Aurelio Item, el suizo que descubrió la Villa de los Misterios de Pompeya
La Villa de los Misterios es uno de los edificios más visitados de Pompeya, sobre todo por la serie de magníficos frescos que alberga en su interior. Fue descubierta a principios del siglo XX por un ciudadano suizo.
Para conocer la historia de su descubrimiento, hay que situarse en enero de 1909. En un terreno en ruinas cerca de las excavaciones arqueológicas de Pompeya, Aurelio Item se encontraba de caza con unos amigos. Aurelio era sobrino de Jakob, que llegó a Nápoles procedente de Bonaduz, en el cantón de los Grisones, en 1829. El terreno en el que cazaba era de su propiedad y se encontraba a pocos metros del Hotel Suisse, fundado unos años antes por su padre Vincenzo.
Cuando estaba en plena observación para intentar cazar quién sabe qué animal, Aurelio se fijó en unas piedras que sobresalían del suelo, muy parecidas a las de los edificios romanos que habían dado fama mundial a la ciudad que se sitúa a la sombra del Vesubio. Ese día, el suizo Aurelius Item encontró los restos de la Villa de los Misterios, la extraordinaria villa romana que se alza a unos cientos de metros de las murallas de Pompeya y que hoy es una de las joyas de las excavaciones arqueológicas por los extraordinarios frescos que cubren las paredes de la sala principal.
Vídeo en italiano de tvsvizzera.it
“Nuestra familia está muy unida a esta historia», explica a tvsvizzera.it Giulia Item, bisnieta de Aurelio. Hoy, la familia Item ha dejado Pompeya y la dirección del Hotel Suisse, pero no ha abandonado sus vínculos con la Confederación Helvética. Soy ciudadana suiza, al igual que mis primos. De todas las familias de la diáspora suiza en Nápoles en el siglo XIX, somos de las pocas que han mantenido un vínculo tan fuerte con el lugar del que procedemos».
La historia de la familia Item está recogida en una docena de carpetas en las que Nico, el padre de Giulia, recopiló todos los documentos que relatan los casi 200 años de historia de la rama napolitana de la dinastía. Desde el fallecimiento de Nico, han pasado a manos de su hija, que los conserva en un archivo. Esos documentos cuentan la historia de la familia, pero también la de Pompeya y Nápoles. E incluso de la formación del Reino de Italia.
Item, una familia leal a los Borbones
El fundador de la rama napolitana de la familia Item fue Jakob. Nació en 1803 en los Grisones, a los 26 años decidió abandonar su tierra natal y trasladarse a la capital del reino de las Dos Sicilias con el objetivo de ofrecer sus servicios militares al rey Fernando II de Borbón. Junto con su hermano, Anton, ingresó así en el 3er Regimiento Suizo del ejército borbónico.
En Nápoles, Jakob encontró el amor y se casó con Rachele Visconti en 1838. De su unión nacieron Vincenzo y Giacomo. «Pero el padre no disfrutó mucho tiempo de sus hijos, ya que, tras menos de cinco años de matrimonio, fue hospitalizado en Gaeta, donde murió a las pocas semanas», escribe el historiador Elio Varriale en un ensayo.
Huérfano de padre, Vincenzo, con solo siete años, fue alistado en el ejército borbónico como ‘hijo de tropa’ (su hermano le siguió unos años más tarde). Un acuerdo alcanzado tiempo atrás entre el rey Fernando IV y los diversos cantones de la Confederación Helvética permitía el alistamiento de huérfanos de soldados suizos en el ejército borbónico (sin importar su edad). De este modo, Vincenzo y Giacomo integraron las filas del ejército del Reino de las Dos Sicilias con tan solo 15 años.
Ambos combatieron, en 1860, en la guerra entre los ejércitos de Saboya y Borbón. Unos meses después de comenzar el conflicto bélico, los hermanos Item ya figuraban entre los soldados más cercanos y leales a los gobernantes napolitanos. Tanto es así que estuvieron en primera línea en el asedio de Gaeta, donde tuvo lugar la capitulación final del Reino de las Dos Sicilias.
