2009: un año de transición económica para Suiza
La economía helvética inició el año sumida en la recesión, pero lo concluyó con crecimiento; y empresas como Holcim, Barry Callebaut o Schindler hicieron buenos negocios.
En contrapartida, la banca y sus malas noticias se mantuvieron como protagonistas. El secreto bancario desapareció, Credit Suisse recuperó el aliento, y UBS aún enfrenta “números rojos” y el colofón de su peor escándalo fiscal en EEUU.
El 2009 fue un año de contrastes.
En economía, como se dijo, permitió a Suiza pasar de una recesión profunda a un ciclo de crecimiento, un privilegio que compartió con una selecta elite europea que incluyó también a Francia y a Alemania, pero que excluyó a España y a muchos otros más.
A cambio, el sistema financiero helvético, ponderado en el mundo por su independencia y discreción, se replegó ante un planeta globalizado que le exigía terminar definitivamente con el secreto bancario.
Pese a ello, Suiza se mantuvo a la vanguardia. De hecho, se posicionó como la economía más competitiva del mundo, según el World Economic Forum (WEF) y su Índice de Competitividad realizado entre 133 naciones.
Un documento que confirma que en 2009-2010, Suiza desbancó a Estados Unidos como líder, y también dejó atrás a Singapur, Suecia y Dinamarca, entre otros.
A continuación, lo más importante del presente año.
El principio del fin
Enero suele asociarse al letargo en economía. El 2009, no fue una excepción.
Febrero marcó, de hecho, el primer evento destacado en la economía nacional.
El 17.02, y tras un año de pesquisas, UBS aceptó oficialmente que había promovido una multimillonaria oleada de evasión de impuestos entre 19.000 de sus clientes de origen estadounidense.
Y para resarcir su falta, ofreció al Internal Revenue Service (IRS), fisco estadounidense, entregar información confidencial de 250 cuentas sospechosas de evasión y pagar una multa de 780 millones de francos suizos.
La “entrega” del UBS no fue una iniciativa casual. El Senado de EUU tenía previsto publicar tres días más tarde (20.02), una lista de testigos que debían comparecer en Washington, y la mayoría de ellos eran ejecutivos de alto nivel del banco número uno de Suiza.
Peter Kurer y Marcel Rhoner, entonces presidente y Director General del banco, se dijeron “sinceramente arrepentidos y conscientes de las fallas de sus sistemas de control”.
Y ante la creciente presión internacional, Suiza cedió el 08.13. Tras conocer extraoficialmente que sería incluida en una “lista gris” de paraísos fiscales que la OCDE anunciaría en abril, en Londres, durante la cumbre del G-20, el gobierno helvético manifestó su intención de flexibilizar el secreto bancario, para anularlo en caso de sospechas de evasión.
Pero la promesa de transparencia no fue suficiente para la comunidad internacional. Suiza sí fue incluida en la “lista gris” -por presión de EEUU, Francia y Alemania- ante el estupor de las autoridades y bancos helvéticos.
Economía a contracorriente
Mientras el sector financiero suizo se sacudía, la economía real enfrentaba sus propios retos.
El Producto Interno Bruto (PIB) confirmaba un retroceso del 2,4% durante el segundo trimestre del año; así que el Departamento Federal de Economía (DFE) pasó a la acción.
La ministra Doris Leulthard anunció un nuevo paquete de apoyos financieros por 400 millones de francos suizos, que se sumaría a 1.000 millones de francos autorizados en 2008, para reactivar al sector productivo.
Esta vez, los destinatarios principales serían los jóvenes de menos de 24 años, población para la que el desempleo escalaba ya a 5%, prácticamente el doble de la media nacional, según cifras de la Oficina Federal de Estadística (OFS).
Después de dicha decisión, en julio, BAK Basel Economics, KOF, la Seco y el Fondo Monetario Internacional (FMI) celebraron los nuevos estímulos y dieron cuenta de su inquietud de cara a un sector exportador que retrocedía a tasas del 21% anual.
Lo único que permitía a la economía suiza mantenerse en pie era el consumo de las familias helvéticas.
Bonos y salida del túnel
En verano, el Sonntag reveló que UBS había otorgado aumentos multimillonarios a los sueldos de sus directivos para compensar la eliminación de bonos que había decidido a finales del 2008.
