Escribir sobre y para Turquía desde el exilio
El ambiente en Turquía es, desde hace años, cada vez más represivo. Por ello, el periodista Can Dündar tuvo que abandonar su país. Desde Alemania, apuesta por el futuro democrático de su patria.
Este año, Turquía celebra su centenario y se acercan las elecciones. El gobierno de Recep Tayyip Erdogan, que ha dirigido el país como primer ministro desde 2003 y como presidente desde 2014, se enfrenta desde hace tiempo a unos índices de aprobación a la baja. La catástrofe del terremoto de febrero asestó un nuevo golpe a su popularidad. La incertidumbre es alta en el país. También lo es el temor a que Erdogan endurezca aún más su estilo autoritario.
Turquía ocupa actualmente el puesto 149 de 180 en la clasificación de la libertad de prensa de la ONG Reporteros sin Fronteras, y es uno de los países con más periodistas encarcelados. Los medios de comunicación están bajo el control del Estado o de empresas progubernamentales y existe una amplia censura. Especialmente tras el fallido intento de golpe de Estado de 2016, el gobierno está adoptando medidas aún más represivas contra los medios de comunicación, la oposición política y la sociedad civil.
Can Dündar, una de las voces periodísticas más conocidas de Turquía, lo ha vivido en primera persona. Como periodista, autor, presentador y director de documentales, Dündar fue uno de los principales críticos de Erdogan y, por tanto, objetivo del gobierno. Tras revelar en 2015 que Turquía estaba suministrando ilegalmente armas a Siria, Dündar fue acusado de espionaje y apoyo al terrorismo en varios juicios. Tras un intento fallido de asesinato -un hombre le disparó a la salida de un juzgado-, el periodista abandonó el país en 2016. Fue condenado a fuertes multas en rebeldía y se le confiscaron sus bienes en Turquía.
Hoy, Dündar vive en Alemania y es redactor jefe de la radio web Özgürüz. Desde el exilio sigue luchando por una Turquía democrática. En una entrevista concedida a swissinfo.ch, afirmaba que «la libertad de expresión es como respirar, como beber agua, como saciar el hambre. Por desgracia, en nuestro país hace tiempo que no podemos respirar, tenemos sed y hambre». Es tarea de los periodistas «despejar las vías respiratorias», afirmó.
Hoy, Turquía se encuentra en una encrucijada: un camino conduce a un régimen autocrático, quizá incluso a una dictadura; el otro camino conduce a la instauración de una democracia. Una Turquía democrática es una gran oportunidad para la región, para Europa, para el mundo. La tarea de un periodista en el exilio es trabajar para conseguirlo.
Texto adaptado del alemán por Carla Wolff
Vídeo adaptado del alemán por José Kress
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