Se busca presidente
La política como ocupación secundaria: esta es una idea cuyo origen se encuentra en el sistema de milicias. En Suiza, miles de funcionarios ejercen una ocupación profesional normal y dedican su tiempo libre a actividades políticas. El sistema de milicias mantiene permeable la frontera entre la política y el electorado. Sin embargo, en la práctica llega a sus límites.
Durante el día, Markus Geist es director de los Ferrocarriles Federales Suizos (FSS) en Berna. Al salir del trabajo, se traslada a su casa en Emmental para estudiar planes de zonificación en su comuna o dirigir reuniones locales.
Geist es el vicepresidente de la comuna (municipio) de Grosshöchstetten. Eso lo convierte en uno de los miles de suizos (y algunas suizas) que, además de su profesión, ocupan un cargo en el ámbito de la política local. Geist fue alcalde de Schlosswil, la comuna vecina. Pero Schlosswil ya no existe como tal. Se fusionó con Grosshöchstetten a principios de 2018.
La combinación de la profesión y la política local paralela es el núcleo del sistema de milicias suizo. Esta es la base de la política suiza, no solamente a nivel comunal, sino también cantonal y nacional.
Este artículo forma parte de #DearDemocracy, la plataforma para la democracia directa de swissinfo.ch. Aquí, tanto autores internos como externos expresan sus puntos de vista. Sus posiciones no tienen por qué coincidir con las de swissinfo.ch.
Al menos en teoría. Porque en estos poblados en el Emmental, el sistema de milicias muestra sus dolencias: En Schlosswil es cada vez más difícil encontrar suficientes personas para ocupar los mandatos políticos comunales, explica Geist.
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Asamblea comunal
Enlace externoLa pequeña comunidad no es un caso aislado. A Geist le preguntaron hace diez años si quería presentarse como candidato para el consejo municipal, y prometió que lo haría.
Pero no todo el mundo tiene el tiempo o el deseo de ponerse a revisar los permisos de construcción o los reglamentos escolares al llegar a su casa por las noches luego de haber trabajado en su empleo.
Esa fue una de las razones por las que el pueblo de 600 habitantes, con un castillo que lo simboliza, se integró a la comuna vecina, más grande. Como resultado de las fusiones, el número de comunas en Suiza ha disminuido de unas 3 100 en 1950 a 2 212 (al 1 de enero de 2019). La Asociación Suiza de Comunas ha declarado el año 2019 como el Año del Trabajo de Milicias en Suiza a fin de abordar públicamente los desafíos de estas transformaciones.
La muerte de las comunas
Cuando fue fundada en 1848, Suiza contaba con 3 205 municipios. Esa cifra permaneció prácticamente inalterada hasta 1990.
En los últimos 30 años, casi 800 comunas, es decir, más de una cuarta parte, desaparecieron. A principios de este 2019 había 2 212.
Su marcada disminución es el resultado de las fusiones entre municipios. Una forma de buscar resolver los problemas financieros y de personal a nivel de los municipios.
Sin embargo, las fusiones comunitarias tienen su precio, como muestra la investigación actual. Una de ellas: la ya notoria disminución de la participación política desde hace 30 años se acentúa.
Responsabilidad compartida
El filósofo griego Platón soñaba con un Estado gobernado por filósofos. Su idea era que solamente aquellos que dedican toda su vida a lo que es bueno, correcto y razonable están en condiciones de dirigir el destino del país.
A Platón no le gustaría el sistema de las milicias suizas, que contradice diametralmente su ideal: Aquí no son unos pocos filósofos seleccionados los que deben decidir sobre las leyes, sino personas de todas las profesiones y condiciones sociales y con diferentes antecedentes.
La idea de base del sistema de milicias es similar a la de la democracia directa: el poder se distribuye sobre muchos hombros.
Los funcionarios electos deben seguir activos en sus círculos profesionales. Con ello se pretende contrarrestar el surgimiento de una “clase política” aislada.
La frontera entre los políticos y la población es permeable. Así fue deliberadamente diseñada. La idea de base del sistema de milicias es similar a la de la democracia directa: el poder se distribuye entre muchos hombros, la responsabilidad no está en manos de unos pocos profesionales, sino en manos de muchos ciudadanos.
