Docenas de judíos ultraortodoxos contagiados vuelven a Israel con test falsos
Jerusalén, 10 sep (EFE).- Docenas de ultraortodoxos contagiados de COVID-19 que estuvieron en una peregrinación anual judía en la urbe ucraniana de Uman volvieron a Israel con documentos de pruebas negativas falsas, lo que obligó a las autoridades a imponer medidas estrictas de prevención del virus entre los infractores, informan hoy los medios locales.
Hasta este viernes por la mañana se detuvo a más de 150 personas que fueron puestas bajo custodia policial tras ser descubiertas a su llegada en el Aeropuerto Ben Gurión de Tel Aviv, según la prensa local.
A todos los infectados se les transportó en ambulancias hasta sus domicilios, donde se les ha sometido a una cuarentena de diez días, mientras el Gobierno israelí planea presentar cargos penales en su contra por haber vulnerado las reglas sanitarias de acceso a Israel.
El primer ministro israelí, Naftali Benet, convocó anoche una reunión para abordar la cuestión y anunció que «se abrirá un proceso penal completo contra los infractores», para los que se podrían presentar cargos de fraude, propagación intencionada de una enfermedad o falsificación de documentos.
«El Gobierno de Israel ve con la mayor gravedad la entrada de personas que se verifica que tienen el coronavirus bajo falsos pretextos, con documentos falsificados», declaró Benet, que acusó a los infractores de «irresponsabilidad» al «dañar la salud pública».
Según el diario Jerusalem Post, más del 14% de religiosos dieron positivo de COVID-19 en pruebas rápidas hechas en Ucrania, por lo que habría unos 2.000 infectados entre los alrededor de 25.000 israelíes que participaron en las celebraciones religiosas en Ucrania.
Cada año, decenas de miles de judíos ultraortodoxos, seguidores del grupo jasídico Breslov, peregrinan a la urbe de Uman para marcar el Año Nuevo Judío (Rosh Hashaná) en torno a la tumba del rabino que fundó este movimiento en el siglo XVIII.
Israel, que ha vivido este verano un importante pico de contagios debido a la expansión de la variante Delta, se encuentra inmerso en una cuarta ola que las autoridades esperan revertir próximamente.
Durante los últimos días, la tasa de morbilidad ha disminuido progresivamente, aunque las autoridades instan a no bajar la alerta.
A su vez, Sanidad prosigue con la campaña de vacunación con la tercera dosis de refuerzo, que se aplicó ya a más de 2,7 millones de israelíes, entre una población total de alrededor de 9,3 millones.
El país registró ayer más de 7.800 contagios nuevos, mientras que la cifra de infectados activos se va reduciendo y ahora se sitúa a menos de 80.000, un número relativamente menor en comparación al pico de más de 91.000 casos al que se había llegado. EFE
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