
Comunidad autónoma española, según la Constitución española de 1978.
Se aprobó un nuevo Estatuto de Autonomía para Cataluña en 1979, con el que se recuperó el uso oficial del idioma catalán, junto con el castellano y el occitano (en su variante aranesa), a partir de 2006.
Cataluña se considera como nacionalidad histórica. Término usado para designar a aquellas comunidades autónomas con una identidad colectiva, lingüística o cultural diferenciada del resto de España.
Su territorio, de 32.000 km2 se encuentra al nordeste de la península ibérica, y limita con Francia.
Población: 7.5 millones aprox.
Cataluña está formada por las provincias de Barcelona, Gerona, Lérida y Tarragona.
Capital: La ciudad de Barcelona
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