Bancos extranjeros en Suiza sufren la fuga de capitales
HSBC, Deutsche Bank y BSI AG son algunos de los célebres representantes de un gremio que el año pasado enfrentó la partida de 10.000 millones de francos suizos, producto de clientes temerosos del derrumbe del secreto bancario.
La banca internacional sabe que la metamorfosis que atraviesa es irreversible. Por ello apoya la creación de un nuevo impuesto capaz de frenar la evasión de los clientes extranjeros, sin vulnerar su privacidad.
El 45% de los bancos que operan en la plaza financiera suiza son de origen extranjero.
Un gremio que encabezan firmas como HSBC, Banque Sarasin, BSI (Generali), Deutsche Bank, Credit Agricole o GP Morgan y que administra casi un billón de francos suizos en 2010.
Sin embargo, durante el año 2009 enfrentó una fuga de capitales por 10.000 millones de francos suizos, según el revela el balance anual que presentó la Asociación de Bancos Extranjeros de Suiza (ABES) el miércoles (26.05.).
Dos razones explican la partida de las fortunas: el temor de muchos clientes de que el secreto bancario deje de protegerles; y el interés que despierta acogerse a programas de amnistía fiscal, como que el que puso en marcha el Gobierno italiano.
Pese a las malas nuevas, la ABES estima que el panorama no fue tan adverso como se preveía originalmente. Y el 2010 augura mejores noticias.
Caen ganancias y empleos
Al cierre de 2009, la banca extranjera en Suiza administraba 980.200 millones de francos suizos, según el informe anual 2009 de la ABES.
Sin embargo, aunque la operación se mantuvo dentro de los números negros, las utilidades cayeron un 38% con respecto a 2008.
Pese a ello, Alfredo Gysi, presidente de la ABES, asegura que “aún con condiciones económicas y políticas adversas, la banca extranjera logró consolidar su rol protagónico dentro de la plaza financiera helvética”.
Y refiere que su gremio representa el 2% del PIB suizo, y con una plantilla de 20.000 empleados, generara uno de cada cinco trabajos suizos ligados a la plaza financiera.
Gysi reconoce que en 2009, los bancos foráneos se vieron obligados a recortar el 8% de su plantilla laboral –unos 8.000 puestos de trabajo- por la necesidad que enfrentaron las instituciones de reducir sus gastos fijos.
Aún así, destaca, la banca extranjera se mantuvo como activa generadora de empleo en un periodo en el que el paro aqueja a todos los sectores del país.
Según la ABES, el grueso de los trabajos ofrecidos por la banca extranjera se centralizan en Ginebra (41%), Zúrich (32%) y Lugano (16%).
Retener impuestos
El encuentro anual de la ABES con la prensa fue la ocasión ideal para que los bancos extranjeros reiterasen su apoyo a una salomónica iniciativa que busca terminar con la evasión de impuestos de los clientes extranjeros de la banca suiza, sin vulnerar su privacidad.
Alfredo Gysi, presidente de la ABES, afirmó que el llamado ‘impuesto retenido en la fuente’ –una iniciativa que la banca helvética defiende y apoya desde diciembre de 2009- es la mejor solución para combatir el incumplimiento fiscal y para garantizar un incremento en los ingresos tributarios de los gobiernos, sin afectar la esfera privada de los clientes.
Por su parte, Martin Maurer, director general de la ABES, agregó que la banca extranjera estima que no es momento de debatir asuntos como el intercambio automático de información fiscal entre Suiza y otros gobiernos, cuando existen mecanismos que permiten solucionar los problemas de orden fiscal sin atentar con el secreto bancario.
Esencialmente, la banca helvética propone retener a sus clientes el impuesto que corresponde a las ganancias que generaron sus inversiones y transferir ese dinero a la administración fiscal del país de origen de los titulares.
Un sistema que Suiza aplica ya con 19 países de la Unión Europea (UE) y que haría extensivo a naciones fuera del bloque europeo.
Cabe recordar que swissbanking, asociación que aglutina a todos los bancos que operan en Suiza, también respalda esta propuesta y considera que no hay mejor alternativa en puerta, porque cumple con los criterios del Artículo 26 del Modelo de Convención Fiscal de la OCDE y responde también a las exigencias del G-20.
Amnistía fiscal
Lo cierto es que, mientras el panorama se aclara en el Legislativo, los bancos extranjeros se vieron afectados por los temores de sus clientes.
Aunque registraron una fuga de capitales de 10.000 millones de francos suizos en 2009, muchos de ellos son recursos de clientes italianos que decidieron acogerse a la amnistía fiscal decretada por el gobierno de Silvio Berlusconi (escudo fiscal italiano).
La plaza financiera del Tesino es la tercera más importante en Suiza después de Ginebra y Zúrich, ya que, según cifras del Banco Nacional Suizo (BNS), gestionaba 420.200 millones de francos suizos el pasado mes de marzo.
Según estimaciones del Ministerio de Economía de Italia, hasta 150.000 millones podrían pertenecer a clientes italianos.
El programa, que entró en vigor en septiembre de 2009, permitió repatriar capitales por más de 125.000 millones de francos suizos durante ocho meses.
Esta cifra aún podría afinarse a la alza y es una razón adicional que llevará a los bancos extranjeros a buscar que los políticos aprueben mecanismos que permitan aligerar la evasión, sin generar temor en los dueños de las fortunas que se administran desde Suiza.
Andrea Ornelas, swissinfo.ch
Suiza aplica el llamado ‘impuesto anticipado’ a los clientes de 19 países de la Unión Europea (UE), que opera bajo un esquema muy similar al ‘impuesto retenido en la fuente’.
Es decir, el banco retiene impuestos sobre las ganancias de sus clientes extranjeros y los transfiere al fisco de su país de origen. La propuesta actual de los banqueros es afinar el esquema y aplicarlo con todos los países interesados.
La Asociación de Bancos Extranjeros en Suiza (ABES) reúne a más de un centenar de bancos de origen foráneo que operan activamente en Suiza. Representa sus intereses y gestiona y divulga sus resultados financieros.
Por su parte, la Asociación Suiza de Banqueros (swissbanking) es la asociación gremial de la plaza financiera suiza, su objetivo central es promover condiciones óptimas para el desarrollo del sistema financiero suizo, integrado por instituciones nacionales y extranjeras.
El sector bancario suizo ha experimentado numerosos cambios durante la última década.
De acuerdo con la ABES, 5 de cada 10 bancos han experimentado algún proceso de fusión y alrededor de 3 de cada 10 bancos que hoy operan en el mercado, no existían en 2001.
De hecho, sólo 2 de cada 10 bancos extranjeros activos en la plaza financiera helvética trabajan exactamente bajo la misma estructura que poseían al inicio de la década.
Los 10 bancos extranjeros más importantes en Suiza son (de mayor a menor presencia):
HSBC Private Bank, Banque Sarasin & Cie, BSI SA, Deutsche Bank, Credit Agricole, Coutts Bank.
La plaza financiera suiza cuenta con 330 bancos, de los cuales 155 son extranjeros.
La banca extranjera genera riqueza equivalente al 2% del PIB helvético.
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