Pero en el nivel más bajo de los tres niveles del Gobierno de Suiza, la crisis existencial se extiende cada vez más. En la última encuesta intercomunal, que se realiza regularmente en Suiza, la mitad de los participantes advirtió lo difícil o muy difícil que es ocupar los cargos locales de representación.
Año del Trabajo de Milicia
Con el Año de Trabajo de Milicia 2019, la organización paraguas de 2 212 municipios de Suiza quiere poner en el centro de la atención pública la crisis del sistema de milicias suizo. De enero a diciembre se celebran manifestaciones sobre el tema en toda Suiza. Los debates entre los expertos y el público buscan impulsar las reformas que se necesitan con urgencia para mejorar esta forma de participación pública.
Esto es aún más importante si se tiene en cuenta que el sistema de milicias se considera como la piedra angular de la participación política en Suiza. También están previstas varias publicaciones. El libro Milizarbeit in der Schweiz (El trabajo de milicias en Suiza) se publicará en mayo. swissinfo.ch es un medio de comunicación asociado a este programa de la asociación de comunas e informará regularmente sobre el tema.
Una de las razones es la disminución del atractivo de la política municipal: muchos funcionarios locales se quejan de que las comunas se están convirtiendo cada vez más en órganos puramente ejecutivos de los cantones y de la Confederación. Consideran que las autoridades locales apenas disponen de un reducido margen de maniobra.
Y cuando se trata de asuntos controvertidos, los conciudadanos a menudo emiten fuertes críticas o incluso insultan a estos representantes comunales, que escuchan con atención las exigencias, pero tienen limitado margen de acción.
En el Consejo Nacional y en el Consejo de los Estados, las dos cámaras del Parlamento que sesiona en el Palacio Federal de Berna, el sistema de milicias solo ha quedado en mito.
Sin embargo, el principio de las milicias no sólo se enfrenta a problemas en los municipios, sino también a nivel cantonal y nacional. En el Consejo Nacional y en el Consejo de Estados, las dos cámaras del Parlamento que sesionan en el Palacio Federal de Berna, el sistema de milicias solo ha quedado en un mito.
Aquel que ejerce un cargo de legislador, estudia detenidamente los expedientes y participa activamente en las comisiones, y no puede conciliar esto con un empleo normal.
Una de las razones del aumento de la carga de trabajo es el creciente número de normas internacionales que afectan a las políticas de Suiza, como resultado de la globalización.
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Parlamentario, cada vez más un oficio a tiempo completo
Además, el tamaño y, por tanto, la actividad de la administración federal ha aumentado. Pero también son los propios políticos los responsables: el número de iniciativas parlamentarias aumenta año tras año, por lo que los políticos de milicia crean constantemente nuevos puestos de trabajo para sí mismos. Una encuesta muestra que, en promedio, los parlamentarios invierten alrededor del 80% de su tiempo de trabajo en la política.
Si también trabajan en sus profesiones, normalmente lo hacen en un empleo que les permita horarios de trabajo muy flexibles. Los abogados y los empresarios están excesivamente representados en las dos cámaras. Otros trabajan para una asociación, un partido o un sindicato y, por lo tanto, combinan su cargo político con su profesión.
Eso no tiene que ser malo ‘per se’. Tal vez la complejidad de las cuestiones políticas de hoy haga imprescindible que los parlamentarios inviertan todo su tiempo en la política.
Pero la profesionalización tiene su precio. En su vida cotidiana, los políticos profesionales tratan principalmente con otros políticos con los que elaboran leyes. Por el contrario, tienen menos contacto con las personas que sienten los efectos de las leyes en su vida cotidiana.
Además, los propios políticos se ven a sí mismos menos afectados por las consecuencias de su propio trabajo político. Como resultado, la frontera teóricamente permeable entre los políticos y los votantes lo es cada vez menos.
Serie «Toolbox”
En Suiza hay una combinación de democracia indirecta y democracia directa. Esta última está más desarrollada que en cualquier otro país. Esto se refleja, entre otras cosas, en más de 620 votaciones nacionales, un ‘récord mundial’.
En la serie #DearDemocracy, Lukas Leuzinger examina los instrumentos, mecanismos y procesos más importantes y fundamentales de la democracia directa en Suiza.
El autor estudió Ciencias Políticas en la Universidad de Zúrich. Actualmente trabaja como periodista y es copropietario de los Politblogs La pesadilla de Napoleón.
(Traducción del alemán: Patricia Islas)
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