“La imagen del banquero libre de toda sospecha ya no existe”
El etnólogo suizo Stefan Leins ha estudiado durante dos años el trabajo de los analistas financieros de un gran banco suizo. Comparte con swissinfo.ch sus reflexiones sobre la sensibilidad de los banqueros y las buenas prácticas de los analistas financieros: el punto álgido de la gran crisis del centro financiero se inició en 2008.
swissinfo.ch: Como etnólogo, ¿por qué decidió estudiar a los banqueros suizos en lugar de viajar a un país lejano?
Stefan Leins: La cultura ya no está vinculada a las regiones, sino que se expresa a nivel global. Probablemente tengo menos que ver con alguien que trabaja en los órganos de gobierno de un banco aquí en Zúrich que con un joven ‘hipster’ en Manila. Quería saber qué pasa de verdad en los centros de poder cercanos a mí.
swissinfo.ch: ¿Cómo ha afectado la crisis financiera al entorno económico de los banqueros que usted ha estudiado?
S.L.: Entre 2010 y 2012 trabajé como analista financiero y al mismo tiempo estudié el trabajo de mis colegas. En ese momento, estaba comenzando la crisis del euro, se disparaban las cifras de desempleo y la deuda griega se estaba convirtiendo en un gran problema.
Todo esto no dejó a nadie indiferente, muchos soñaban con abandonar sus trabajos. En una cena con amigos, los banqueros apenas se atrevieron a hablar de su trabajo y muchos se sintieron culpables. Algunos culparon a otros banqueros y dijeron que “los banqueros y asesores de inversión asumieron riesgos innecesarios, no nosotros”.
swissinfo.ch: ¿Qué quiere decir con eso?
S.L.: Los banqueros no son solo banqueros. La mayoría de los empleados bancarios son contables. En la cima de la jerarquía, tenemos tres grupos: los asesores de los clientes, que proporcionan recomendaciones de inversión a personas con alto patrimonio y a las empresas, y los inversores, que ejecutan las transacciones. El tercer grupo está compuesto por analistas financieros, que asisten a los otros dos grupos en los análisis de mercados. Estos son los analistas que he estudiado.
Los analistas consideran que los demás empleados de banca son ingenuos porque no ven el panorama general, mientras que como expertos tratan de explicar la evolución futura de los mercados.
swissinfo.ch: ¿Cómo se anticipan los analistas financieros a la evolución del mercado?
S.L.: Aquí es donde las cosas se ponen interesantes. Cuando empecé mi nuevo trabajo, pensaba que para seguir el ritmo necesitaba adquirir muchos conocimientos. Para mi gran sorpresa, no encontré ningún procesador racional. A menudo, estos analistas operaban con una “sensibilidad de mercado” bastante difusa.
Estas personas ciertamente han estudiado economía, pero lo primero que recomiendan abiertamente es olvidar la teoría. En concreto, incluso si los modelos matemáticos indicaban que una empresa no iba en la buena dirección, se daba a menudo una opinión favorable a una inversión, simplemente en base a una “buena impresión”.
swissinfo.ch: En su libro, sin embargo, usted describe algunas técnicas concretas para anticiparse a las tendencias del mercado.
S.L.: Sí, buscamos modelos recurrentes en el desarrollo de una curva de cotización, por ejemplo. Uno de estos modelos es el llamado ‘Hanging Man’ (Colgado), que nos recuerda a un hombre en la horca. Otro se llama ‘Head and Shoulders’ (Cabeza y hombros), un modelo que indica una lenta caída de los precios.
Estas formas se interpretan, aunque desde un punto de vista económico o científico, no es lógico que el precio de una acción cambie siempre de la misma manera.
swissinfo.ch: Sin embargo, estos pronósticos parecen estar funcionando.
S.L.: Bueno. Hay experimentos en los que los analistas financieros se han enfrentado a monos y a gatos. Digámoslo de esta manera: las oportunidades se distribuyeron de manera muy uniforme.
swissinfo.ch: Pero entonces, ¿cuál es la función de estos analistas, si no es la de obtener ganancias?
S. L.: Mi respuesta podría ser que, en realidad, el futuro no es predecible pero que necesitamos escenarios para poder actuar y especular. Los analistas financieros permiten prever que el futuro no sea simplemente oscuro.
swissinfo.ch: Dicho así, parece que su trabajo tiene una función casi religiosa.
S.L.: Sí, técnicas como la adivinación y la brujería se describen en etnología de una manera muy similar a la predicción de la evolución futura del mercado. Los analistas financieros también suelen tener debilidad por el esoterismo. Para encontrar inspiración, pasan un año sabático en el Himalaya, hacen yoga, meditan.
A veces, la forma en que se habla del mercado recuerda a la religión. Se dice, por ejemplo, que el mercado ‘castiga’ a las personas. El mercado es un dios justo, a veces un poco temperamental, y el analista financiero es el profeta que predice los caminos a seguir.
swissinfo.ch: ¿Y la Paradeplatz (Plaza de Zúrich que equivalente a Wall Street en Nueva York) es el Vaticano de esta fe?
S.L.: Aquí no hay edificios como en Wall Street o en la City de Londres. Creo que el éxito de Suiza siempre se ha basado en el hecho de que parece un poco provinciana, a pesar de ser un centro de poder. Aunque no hay rascacielos en la plaza Paradeplatz, el mundo bancario suizo ha experimentado profundos cambios en las últimas décadas.
swissinfo.ch: ¿En qué sentido?
S.L.: En las películas de James Bond, Suiza a menudo se presenta como un paraíso bastante ambiguo para el dinero de todo el mundo. Al mismo tiempo, en los anuncios clasificados de la sección de corazón, los “banqueros” se presentaban como personas sólidas, administradores, contables, en definitiva, nada muy emocionante.
Su imagen cambió cuando los salarios subieron masivamente en la década de 1990. Los concesionarios de Porsche y Ferrari abordaban a la gente de la banca a la salida de la oficina los días que cobraban las primas. Es bastante normal que un hombre de treinta años tenga un salario anual de 150 000 francos y otros 100 000 francos más en concepto de primas.
swissinfo.ch: ¿Por qué en ese momento aumentaron tanto los salarios?
S.L.: En los años 90, la gestión de activos ya no era suficiente por sí sola. Las grandes fusiones que llevaron al nacimiento de UBS y Credit Suisse son el resultado de una crisis económica local.
Estas fusiones fueron acompañadas de nuevas prácticas empresariales y, en particular, de una mayor asunción de riesgos en los mercados financieros. Estas prácticas ofrecían la posibilidad de obtener beneficios mucho mayores. El valor de las acciones de los principales bancos entre finales de los años noventa y la crisis de 2008 se triplicó.
El bumerán volvió en 2008. Unas semanas después de la quiebra de Lehman Brothers, uno de estos bancos, UBS, tuvo que ser rescatado con instrumentos ajenos al Estado de derecho. Los bancos suizos no solo se han visto afectados por la crisis, sino que también han desempeñado un papel importante en su configuración.
Stefan Leins es profesor en el Instituto de Antropología Social y Estudios Culturales Empíricos de la Universidad de Zúrich y miembro de un programa de investigación de la London School of Economics and Political Science (LSE). En la actualidad trabaja en materias relacionadas con el comercio mundial de materias primas.
Sus investigaciones sobre los analistas financieros suizos tras la crisis de 2008 llevaron a la publicación del libro ‘Stories of Capitalism, Inside the Role of Financial Analysts’, editado por la Universidad de Chicago este año.
Traducción del francés: Lupe Calvo
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