Aumentos de hasta 50% real que, paradójicamente, se dirigían sobre todo a ejecutivos basados en Londres y Nueva York, justo las sedes del inicio de la crisis de los “subprime” en 2008.
Ante la evidencia, UBS no tuvo más remedio que confirmar la noticia y justificarse: “No queremos perder a nuestros elementos más valiosos. Y sin incentivos económicos se irán a trabajar a la competencia”.
La crítica mediática y pública fue implacable, pero la decisión del banco no se modificó. Esta dinámica, que se repite en otros países del mundo, fue punto de partida de un debate internacional para regular las remuneraciones y bonos de los directivos bancarios que tuvo lugar en Pittsburg, en septiembre, nuevamente en el seno del G-20.
Una cita a la que Suiza no estuvo invitada, pero que le permitió a la distancia abandonar la “lista gris” de la OCDE, luego de haber firmado 12 convenios fiscales “transparentes” con igual número de países.
En agosto, y para concluir definitivamente su escándalo fiscal en EEUU, UBS se comprometió con la administración Obama a entregar información confidencial de 4.450 cuentas sospechosas de evasión.
Credit Suisse vivía una situación más holgada, había regresado ya a los números negros desde principios de año y se concentraba en sus planes de expansión para el 2010.
UBS no puede decir lo mismo, cerrará el 2009 con pérdidas y problemas.
Y para todos los protagonistas de la economía, el 2010 abre una promesa de estabilidad.
Andrea Ornelas, swissinfo.ch
La actividad sectorial se comportó de la siguiente manera en 2009:
La construcción (+4,8%)
La actividad académica y servicios de salud (+1,5%)
La hotelería y la restauración (0%)
Agricultura (-2,2%)
Industrias de la extracción y manufactura (-4,2%)
Sector financiero (-5,1%)
Suiza es la economía número 20 del mundo. Durante los últimos siete años, su crecimiento siempre ha sido más dinámico que el de la zona euro, a pesar de que muchos países europeos recelan de su decisión de operar de forma independiente a este bloque.
Suiza resistió mejor que la UE los embates de la crisis debido a una suma de factores: infraestructura de primera calidad, mano de obra calificada y flexible, una gran apertura económica, y una reacción oportuna ante el cambio de entorno.
En Europa, además de Suiza, han salido también de la recesión Francia, Italia, Alemania, Chipre, Eslovaquia, Portugal y Austria.
Algunas de los principales titulares de las empresas este año fueron:
ENERO. En plena recesión, Barry Callebaut inauguró una fábrica de producción de cacao en Monterrey (México) que será la principal proveedora de materia prima para la estadounidense Hersey´s.
FEBRERO. El multimillonario estadounidense, Warren Buffett, anunció su intención de invertir 3.000 millones de francos suizos en Swiss Re, la reaseguradora más grande del mundo.
ABRIL. Holcim lanzó una oferta de compra sobre la filial singapurense Jurong Cement para adquirir la totalidad de las acciones en circulación. La oferta fue amigable e incluyó 2,10 francos suizos por acción.
JULIO. Schindler ganó dos importantes contratos para suministrar ascensores y escaleras eléctricas a los aeropuertos de Berlín (Brandenburg International) y Calcuta (Teaji Subash). Lo que le permitirá aumentar 5% sus ventas antes del 2011.
SEPTIEMBRE. ABB, grupo tecnológico de origen helvético-sueco fue notificado por la Comisión Europea de una multa por 50 millones de francos suizos, tras probársele que entre 1999 y 2003 mantuvo un cártel de precios con la francesa Alstom, y las japoneseas Fuji Electrics, Hitachi y Toshiba, en la venta de material eléctrico para Europa.
OCTUBRE. Contra la tendencia del sector relojero suizo, sumido aún en las pérdidas, grupo Rolex decidió iniciar la construcción de una nueva fábrica en Biel para expandir su capacidad de operación y la fabricación de mecanismos de reloj.
NOVIEMBRE. Orange Suiza decidió adquirir 75% del capital de Sunrise (propiedad de la danesa TDC). Una fusión que generará un grupo que competirá abiertamente con Swisscom.
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