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August von Finck, el banquero que no quería serlo

August von Finck, una de las grandes fortunas con asiento en Suiza. (Foto: RDB) RDB

De origen alemán, y miembro de la lista de multimillonaros de Forbes, heredó el emporio asegurador Allianz y la banca Finck.

Ironías del destino, sus intereses estaban muy lejos del sector financiero. Lo suyo son la ciencia, las bellas artes, la botánica y la hostelería.

El Segundo Reich marcó el inicio de la fortuna de los Von Finck. Prusia acababa de ganar la guerra con Francia y conseguía, a tropezones pero sin tregua, unificar los distintos estados alemanes.

El artífice de todo ese proceso de expansión llevaba por nombre Otto von Bismarck. El canciller que abrió para Alemania las puertas al auge en prácticamente todos los dominios: militar, geográfico, político, y por supuesto, económico.

Y en el estado de Hesse, en esta Alemania llena de cambios, un hombre llamado Wilhelm von Finck aprovechaba a fondo la coyuntura.

De hecho, sin su trabajo y el de su padre habría sido imposible construir el patrimonio que hoy ha convertido a August von Finck, su nieto, en uno de los miembros más polémicos de la Lista de Forbes, entre otras razones porque se reconoce un «banquero a la fuerza».

A continuación, la novena entrega de la serie: «Fortunas Suizas».

Los Wilhelm von Finck

Entender la madeja genealógica de los Von Finck es hacer un guiño a los «Cien años de Soledad» de Gabriel García Márquez.

El primer hombre importante de la dinastía fue Wilhelm, quien llegó al mundo un 6 de febrero de 1848 en la región de alemana de Hesse y fue conocido entre los vecinos por sus dotes de hábil comerciante.

Su visión para los negocios era poco común en aquel periodo.
De hecho, fue uno de los escasos emprendedores que vislumbró el potencial de esa nueva Alemania transformada de finales del siglo XIX.

Estudió negocios durante tres años en Francofort y también abogacía, estaba seguro de que poco a poco penetrará el universo de los negocios financieros, que era entonces su prioridad.

Y tanto se concentró en ello, que dejó la vida personal de lado en una generación en la que esto era prácticamente inconcebible.

Trabajó para el banco N. Schmidt, y no cesó hasta que los ahorros que tenían le permitieron convertirse en accionista del banco Merck, Christian & Co.

También invirtió en empresas como ligadas a la construcción, en centrales hidroeléctricas, en el creciente sistema ferroviario, y también en el negocio cervecero.

Wilhelm, o Guillermo para hablar en buen español, se casó pues a los 38 años de edad con María, una joven dulce, y 15 años menor, a la que poco lo interesaban sus negocios.

María se concentró en criar a los cuatro hijos de ambos. El primogénito, por cierto, de nombre August von Finck heredaría la conducción del emporio familiar.

August von Finck, primero

En esta historia de nombres y caminos convergentes, August von Finck nació en 1905 en Kochel, Alemania.

Su padre había echado a andar ya un engranaje de negocios que les ofrecía jugosas ganancias anuales. El banco Merck, Christian & C.O había sufrido una metamorfosis para convertirse en banco Merck, Finck, & C.O.

Y su padre había apostado también por el sector asegurador en el que invirtió en la que entonces era una empresa incipiente, Allianz, que habría de convertirse en un gigante de los seguros alemanes.

Con la muerte de su padre, en 1924, August tomó el relevo de los negocios familiares, y poco después dio un giro a su vida personal.

Conoció a Margot, hija de un empresario alemán, y se casó con ella en 1927. El matrimonio tenía fecha de caducidad incluida. Duró 15 años exactos. Pero gracias a él nació su primogénito y homónimo August von Finck, un 11 de marzo de 1930.

En el ámbito de los negocios, August primero asumió lugares estratégicos en los consejos de administración de todas las empresas en las que su padre era accionista, un listado que para entonces incluía al banco y la aseguradora citados, pero también instituciones como el Banco Bávaro, el Banco Hermes o el Banco Alemán del Sur.

August primero tenía también, sin embargo, una vena artística y política fuertemente desarrolladas. Fue presidente de la Casa del Arte Alemán, en Munich.