El final de la guerra y del Reino dejó a Vincenzo y Giorgio Item sin trabajo. Como explica Vincenzo Amorosi en un ensayo dedicado a la familia suiza: «Habiendo regresado a una Nápoles que ahora era una antigua capital, en plena crisis económica y comercial y con una tasa de desempleo muy elevada, a Vincenzo y Giacomo, soldados borbónicos que se habían negado a alistarse en el ejército de Saboya, les resultó extremadamente difícil rehacer sus vidas.
Sin embargo, lo consiguieron, pero no en Nápoles. Eran los años en que el Grand Tour -que durante décadas había llevado a cientos de jóvenes de la aristocracia europea a visitar las maravillas de la Península- se estaba convirtiendo en algo diferente, algo más comercial.
Por ello, Vincenzo y su hermano decidieron trasladarse a Pompeya para aprovechar el creciente número de visitantes a las excavaciones arqueológicas. A los pies del Vesubio, instalaron una de las primeras tiendas de recuerdos fotográficos. Entonces Vincenzo decidió dar el paso: compró un terreno en el que construyó un hotel, el Hotel Suisse, cerca del cual, solo veinte años después, su hijo Aurelio descubrió la extraordinaria Villa de los Misterios (Villa dei Misteri).
Una villa al otro lado de la muralla para la producción de vino
Fue un descubrimiento extraordinario porque en la sala principal de la villa romana se encontró, casi intacto, un ciclo pictórico sin precedentes en los descubrimientos romanos. «Esta enorme sala presenta escenas de megalografía, es decir, con representaciones de figuras de tamaño real», explica a tvsvizzera.it la doctora Maria Rispoli, arqueóloga responsable de la Villa de los Misterios. «El tema principal que encontramos en todos los muros es el de la mujer, vista en sus momentos cíclicos: desde la pubertad hasta la adolescencia, la madurez sexual y el matrimonio. Aunque en el fondo domina la pareja divina, a saber, la figura de Dioniso abandonado en éxtasis en brazos de Afrodita, que juntos rigen el ciclo de la vida y la reproducción».
Una escena colocada allí no por casualidad, ya que la Villa de los Misterios se construyó fuera de las murallas de Pompeya, en tierras de cultivo que se utilizaban para la producción de vino. Ese ciclo pictórico es un recordatorio de la fertilidad de la tierra.
De ‘Villa Item’ a ‘Villa de los Misterios’
Cuando Aurelius Item vio aquellas piedras emergiendo de la tierra, no podía imaginar la extraordinaria obra que se escondía debajo. De todos modos, Aurelio decidió financiar personalmente una campaña de excavación con la ayuda de un amigo, el arqueólogo Matteo Della Corte. Tras unos meses de trabajo, ‘Villa Item’ emergió en su extraordinaria belleza.
Al principio, de hecho, la Villa de los Misterios era conocida por el nombre de su descubridor. La noticia de su descubrimiento dio la vuelta al mundo. Fue Amedeo Maiuri, en 1913, quien le dio el evocador nombre de Villa de los Misterios, por el rito mistérico, es decir, reservado a los devotos del culto a Dioniso, representado en la sala central.
Un descubrimiento tan importante no podía permanecer en manos privadas, por lo que se inició una larguísima negociación entre Aurelio y el Reino de Italia, que duró hasta el 23 de junio de 1913, cuando el Estado pagó a Item 270 000 liras (el equivalente a cerca de un millón de euros en moneda actual).
Aurelio perdió la Villa de los Misterios, pero siguió beneficiándose de su descubrimiento, ya que dicha Villa se encontraba a pocos metros de su Hotel Suisse. Visitantes de todo el mundo competían por alojarse en el hotel suizo, que permaneció bajo la dirección de la familia Item hasta que Nico, sobrino de Aurelio, decidió venderlo.
«Mi padre tenía otra pasión: la música», explica su hija Giulia. Cuando ganó el concurso para entrar en el prestigioso coro del Teatro San Carlo, decidió seguir por ese camino y abandonar el espíritu empresarial. Pero siempre ha estado unido a ese lugar. Así como a la extraordinaria historia de nuestra familia. Y estos documentos son la prueba de ello».
Adaptado del italiano por Carla Wolff
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