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Cárcel para los banqueros que manipularon el mercado

Gefängnis Schweiz
¿Habrá más banqueros tras las rejas después del escándalo de manipulación del mercado de divisas? Keystone

El más reciente escándalo del mundo bancario reaviva los exhortos para que las autoridades apliquen mano dura y pongan tras las rejas a los operadores que actúan irresponsablemente. Pero… ¿será capaz este nuevo fraude de divisas de llevar a la banca a cambiar verdaderamente sus principios?

“En la mayoría de los sectores empresariales, cuando alguien defrauda a un cliente es normal que uno de los posibles castigos sea la cárcel. Por ello, si las autoridades quieren cambiar realmente la cultura de las salas de operación financiera, las sanciones penales deben convertirse en una realidad tangible”, afirmaba el ‘Financial Times’ en un reciente editorial.

El Ministerio Público de la Confederación (MPC, fiscalía suiza) parece dar pasos firmes en esa dirección, pues ha abierto una investigación penal contra los responsables del fraude de divisas que hizo el UBS. Según la legislación helvética, los delitos de mala gestión financiera y violación del secreto bancario son castigados con penas de entre tres y cinco años de prisión, respectivamente.

La Autoridad Supervisora del MercadoEnlace externo Financiero de Suiza (FINMA) investiga a 11 personas, entre ellas altos ejecutivos bancarios, y ha exigido al UBS que devuelva las ganancias por 134 millones de francos suizos que obtuvo de forma fraudulenta.

A juicio de varios observadores y gran parte de la sociedad helvética, es hora de que se las sanciones penales se conviertan en una realidad en el mercado financiero.

“La aplicación de medidas drásticas ha tardado mucho en este sector. Los empleados deben ser obligados a asumir la responsabilidad de sus actos (y omisiones) y saber que su comportamiento tendrá consecuencias reales”, declara a swissinfo.ch Florian WettsteinEnlace externo, director del Instituto de Ética Empresarial de la Universidad de San Gall.

“Si saben que el banco pagará multas, y que cuando lo necesite será apuntalado con recursos de los contribuyentes, no existe ningún incentivo para cambiar. Por el contrario, si saben que pueden ir a prisión como consecuencia de sus actos, las cosas serán muy distintas”, añade.

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Divisiones bancarias

Marc Chesney, subdirector del Departamento de Banca y Finanzas de la Universidad de Zúrich, va un paso más allá al pedir que se dividan las actividades de aquellos bancos que, por su tamaño, son vitales para la economía del país, lo que obliga al Estado a rescatarlos si están en riesgo de quiebra.

“En la medida en la que sigan existiendo bancos ‘demasiado grandes para quebrar’ y algunos individuos ‘demasiado importantes para ir a prisión’, estos escándalos seguirán teniendo lugar. Necesitamos separar la banca comercial de la banca de inversión y obligar a esta última a ser más responsable”, declara a swissinfo.ch.

“Si los bancos saben que corren el riesgo de caer en bancarrota por participar en operaciones dudosas o demasiado arriesgadas, esto los haría más cautos”, dice.

Los bancos globales han sido atrapados repetidamente con los ‘pantalones abajo’ durante los últimos años por escándalos de manipulación de mercados, evasión fiscal, operaciones fraudulentas y  transacciones indebidas de diversos instrumentos para sus clientes.

Después de cada uno de estos escándalos, los bancos se excusan, culpan del episodio a algún empleado sin escrúpulos que decidió actuar por su cuenta y prometen expiar sus faltas. Los empleados son sancionados o despedidos, pero el jugoso el sistema de bonos sigue operando disimuladamente mientras genere ganancias a las instituciones.

Autoridades temerosas

Daniel Fischer, un abogado zuriqués que ha representado a diversos clientes que han interpuesto demandas civiles contra bancos durante los últimos seis años, considera que hasta ahora las autoridades se han mostrado intimidadas por el poderío de los bancos y la importancia que tienen para la economía suiza.

«La falta de una acción congruente por parte de las autoridades da la impresión de que los grandes bancos gozan de protección y esto es algo que debe cambiar“, afirma.

Sergio Ermotti, director general del UBS desde 2011 –cuando otro escándalo le costó el puesto a su antecesor, Oswald Grübel– redactó un memorando para los empleados al tomar las riendas del banco en el que dejó claro: “Ninguna ganancia, por grande que sea, es más importante que conservar el buen nombre de nuestra empresa“.

