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Encuentro con el periodista italiano bajo protección por motivos políticos

Paolo Berizzi explora el retorno del neofascismo y el neonazismo en Italia. Durante tres años ha estado bajo protección policial permanente, por razones políticas.

«Para mí, el periodismo es civilizado, o no lo es», dice Berizzi en nuestra serie Voces de la libertad de expresión en el mundo.

Cuando se trata de la libertad de prensa, Italia no ocupa ciertamente el primer lugar. Según Reporteros sin Fronteras, el país comunitario ocupa el puesto 41 del mundo. Pero las malas noticias no terminan ahí: el año pasado 25 periodistas tuvieron que ser protegidos por la policía las 24 horas del día. Y casi todos los días se denuncian oficialmente nuevas intimidaciones, como resume el Ministerio del Interior, con sede en Roma.

Uno de estos periodistas protegidos es nuestro interlocutor, Paolo Berizzi, reportero del diario la Repubblica, y que se ha especializado en informar sobre las actividades de las organizaciones neofascistas en el país. Por este motivo, está bajo protección policial desde 2019. Berizzi es un caso especial porque es el único periodista que requiere escolta policial por razones políticas: todos los demás están amenazados por las mafias y el crimen organizado.

Con sus investigaciones, artículos y libros, Paolo Berizzi lleva 20 años de denuncias sobre el retorno del neofascismo y el neonazismo. «En Italia hay un problema de fascismo, o más bien de fascismos, porque hay diferentes tipos.

Estos fascismos en los últimos años han vuelto a asomar la cabeza porque los hemos subestimado y normalizado y, en los últimos años, gracias a las condiciones favorables a su regreso, han resurgido impulsos racistas, discriminatorios y nostálgicos, que involucran a diputados elegidos y que juraron sobre la Constitución italiana. Estas personas buscan convencernos y también a los parlamentarios europeos y a los representantes de las instituciones de que el fascismo también ha hecho cosas buenas».

Berizzi añade: ‘Volvería a hacer todo lo que hice. Para mí, el periodismo es civil o no lo es: o sirve para denunciar los fenómenos que atentan contra la convivencia y nuestra vida cotidiana, o abdica de su función principal. Y me gustaría devolver el precio que ha supuesto y supone este trabajo».

«Somos uno de los pocos países con tantos periodistas escoltados y esto no es normal. Por el contrario, es un indicador de que los periodistas se esfuerzan por hacer su trabajo. En un país libre no debería haber periodistas escoltados y protegidos, y el hecho de que, en cambio, haya tantos obligados a vivir bajo protección armada es una señal de derrota para el Estado, que debe proteger a los amenazados», declaró Berizzi a SWI swissinfo.ch.

Berizzi en nuestra más reciente entrega en vídeo de la serie «Voces de la libertad de expresión en el mundo».

(Adaptación al español del italiano: Patricia Islas)

Patricia Islas

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