Brecha salarial entre hombres y mujeres se profundiza
En Suiza, la igualdad salarial entre hombres y mujeres tendrá que esperar todavía. Una encuesta nacional muestra que las diferencias incluso se han ampliado en los últimos años. El anuncio fortalece el debate sobre la introducción de un salario mínimo legal en Suiza, propuesta que será votada por la ciudadanía el 18 de mayo.
La Oficina Federal de Estadísticas (OFE) publicó esta semana los resultados de una encuesta sobre los salarios en la que se advierte que la brecha entre los ingresos de hombres y mujeres, que con el tiempo se había reducido, volvió a ampliarse entre 2010 y 2012. El aumento es del 0,5% y la diferencia actual, del 18,9%.
Directora de la Oficina Federal para la Igualdad, Sylvie Durrer manifiesta a swissinfo.ch su “inquietud e incomprensión” por esos resultados. “Se necesitará analizar los datos con mayor detalle para determinar qué proporción se explica por factores objetivos, como el nivel de formación y de responsabilidad, y cuál se deriva de la discriminación”, precisa. En 2010, la OFE estimaba que casi el 40% de esa diferencia era todavía inexplicable y, por lo tanto, representaba una pura discriminación.
Los sindicatos reaccionaron también con firmeza. La Unión Sindical Suiza (USS) califica esa evolución de “muy inquietante” y la UNIA, de “señal alarma” para las mujeres. La Confederación se encuentra entre los países con mayor discriminación salarial, incluidos Japón y Corea del Sur, afirma Vania Alleva, vicepresidenta de la USS. “En uno de los países más ricos del mundo, que carece de mano de obra especializada y en el que las mujeres contribuyen en gran medida a la economía, es intolerable figurar entre los de peor desempeño en términos de discriminación salarial”, enfatiza.
A menos de tres semanas de la votación sobre la introducción de un salario mínimo legal en Suiza, la encuesta lleva agua al molino de los representantes de la izquierda y los sindicatos, que resultarían perdedores según las primeras encuestas. “De los 7.700 millones de francos que escapan cada año a las mujeres debido a la discriminación salarial, mil millones serían restituidos merced a la iniciativa”, asienta Vania Alleva.
Presentada el lunes 28 de abril a la prensa, la investigación sobre la estructura de los salarios revela que el ingreso medio superó por primera vez en Suiza los 6.000 francos al llegar a 6.118 francos.
Aumentó 3,2%, sea 139 francos, de 2010 a 2012, según la Oficina Federal de Estadísticas. Eso significa que la mitad de los empleados en el país recibieron más que esa cantidad y la otra mitad, menos.
El incremento, sin embargo, no se distribuyó de manera uniforme en los últimos diez años. El 10% de los que más ganan tuvieron un incremento en sus ingresos de 22,5%, mientras que para el 10% menos favorecido, el aumento se limitó al 9,5 %.
En términos reales, lo que corresponde al poder de compra real, las disparidades son aún más importantes, precisó el economista en jefe de la Unión Sindical Suiza (USS), Daniel Lampart. Los salarios mejor remunerados crecieron un 7,1 % (9.901 francos), entre 2010 y 2012, mientras que los menos bien pagados sufrieron un decremento de 0,6 % (-286 francos).
Por el contrario, la Unión Patronal Suiza (UPS) relativizó las cifras. Las diferencias son todavía modestas en Suiza en comparación internacional, asentó su director, Roland Müller.
Fuente: ATS
Diferentes “estados de ánimo”
La OFE estima que el 66,9% de las 339.000 personas que en 2012 ocupaban puestos con salarios bajos – menos de dos tercios del salario medio, el umbral definido por la iniciativa – eran mujeres. Las tasas más altas de puestos con bajo nivel de remuneración se encuentran en el comercio al menudeo (19,7%), la hotelería (38,1%) y otros servicios personales (51,9 %), empleos ocupados principalmente por mujeres.
Las asociaciones patronales que se oponen a la introducción de un salario mínimo legal en Suiza han reiterado que los ingresos de la mujer deben ser considerados como un complemento para el hogar. Director de la Unión Suiza de Artes y Oficios (USAM), Hans-Ulrich Bigler declaraba en febrero al periódico Courier de Ginebra:
“Normalmente, el principal ingreso familiar no está a ese nivel (…) Estas personas por lo general pueden contar con otro salario superior. Las mujeres que trabajan a tiempo parcial y por menos de 22 francos por hora lo hacen para que haya un ingreso suplementario en casa”.
El presidente de la Unión Patronal Suiza (UPS), Roland Müller, estima que la brecha salarial entre hombres y mujeres se puede atribuir a un “estado de ánimo” diferente, como explicó al Bund y al Tages-Anzeiger: “Para algunos puestos bien remunerados, se debe estar dispuestos a hacer un mayor esfuerzo. En su mayoría, son los hombres los que están dispuestos a aceptar horas extras”, dijo. Para él, las mujeres quieren más bien, al contrario, “horarios de trabajo regulares y condiciones que dejan menos espacio para lo imprevisto”.
Los sindicatos desestiman esos argumentos. “Es chocante culpabilizar a las mujeres por la discriminación que sufren, como es inaceptable decir que la segunda fuente de ingresos en un hogar tiene menos valor”, señala Vania Alleva. “¿Por qué las mujeres que tienen un buen desempeño durante toda su formación, en las asociaciones, en casa, no lo tendrían en su lugar de trabajo?”, añade Sylvie Durrer.
Diálogo de sordos
Hasta el momento, la Confederación ha favorecido las medidas voluntarias para poner fin a esas discriminaciones salariales. En 2009, las asociaciones patronales y los sindicatos lanzaron un proyecto de “diálogo sobre igualdad salarial”, que ofrece a todas las empresas suizas la posibilidad de verificar que los salarios sean acordes con el principio de igualdad de género.
El objetivo inicial era la adhesión de un centenar de empresas hasta 2014. No se alcanza porque la Confederación solamente ha sido capaz de llegar a unas cincuenta empresas. “Si concluimos que el enfoque voluntario no es satisfactorio, habrá que establecer bases para medidas coercitivas”, declaró en 2013 Luzius Mader, vicedirector del proyecto, a swissinfo.ch.
“Este diálogo no ha dado los resultados esperados. Ha incidido en unos 230.000 empleados y la mitad de las empresas que participan son del sector público o semipúblico”, revela Sylvie Durrer. Para los sindicatos, es el momento de que el Consejo Federal adopte medidas coercitivas.
Además de la introducción de un salario mínimo legal, la USS reclama particularmente una extensión de los convenios colectivos de trabajo (CCT) y más estructuras de acogida para los niños a un precio asequible.
Tomando nota del fracaso de esas experiencias voluntarias, la ministra de Justicia, Simonetta Sommaruga, deberá presentar un proyecto para el verano con el fin de concretizar la no discriminación establecida por la ley sobre la igualdad de género desde 1996, de acuerdo con la agencia suiza de noticias (ATS). “Hay un gran interés en resolver ese problema”, anota Sylvie Durrer. “Esas desigualdades salariales no solamente afectan a las mujeres. Tienen impacto en muchas familias, en particular en las monoparentales, especialmente las que se encuentran en riesgo de pobreza, y sobre todo el sistema suizo de seguridad social”.
Traducción del francés, Marcela Águila Rubín
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