Las multinacionales suizas en el país de Trump
En respuesta a las políticas del Gobierno de Trump, los gigantes empresariales suizos que tienen presencia en Estados Unidos gastaron más de 20 millones de francos en 2017 en labores de cabildeo.
Donald Trump viaja a Suiza de vez en cuando. El resto del tiempo, Suiza se invita a Washington de diferentes maneras. En 2017, las grandes multinacionales helvéticas consagraron casi 22 millones de francos a actividades de cabildeo en EE UU. Las reformas al sistema impositivo y a los seguros de salud, medidas debatidas por la administración de Trump el año pasado, atrajeron el interés de los gigantes financieros y farmacéuticos de Suiza.
Si bien muchos grupos multinacionales helvéticos se han interesado durante años en influir en las decisiones políticas que se toman en Washington -a través de sus filiales en Estados Unidos-, más de una de ellas confirma que en 2017 tuvieron que redoblar esfuerzos. Las cifras oficiales del Gobierno estadounidense, correspondientes al cierre de enero, dan cuenta de lo anterior, según lo publicado por el Centro para la Política ReceptivaEnlace externo (CRP en inglés), organismo estadounidense que tiene por misión velar por la transparencia política.
Es el caso, por ejemplo, de Novartis, quien destinó 8,11 millones de francos suizos a las labores de cabildeo en Estados Unidos en 2017. En 2016, había consagrado al mismo objetivo 6,4 millones de francos, lo que supuso un repunte del 25% en este gasto en solo un año. Lo mismo sucedió con ABB, un jugador de menor talla, pero igualmente ambicioso, el cual gastó casi medio millón de francos suizos en la tarea de influir en las decisiones del medio político, monto 50% superior al que había canalizado a este objetivo el año previo. En los dos casos, el presupuesto de cabildeo del 2017 fue el más alto registrado en una década, según las cifras del CRP.
Relativa transparencia
Para otras empresas, el presupuesto dedicado a cabildeo no alcanza niveles históricos, pero sí significativos para sus finanzas. Roche, por ejemplo, gastó 4 millones de francos en esa tarea; Nestlé, 2,43 millones de francos; la aseguradora Zurich, 2,36 millones, y el Credit Suisse, 1,11 millones.
¿Cómo se utiliza ese dinero? Generalmente, las empresas suizas pasan por sus filiales estadounidenses, que son las que “establecen compromisos con firmas de cabildeo basadas en Washington”, detalla Aaron Scherb, directivo de la organización ciudadana ‘Common Causa’ (Causa Común), “que frecuentemente se especializan en un sector de actividad específico, por ejemplo, las finanzas, empleando exfuncionarios de este sector, así como exlegisladores, que gozan de contactos privilegiados con las personas responsables de tomar decisiones”.
Pero las maniobras pueden limitarse, simplemente, a obtener información detallada sobre el curso de los procesos legislativos, o a promover las preferencias de las empresas entre las autoridades. Proceso que debe realizarse con transparencia debido a que se ciñe a la Ley de Transparencia del Cabildeo (‘Lobbying Disclosure Act’ en inglés)Enlace externo, que obliga a las empresas concernidas a registrarse ante las autoridades y a divulgar los montos que destinan a influir en las decisiones de los políticos.
Obamacare y la regulación financiera
El año 2017 concentró un número importante de iniciativas políticas estadounidenses que tocaban -de cerca o de lejos- los intereses de las multinacionales suizas. En declaraciones públicas, Novartis y Roche hablaron del intento republicano (que fracasó) de abrogar el programa de cobertura médica conocido como Obamacare. En el ámbito financiero, está el proyecto de ley CHOICE, que busca flexibilizar las regulaciones financieras introducidas después de la crisis del 2008, un tema que afecta de forma directa a empresas suizas como la aseguradora Zúrich y Credit Suisse.
¿Qué tal funciona el “cabildeo suizo” en Washington? Aaaron Schreb recuerda que las empresas se organizan más bien por sector y no por país de origen: “Muchas de las filiales de empresas basadas en el extranjero se integran a asociaciones comerciales, por ejemplo, la Asociación de Banqueros Estadounidenses. Y, frecuentemente, reúnen sus fondos con los de las empresas estadounidenses con las que comparten intereses, para optimizar las labores de cabildeo”, añade.
Negocios redondos ‘hechos en EE UU’
El objetivo de las empresas suele ser siempre colocar sus fichas sobre el tablero de juego. Por ejemplo, declaraciones hechas por ABB evidenciaron, recientemente, el interés del grupo de robótica por tomar parte en el ambicioso plan de infraestructura que analiza actualmente la administración Trump. Cifrado en 1,5 billones de dólares, el citado plan podría reportar jugosas ganancias a la firma suiza si esta logra acceder a proyectos de líneas eléctricas o de soluciones ferroviarias, según confirma un documento publicado por la propia empresa suiza a finales del 2017.
Otra decisión adoptada por el Gobierno de EE UU que ha generado gran impacto, en este caso positivo, sobre las multinacionales suizas, es la gran reforma fiscal que se anunció en diciembre pasado. Su alcance acapara la atención y los discursos de los equipos de cabildeo suizo de empresas de todo tipo de sectores. Al anunciar una baja del 14% en la carga tributaria de las empresas (que pasa de 34 a 21%), la decisión le valió a Donald Trump una avalancha de generosos elogios de los directores generales las compañías suizas Novartis, Nestlé y ABB, así como de una docena de directivos de otras firmas europeas, con los que tuvo oportunidad de reunirse durante su visita a Davos, en enero pasado, para tomar parte en el Foro Económico Mundial (WEF en inglés).
“Nos sentimos muy satisfechos con la reforma fiscal”, expresó Vas Narasimhan, nuevo director de Novartis, al presidente de Estados Unidos. Y añadió que su grupo “también está encantado con el gran progreso realizado por la Administración de Alimentos y Medicamentos (FDA en inglés)”. Avances que quizás no sean realmente producto del azar: En 2017, Novartis enfocó todas sus baterías en materia de cabildeo en tres proyectos que estaban relacionados con las legislaciones de la FDA.
Traducido del francés por Andrea Ornelas
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