Tres años después, a Mark Branson, director de FINMA y exdirectivo del UBS, le cuesta entender que este gigante bancario reproduzca el mismo tipo de escándalos.

«Lo preocupante aquí no es solo que los operadores procedan de forma incorrecta, sino que el UBS sigue sin identificar oportunamente los riegos y sin imponer los controles adecuados para estas actividades“, expresó Branson a la prensa, tras la confirmación, el 12 de noviembre, del delito de manipulación de divisas gracias a la colusión de diversos bancos internacionales.

«Y esto que vemos hoy sucede tras repetidos escándalos que se han registrado en los años previos. Así que estamos ante un claro fracaso en el cumplimiento de reglas de las instituciones“, sentenció.

Un cambio de cultura

Este tipo de escándalos evidencia que la cultura interna del banco, al menos en algunas de sus divisiones, no ha cambiado desde que Ermotti asumió la dirección, opina Wettstein. “La  cultura del UBS debe dejar atrás la mentalidad de la ‘manzana podrida’. No es suficiente con culpar a unos cuantos individuos y luego hacer la vista gorda afirmando que todo lo demás funciona estupendamente”.

Wettstein considera que una gran parte del problema de los excesos y delitos en los que incurren algunos altos ejecutivos son los elevados bonos que reciben. Premios financieros que, según estimaciones de FINMA, llegan a septuplicar el salario de un operador.

“Es fácil decir cuáles son los valores a respetar, pero también ha de incentivarse apropiadamente su cumplimiento. Puede decirse todo lo que se quiera sobre integridad, pero la realidad es que el sistema actual de incentivos sigue basado en criterios puramente monetarios, así que la gente se mueve en función de las recompensas financieras que recibirá”.

“Los discursos de Ermotti sobre el cambio cultural del grupo suenan, pues, como palabras vacías. Si el UBS realmente tuviera la intención de transformar su cultura institucional, lo primero que tendría que hacer es reformar su modelo de pago de bonos”, apunta el experto de San Gall.

A juicio de Marc ChesneyEnlace externo, el inapropiado comportamiento de los bancos está causando problemas que afectan no solo a la reputación de los bancos o de la plaza financiera suiza, sino también al ciudadano de a pie.

“Los bancos siguen amasando ganancias a expensas de los clientes y de la economía. Este no es un modelo económico estable, sino la explicación del porqué no se ha superado una crisis financiera que inició hace seis años”, puntualiza.

Escándalos bancarios

El pasado 12 de noviembre, los reguladores financieros de Suiza, Estados Unidos y Gran Bretaña multaron por un total de 3.300 millones de dólares a cinco bancos: UBS, Citibank, HSBC, JPMorgan, y RBS. Les acusan de haber manipulado el mercado de divisasEnlace externo. En el caso del UBS, el castigo suma 800 millones de dólares.

Los analistas esperan que se anuncien nuevas multas por mala gestión y se cree que el Departamento de Justicia de EEUU actuará con todo rigor para castigar a los culpables. El UBS se prepara, además, para enfrentar demandas civiles de clientes descontentos con relación a fondos de pensiones y fondos de alto riesgo.

El UBS también está en la mira de las autoridades suizas. Actualmente, FINMA tiene registrada una serie de conductas cuestionables del banco en áreas como el intercambio de divisas y la negociación de metales. Se sospecha que ha estafado a clientes y entregado información confidencial a terceros. Asimismo, se presume que los operadores del UBS, se coludieron con empleados de otros bancos para manipular las tasas de interés utilizando el poder de las redes sociales en su beneficio.

Además de investigar a 11 ejecutivos del UBS, FINMA ha ordenado al banco que detenga el pago de bonos a operadores y ha solicitado que, en el futuro, las operaciones de los mercados de divisas se automaticen para evitar manejos deliberados.

En 2012, el UBS fue multado 1.500 millones de dólares cuando se probó que algunos de sus operadores habían manipulado la tasa de interés Libor. Un año antes, el banco perdió 2.000 millones de dólares por las operaciones no autorizadas de uno de sus corredores londinenses.

El banco fue multado en EEUU por evasión fiscal y se enfrenta a una acusación por el mismo delito en Francia.

Varios bancos suizos han sido multados por evasión de impuestos en EEUU (Credit Suisse y Wegelin) o son investigadas por la misma razón. Otras se han adherido a un programa de colaboración con las autoridades estadounidenses para esquivar una sanción.

Traducción del inglés: Andrea Ornelas

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