Tras la segunda guerra mundial se avocó con toda su energía a realizar trabajo de cabildeo entre los legisladores de la época para garantizar la propiedad de la tierra, ya que su familia poseía unas 4000 hectáreas de terreno en los alrededores de Munich, unas 1.200 hectáreas de tierra agrícola y ningún deseo de perderlas.

En su segundo matrimonio, a los 50, August primero procreó dos hijos más, de los que se conoce poco.

August, el rebelde

El que es alto quiere ser pequeño. El esbelto ganar kilos, el rollizo perderlos, el rubio tener la gracia del moreno; y el moreno la belleza del rubio.

Y los millonarios no son excepción.
August von Finck segundo habría preferido ser un campesino, un pintor o un hombre de ciencia. Pero no pudo.

No tuvo elección.
Era el primogénito de la tercera generación de la dinastía de banqueros Von Finck y había que actuar en consecuencia. Estudió negocios, pero también ciencias naturales en Francfort y dio libre vuelo a sus aficiones por la botánica.

En 1973, cuando rondaba los 30 años de edad, tuvo sin embargo que asomarse por ese universo al que se le escabullía.

Por razones fiscales, August, su padre, realizó una primera herencia en vida para él y sus otros tres hijos –dos del primer matrimonio y dos más del segundo-, proceso que exigía probar que tomaban parte de alguna forma de los negocios que poseía Von Finck.

El entonces llamado banco Merck, Finck & Co., y Allianz, ya eran dos gigantes del sistema financiero mundial.

August conocía las entrañas de las dos instituciones financieras, pero no le interesaban. Se decantó pues por labores como la de ser vocero de la institución de crédito, y por la plantación de proyectos.

Fue él, de hecho, quien decidió mudar el centro de gravedad de los negocios de los Finck a Suiza. Primero, por razones personales -su afición hacia los lagos y el esquí-, pero también porque su desinterés por los negocios no le restaba el olfato financiero que le venía de familia.

Había un sólido argumento para la mudanza: los negocios familiares disfrutarían de beneficios fiscales que Alemania no podía ofrecerles. Y Weinfelden era el cantón perfecto para ello.

August padre murió en 1980, y August hijo tuvo que asumirse como heredero principal de los negocios Von Finck.

Mövenpick

La década de los 80 le permitió a August von Finck conocer a fondo todo el abanico de negocios de los Von Finck.

Al iniciar los 90s, se sinceró con su verdadera vocación y actuó en consecuencia.

Esto es, decidió vender una parte de las acciones del banco de los Finck, por 500 millones de francos suizos, a los británicos de Barclays.

Y un poco después también vendió la aseguradora Allianz.
Su objetivo personal era concentrarse en los negocios que le eran más atractivos. El más importante está ligado a Suiza, y se trata de la cadena hostelera Mövenpick, que compró, y fue el motivo de su mudanza definitiva a Suiza.

Se concentró también en otro de sus negocios favoritos: el cervecero.

En 2004, fusionó a la alemana Lwenrbru con su principal competidora Spaten, ambas fundadas en el siglo XIV y con una presencia importante en la región de Baviera, gestión que generó un gigante que fabrica 2 millones de hectolitros de cerveza al año.

Hoy, August von Finck junior tiene 76 años y la presión de sus ancestros dejó de pesarle sobre la espalda. Atiende los negocios que le gustan y dejó de lado los que no le interesaban. Después de todo, se cuenta entre los 75 empresarios más ricos del mundo y goza de buena salud.

¿Qué más podría pedir?

swissinfo/Andrea Ornelas

La última operación relevante del emporio Von Finck fue la venta de la operadora de activos Wilhelm von Finck, que pasó a manos del Deutsche Bank en enero del 2005, por 1.200 millones de francos suizos.

August von Finck decidió hacer negocios de lleno en Suiza a través de Mövenpick, una multinacional que comprende actividades gastronómicas, vinos y hoteles. Actualmente, dada su talla, Mövenpick cotiza en el SWX Swiss Exchange de Zúrich.

Los Von Finck vieron mermado su patrimonio y capacidad de gestión durante la II Guerra Mundial en donde se les asoció al nazismo debido a los nexos temporales que estableció August Von Finck padre con este régimen.

August von Finck posee una fortuna de 8.500 millones de francos suizos.
Ocupa el lugar número 74 de multimillonarios de la Lista de Forbes.
Acaba de cumplir 76 años de edad.

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