¿Hay una avalancha de iniciativas populares en Suiza?
Elevar el número de firmas requeridas: es la medida propuesta en el Parlamento para contener el número de iniciativas populares que llegan a las urnas en Suiza. Pero más firmas no significan necesariamente menos iniciativas logradas. El análisis de las estadísticas permite relativizar la llamada ‘avalancha de iniciativas”.
¿Hay un creciente número de iniciativas populares? Unos ven en ello un signo de vitalidad de la democracia directa, otros un peligro de colapso del sistema político suizo. Entre los últimos figura el Partido Burgués Democrático (centro derecha) que solicita, a través una iniciativa parlamentariaEnlace externo, que se “endurezcan los requisitos mínimos actuales” tanto para las iniciativas como para los referéndums.
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¿Qué es una iniciativa popular o ciudadana?
El PBD afirma que en los últimos años “el número de asuntos sometidos a votación ha aumentado de forma exponencial” y que “esas votaciones son una carga para los ciudadanos, el Consejo Federal [gobierno], el Parlamento y la administración, los partidos políticos, las asociaciones, los comités y todos los organismos afectados». La consecuencia es un aumento de “los recursos económicos y de personal que hay que destinar a las votaciones populares”.
Las 100 000 firmas necesarias hoy para someter a votación una iniciativa equivalen a menos del 2% del electorado. En 1891 cuando se inscribió en la Constitución Federal este derecho popular, se requerían 50 000, lo que correspondía al 8%, recuerda el PBD. En 125 años, solo se ha modificado una sola vez el cuórum: se duplicó en 1977 para adecuarlo a la introducción del sufragio femenino en 1971.
EL PBD pide, por tanto, seguir el ejemplo del cantón de Ginebra y fijar el porcentaje de firmas en relación al cuerpo electoral, en lugar de un número fijo, para que el umbral se corresponda con la evolución demográfica. Según el partido, esa tasa debería oscilar entre el 3 y el 5% en el caso de la iniciativa, y la mitad en el del referéndum.
Una ecuación con más variables
En teoría parece obvio que aumentar el número de las firmas necesarias hará disminuir el número de las iniciativas logradas. Sin embargo, la realidad es más compleja y puede albergar sorpresas. Varias comparaciones entre los cantones han mostrado que no existe una relación directa entre una cuota mínima de firmas y el número de las iniciativas que se someten a votación popular.
Por ejemplo, del análisis comparativo del periodo 1990-2010 que realizó Marc BühlmannEnlace externo, director del anuario ‘Année politique suisseEnlace externo’, se desprende que en cantones con un cuórum de firmas elevado triunfaron más iniciativas que en otros cantones donde el umbral es más bajo, como lo ilustra el gráfico.
Incluso la comparación de tres cantones con características socioeconómicas similares y en los que se ejercen asiduamente los derechos populares, revela que un cuórum más elevado no conduce automáticamente a menos iniciativas. El profesor emérito de Derecho de la Universidad de Zúrich, Andreas AuerEnlace externo, ha analizado los casos de Ginebra, Basilea-Ciudad y Zúrich en el periodo 1995-2010.
En el semicantón de Basilea-Ciudad, con un umbral de firmas que equivale al 2,8% del censo electoral y con 18 meses de tiempo para recolectarlas, se han votado 22 iniciativas, frente a 31 en Ginebra, donde el cuórum es dos veces más elevado –5,6%– y el plazo de solo 4 meses. Y Zúrich, con un cuórum medio inferior (1,5%) y un plazo de seis meses, ha votado la misma cantidad de iniciativas que Ginebra.
Progresión sobre un periodo prolongado
Está claro, en cambio, que en los 125 años de existencia de la iniciativa popular federal ha aumentado el número de las iniciativas que logran cumplir los requisitos cada año. Del 15 de septiembre de 1892, fecha de la primera, al 31 de diciembre de 2015, han sido 317, o sea, una media de 2,6 por año, indica Pierre Michel Cotroneo en su tesina de máster de Política y Gestión Pública ‘Sous la contrainte populaireEnlace externo’ (Bajo la presión popular), en la que examina la evolución del principal instrumento de la democracia directa suiza. Y como ilustra el gráfico, la media anual tiende a aumentar.
Iniciativas logradas por año (1892-2015)
No hay riesgo de avalancha
Aun así, el número de iniciativas logradas cada año no es como para poder calificarlo de “avalancha”, sostiene Marc Bühlmann. Si analizamos la evolución sobre un periodo prolongado, el politólogo observa que, a excepción de 2011 cuando se lanzaron 24 iniciativas, resulta difícil hablar de una marcada tendencia al alza.
El profesor de la Universidad de Berna destaca, en cambio, que la proporción de iniciativas que reúnen un número suficiente de firmas se ha mantenido siempre “sorprendentemente” estable, o sea, dos tercios de ellas, y esto incluso en los años en que se presentaron más de lo habitual. El hecho de que en el transcurso de los años el umbral de las firmas necesarias haya bajado proporcionalmente al número de ciudadanos con derecho de voto no parece, por tanto, incidir en la tasa de éxito de una iniciativa.
Iniciativas lanzadas, pero no logradas o no aceptadas (1980-2014)
Más actividad parlamentaria, no solo debido al pueblo
En cuanto al argumento de los partidarios de aumentar el número de firmas, porque consideran que sobrecargan a los miembros del Parlamento y les impiden dedicar el tiempo necesario a sus tareas principales, Marc Bühlmann muestra un gráfico basado en las estadísticas de la actividad legislativa. “Muestra claramente que sobre un periodo prolongado, no aumentan solo las solicitudes que recibe el Parlamento del exterior en forma de referéndums e iniciativas, sino también el número de decretos federales y de intervenciones parlamentarios”, señala el politólogo.
Asuntos tratados por el Parlamento en cada legislatura (1872-2014)
Traducción del italiano: Belén Couceiro
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