Baselworld, mira al crecimiento
El universo joyero y relojero se reúne a partir de este jueves a orillas del Rin en la edición 2011 de Baselworld. Los indicadores económicos avanzan y las expectativas son buenas.
Empero, persisten interrogantes geopolíticas y monetarias, posteriores al terremoto de Japón, que incitan a la prudencia
“Me siento optimista; pienso que en 2011 la relojería suiza podría superar la mítica barrera de los 17.000 millones de francos suizos para las exportaciones, un registro que ya obtuvo en 2008. Incluso, ¿por qué no?, podríamos ir más allá de los 18.000 millones”.
El propósito de François Thiébaud, director de Tissot y representante de los expositores suizos en la feria de Baselworld, evidencia la confianza que tiene en la recuperación del sector relojero helvético y en la solidez de sus cifras luego del “gancho al hígado” que sufrió con la crisis financiera y posterior recesión, que solamente en 2009 recortaron 22% sus ventas en el extranjero.
No obstante, en Baselworld será el número de pedidos que reciban los centenares de expositores de la feria, el que determine durante los próximos ocho días si la tendencia positiva se confirma.
En todo caso, la perspectiva es prometedora: la relojería suiza acaba de vivir el mejor mes de febrero de su historia, con ventas por 2.600 millones de francos suizos en el extranjero, 18% más que en febrero del 2010.
También optimista, Sylvie Ritter, directora del salón que es considerado como referente mundial por expositores y periodistas internacionales (y una cita a la que también está invitado el público en general), asegura que en el presente el principal reto del sector relojero internacional es ser capaz de “producir todos los relojes que se le piden a nivel mundial”. Y hasta ahora, añade, ¡hemos cumplido cabalmente cada desafío al que nos hemos enfrentado!”.
Por su parte, Jacques Duchêne, presidente del comité de expositores desde hace varios lustros, confirma con actitud de viejo conocedor que también observa un “contexto positivo”. Sin embargo, advierte que “aun cuando todo parece avanzar en la dirección correcta, existe también una incierta situación geopolítica que exige prudencia y análisis a todos los protagonistas del sector”.
Frenazo japonés
En febrero pasado, Japón -un mercado amante del lujo- se ubicó en la novena posición como destino de las exportaciones de relojes suizos. Las ventas a este país crecieron 3,4% ese mes, para sumar 62 millones de francos.
Pero el tsunami y sus secuelas dejan ahora signos de interrogación comercial.
François Thiébaud estima que el impacto potencial de Japón sobre las exportaciones suizas de relojes será inferior a 1%, sobre las ventas globales en el extranjero. Una pérdida que además tendría que ser de corta duración.
Cabe destacar que la tragedia japonesa suscitó testimonios de simpatía entre todos los participantes a la conferencia de prensa que tuvo lugar el miércoles en Basilea para hablar sobre Baselworld.
La información confirmada deja claro que las 12 marcas relojeras niponas que se comprometieron a participar acudirán a su cita. Colmo referencia, el año pasado asistieron al evento 400 visitantes y 80 periodistas japoneses.
Al respecto, Sylvie Ritter confirma que no ha recibido ninguna anulación nipona para Baselworld 2011. Pero advierte que deberá aguardarse hasta el final de la feria para sacar conclusiones sobre si se vio afectada o no, la participación japonesa en la cita de Basilea.
En todo caso, no habrá comparación alguna con el 2003, cuando el Síndrome Respiratorio Agudo Severo (SARS) bloqueó la llegada de muchos visitantes asiáticos por decisión de las autoridades de salubridad pública de Suiza, afirmó.
El Golfo Pérsico y el franco fuerte
Las revueltas en África del Norte, que podrían afectar al Golfo Pérsico, ávido de productos relojeros suizos, es otra de las incertidumbres que prevalecen este año en Baselworld 2011.
François Thiébaud, quien acaba de regresar de Qatar, tranquiliza a los participantes y afirma que “tras haber conversado con gente de los Emiratos, y de otros países de la región, es claro que la inquietud es menor entre ellos, que aquí”.
Pese a ello, y aunque el mercado más grande la región, que es Arabia Saudita, goza de una situación normal, en febrero pasado las exportaciones de relojes suizos a Qatar y Arabia Saudita cayeron 28,6 y 11,6%, respectivamente.
Un viraje que Thiébaud atribuye sobre todo a la fortaleza del franco, que se sumó a los problemas geopolíticos del mundo. Pero desde su perspectiva, ahora la principal preocupación serían los efectos del tsunami nipón.
Por el momento, el alza del franco suizo ha tenido un efecto marginal sobre las exportaciones suizas, pero nadie descarta que el fenómeno de apreciación reciente del franco se manifieste con desfase en los meses por venir, como lo ha estimado el Presidente del Banco Nacional de Suiza (BNS), Philipp Hildebrand.
Al respecto, Thiébaud simplemente dice: “No soy adivino. Pero creo que, gracias a su experiencia y calidad, los relojes suizos cuentan con ventajas importantes. Y los países emergentes, en plena expansión, demandan productos helvéticos porque estos reflejan autenticidad y savoir-faire”.
Tendencia al conservadurismo
Un recorrido por los pasillos de Baselworld confirma que la crisis dejó cierta huella en la industria relojera internacional. En el presente, el conservadurismo estético es claro. Y aunque es prematuro hablar de tendencias, Thiébaud afirma que priman los relojes pequeños, con formas tradicionales, redondas o cuadradas, pero inspiradas en los años 50´y 60´s.
También prevalecen las piezas bicolores (oro-acero), y en el plano mecánico, se retoman los tradicionales tourbillones y calendarios perpetuos.
“Las crisis obligan a la gente a poner de nuevo los pies sobre la tierra, y a concentrarse en los valores verdaderos”, puntualiza el representante de los expositores suizos.
Inaugurado el jueves por el Ministro del Interior, Didier Burkhalter, el principal salón de la relojería y la joyería del mundo cuenta con:
1892 expositores de 44 países que participarán en Basilea, del 24 al 31 de marzo.
Una superficie de 160’000 m2 estructurada a partir de 25 kilómetros de pasillos de exposición.
Entre los participantes se cuentan 736 joyeros, 627 relojeros y 529 representantes del sector (herramientas, materiales, brazaletes, etcétera).
Del total de expositores 64% son europeos; 28% asiáticos y 4,5% norteamericanos.
Las marcas suizas expuestas son 466 de 307 relojeros distintos.
El salón espera 100.000 visitantes de 100 países distintos, de los cuales 3.000 son periodistas.
Para el montaje de los stands y la decoración de los seis salones de exposición trabajaron 30.000 personas y se utilizaron 7.500 camiones “peso pesado” para transportar materiales como 5.200 toneladas de hierro y 130.000 m3 de materiales diversos.
Suiza, principal exportador de relojes y joyas del mundo, comercializó productos en el exterior por 16.200 millones de francos suizos en 2010, monto 22% superior al del año previo.
Hong Kong, en la segunda plaza, vendió relojes por 5.120 millones de dólares en el extranjero, 30% más que en 2009; y comercializó 4.400 millones de dólares en joyería, 21% más que el año previo.
En tanto, Francia exportó relojes por 3.030 millones de euros, y joyas por 1.460 millones de euros, que implican un crecimiento conjunto del 23% con respecto al 2009. Adicionalmente, la principal potencia turística del mundo comercializó otros 5.300 millones de euros de joyas y relojería en su territorio.
Traducción, Andrea Ornelas
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