Diez años de prisión para neerlandesa por yihadismo y esclavitud de una yazidí en Siria

La Haya, 11 dic (EFE).- Un tribunal neerlandés condenó este miércoles a una neerlandesa a diez años de prisión por esclavizar en 2015 a una mujer yazidí, “pertenecer” al grupo terrorista Estado Islámico (EI) y “poner en peligro” a su hijo viajando a Siria, la primera condena en Países Bajos por delitos contra esta minoría étnica masacrada por la organización yihadista.

La Fiscalía había solicitado ocho años de prisión para la acusada, una neerlandesa de 33 años conocida como Hasna A., por someter a dos mujeres yazidíes como esclavas domésticas, pero el tribunal consideró “probado” solo uno de los dos casos.

Como los jueces calificaron la esclavitud de la mujer yazidí como “crimen de lesa humanidad”, la pena es superior a ocho años, aunque, al determinarla se tuvieron en cuenta “los problemas psicológicos” de la acusada y que vivió “en condiciones muy duras en campos de detención kurdos” tras la caída del autodeclarado califato en 2019.

La acusada fue condenada por cuatro delitos: pertenencia al EI; promoción de delitos terroristas con su “decisión consciente de viajar” a Siria y “reforzar” al grupo terrorista; y “esclavitud” al permitir y exigir trabajos domésticos a la víctima, contribuyendo al sufrimiento de la comunidad yazidí y al sistema de esclavitud promovido por el EI.

El cuarto delito es la puesta en peligro de su propio hijo: al llevarlo a una zona de guerra, exponiéndolo a bombardeos y ataques, le causó un impacto físico y psicológico grave.

Hasna A. viajó a Siria en febrero de 2015 con su hijo de cuatro años, poco después de que el EI proclamara su califato, y se casó con un combatiente yihadista, con quien tuvo más hijos y “formó un hogar”, señaló la Corte. Entre mayo y octubre de ese año, tenía en casa a una mujer yazidí como esclava, práctica común para el EI.

Además, adoptó la ideología extremista, usando términos despectivos como “kufar” (infieles, en árabe) en mensajes enviados a su padre, compartiendo fotos de sus hijos con bandas del EI, y trató de convencer a su familia en Países Bajos a unirse a ella, “mostrándoles una visión positiva” de la vida en los territorios bajo control terrorista.

La acusada tiene dos semanas para apelar el fallo.

A finales de 2022, el Gobierno neerlandés recogió de los campos kurdos en Siria a 12 mujeres y sus 28 hijos, y arrestó a las madres como sospechosas de pertenecer al grupo terrorista.

La Justicia exigió dar este paso porque, de no haberlas sacado de Siria, sus casos penales corrían el riesgo de cerrarse para siempre, y, de volver solas a Países Bajos en un futuro, no podrían ser procesadas por pertenencia al EI.

Es la primera vez que se emite una condena en Países Bajos por un delito cometido contra la minoría religiosa y étnica yazidí, masacrada hace una década por el grupo yihadista.

En 2014 la comunidad yazidí fue brutalmente perseguida por el EI, que asesinó a unos 5.000 hombres, secuestró a cerca de 7.000 mujeres y niños, y un total de 300.000 personas tuvieron que huir de sus hogares de la región iraquí de Sinyar. EFE

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