El impacto de la evasión fiscal en la banca suiza
Una multa por 123 millones de dólares (107 millones de francos suizos) impuesta por Estados Unidos a Pictet acaba de cerrar un capítulo de escándalos de evasión fiscal encabezado por la banca suiza. Pero es parte de un libro que aún no termina de escribirse.
El banco Pictet, con 218 años de historia, accedió a pagar 107 millones de francos para aplazar un proceso con el Departamento de Justicia (DoJ) estadounidense que le acusa de haber ayudado a ciudadanos de EE. UU. a ocultar más de 5.600 millones de dólares en cuentas secretas.
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Pictet es el último de un centenar de bancos que colectivamente han pagado más de 7.500 millones de dólares a lo largo de una década en la que Estados Unidos ha decidido aplicar enérgicas medidas para atajar la evasión.
Una cruzada estadounidense que ha provocado la quiebra de dos bancos y que puso fin al secreto bancario helvético. Pese a ello, los escándalos de evasión fiscal aún continúan en el país alpino.
En los inicios…
La estrategia de acción de Estados Unidos contra los bancos suizos comenzó en 2009 cuando el UBS debió pagar 780 millones de dólaresEnlace externo para posponer un proceso por evasión fiscal.
Y las autoridades estadounidenses se enfurecieron al descubrir que otros bancos estaban compitiendo por atraer a los clientes evasores que acababan de abandonar al UBS.
Por ello, y ante la amenaza de que la operación de los bancos suizos fuera “congelada” en el mercado estadounidense, el Gobierno suizo anunció en 2013 el «Programa de los Bancos SuizosEnlace externo«, que ofrecía a las instituciones helvéticas la oportunidad de sincerarse y pagar una multa para evitar ser procesados.
Pagando el precio
El “Programa de los Bancos SuizosEnlace externo” concluyó en 2016 con la participación de más de 80 bancos helvéticos, o sucursales de bancos extranjeros con una fuerte presencia en Suiza, que pagaron un total de 1.360 millones de dólares por concepto de daños y perjuicios.
Pero hubo 14 bancos, entre ellos algunos pesos pesados de la plaza financiera suiza, que no tomaron parte del programa estadounidense porque el DoJ ya había iniciado previamente acciones judiciales en contra de ellos.
De los bancos concernidos, Credit Suisse pagó la multa más alta, por 2.600 millones de dólares. Otros castigos financieros significativos (ver infografía) elevaron el total de las sanciones pecuniarias a más de 7.500 millones de dólares.
Pictet ha sido el último banco en resolver su caso, justo una década después de que fuera anunciado el “Programa de los Bancos Suizos”.
Más allá del dinero
Las acciones judiciales emprendidas por Estados Unidos resultaron una carga demasiado pesada para dos bancos suizos que se vieron obligados a iniciar procesos de liquidación en respuesta a la presión resultante de los litigios emprendidos.
En 2012, WegelinEnlace externo, el banco privado más antiguo de Suiza, fundado en 1741, se declaró en quiebra. Un evento que obligó al Gobierno suizo a negociar con Estados Unidos la forma en la que podía ponerse fin a los procesos judiciales.
Un esfuerzo gubernamental que, pese a sus buenas intenciones, no logró evitar la desaparición del Banco Frey en 2013.
Pero el cambio más profundo en la plaza financiera suiza fue la extinción del secreto bancario, que había protegido a evasores fiscales de origen extranjero durante varias generaciones.
A partir de ahí, las cuentas bancarias numeradas de carácter secreto fueron sustituidas por tratados fiscales celebrados con numerosos países, compromisos que obligaban a Suiza a revelar la magnitud de los fondos extranjeros que estaban depositados en las arcas de sus bancos.
¿El final del problema?
Sin embargo, ni las multas masivas, ni el hundimiento de los bancos, ni la desaparición del secreto bancario suizo han conseguido alejar por completo el fantasma de la evasión fiscal y del lavado de dinero.
La embestida estadounidense a los bancos suizos motivó a otros países a emprender demandas.
En 2013, el UBS fue objeto de una investigación formal por presuntos delitos de evasión fiscal en Francia. Un caso que sigue pendiente una década después, con el UBS todavía impugnando sentencias judiciales del pasado que declararon que el banco era culpable de delitos penales.
La plaza financiera suiza sigue en el punto de mira de fiscales y legisladores estadounidenses. A principios del 2023, una comisión del Senado estadounidense acusó a Credit Suisse de seguir promoviendo la evasión de impuestos, incluso después de haber recibido la multa por 2.600 millones de dólares en 2014.
Y el problema no es exclusivo de los bancos. En 2021, el Departamento de Justicia acusó a seis personas y a una empresa suiza de servicios financieros por su presunta implicación en una trama mundial de evasión fiscal.
¿La desaparición de los bancos privados suizos?
La muerte del estricto secreto bancario también tuvo un efecto dramático en el nicho de la banca privada.
La banca privada de la vieja escuela era un negocio selecto y exclusivo en donde los socios de la institución se comprometían a compartir parte de la carga de las pérdidas, en caso de existir.
Sin embargo, desde el “Programa de los Bancos Suizos” acordado con Estados Unidos, numerosas sociedades de banca privada, incluida el banco Pictet en 2014, decidieron cambiar su modelo de negocios para limitar la responsabilidad de los socios.
Así, los bancos privados suizos, bajo su esquema tradicional, se han convertido en una especie en extinción. En 2022, solo sobrevivían cinco de ellos.
Texto adaptado del inglés por Andrea Ornelas
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