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Cada suizo genera dos toneladas de basura al año

En 2008, las familias suizas produjeron 5,7 millones de toneladas de basura. swissinfo.ch

El 2008 fue un año histórico para Suiza en materia de generación de desechos. La existencia de una sociedad cada vez más consumista se traduce en la producción de 16 millones de toneladas anuales en un país que no alcanza los 8 millones de habitantes.

Sin embargo, Suiza tiene a su favor el hecho de ser el país europeo que más y mejor recicla desechos.

A partir de 1980, Suiza comenzó a vivir un fenómeno peculiar: el número de hogares que había en el país crecía dos veces más rápido que la población.

Es decir, durante las últimas tres décadas la población creció un 14%, mientras los hogares se incrementaron en un 29%.

¿Qué lo explica? Simplemente, el hecho de que la talla promedio de los hogares helvéticos se redujo, y de los 3,7 millones que existen actualmente, muchos tienen sólo uno o dos integrantes.

Curiosamente, durante esas mismas tres décadas la riqueza de los suizos aumentó con generosidad (30%), catapultando sus niveles de consumo.

Una suma de condiciones que delineó una Suiza que cada vez genera más basura.

Más y más

En 2008, las familias suizas produjeron 5,7 millones de toneladas de basura, un 45% más que en 1980.

A estos desechos se suman casi 10 millones de desperdicios adicionales derivados de la gestión de fábricas, negocios y de la actividad de la construcción y del agro.

Dicho en breve: Suiza produce 2 toneladas de basura por habitante cada año, según revela el estudio ‘Estadística de desechos y su eliminación ecológica en 2008’, que incluye las cifras más recientes de la Oficina Federal de Medioambiente (OFEV).

Si aislamos la generación de desechos del sector productivo para concentrarnos exclusivamente en los que derivan de la gestión cotidiana de los hogares, la media de basura producida por cada suizo es de 733 kilogramos al año, según la misma fuente.

El documento reconoce que la elevada producción de basura en 2008 está estrechamente ligada a la pujanza económica. Por ello anticipa que en 2009 habrá un retroceso, producto de la crisis.

Pese a ello, Suiza seguirá por encima de la media europea. Cada español genera unos 524,5 kilogramos de basura al año; y cada habitante de la Unión Europea (UE) unos 567 kilos, según el Ministerio español de Medioambiente (MMA).

Líder en reciclaje

Suiza contamina a gran escala, pero es también –proporcionalmente– el país que más recicla en el mundo.

En 2008, según la OFEV, el 51% de los desechos generados por la población y por el sector productivo fueron procesados para convertirlos en alguna otra materia útil.

El 49% restante fue canalizado a alguna de las 29 fábricas incineradoras que existen en el país con objeto de reducir al mínimo los restos de los desechos anuales.

Una alternativa mucho mejor aceptada en el Viejo Continente que la práctica de naciones como Grecia o Italia, que acostumbran enterrar hasta dos tercios de los desperdicios que generan anualmente sus concentraciones urbanas.

En Suiza, las incineradoras están diseñadas además para producir energía cuando operan. De hecho, en 2009 serán responsables de abastecer el 3% de la energía eléctrica que consume el país.

Su talón de Aquiles, no obstante, es la emisión de humo intrínseco a su trabajo cotidiano. Esta razón condujo a la OFEV a migrar a partir de 2005 hacia sistemas de incineración cada vez más ‘verdes’ y a poner en marcha procesos de depuración de las emanaciones de humo que las hacen cada vez menos nocivas para la atmósfera.

La basura de los vecinos

Suiza procesa basura de casa y también de los vecinos. A partir de los años 90, el 10% de la capacidad instalada de las incineradoras nacionales se destina a recibir y tratar los desechos de otros países europeos.

Alemania, Austria, Italia y Francia exportaron conjuntamente basura a Suiza por el equivalente a 310.000 toneladas durante el año 2008.

Y los Laboratorios Federales para la Prueba e Investigación de Materiales (EMPA) exportan desde hace tres años técnicas para el reciclaje de basura electrónica a países emergentes como China, India, Sudáfrica, Colombia o Perú.

Con este último país andino, por ejemplo, Suiza acaba de firmar un acuerdo de eliminación de desechos electrónicos respetuosa del ambiente que será operado por EMPA y fue promovido por la Secretaría de Estado de Economía (Seco).

Se trata de un acuerdo que firmaron en septiembre pasado la ministra suiza de Economía, Doris Leuthard, y el ministro peruano de Medioambiente, Antonio Brack.

Los datos de Suiza dan cuenta de una sociedad desarrollada, con sus ventajas y desventajas.

Tan importante como reciclar, es racionalizar el consumo. Y es que absolutamente todo lo que hoy compremos, sea ropa, muebles, un aparato eléctrico o electrónico, tarde o temprano, se convertirá en basura.

Andrea Ornelas, swissinfo.ch

En Suiza la recolección de basura está basada en el principio de ‘el que contamina paga’. La Ley federal para la Protección del Medioambiente estipula que el costo de eliminación de los desechos urbanos corre por cuenta de quien los produce.

Esta política no se aplica a escala nacional, pero es efectiva para el 70% de la población, que está comprometida a pagar un impuesto por cada bolsa de basura no reciclable que entrega a los servicios de recolección de desechos.

Esta política ha generado un incentivo natural entre los suizos para realizar una minuciosa selección de su basura.

Aquellos desechos que son reciclables ganan el derecho a una recolección gratuita. La basura no reciclable, paga impuestos.

En consecuencia, los habitantes intentan reducir al máximo el número de bolsas que son gravadas con impuestos.

En Suiza, las bolsas de desechos para recolección deben tener pegada una etiqueta que pruebe que sus propietarios pagaron el impuesto correspondiente para evacuarla. Si carece de ella, el servicio de basura no podrá recogerlas.

Suiza es pionera en el reciclaje de basura electrónica (e-waste) y fue uno de los principales países promotores de la Convención de Basilea para el control de las basuras peligrosas, documento suscrito por 170 naciones.

La ‘e-waste’ es altamente codiciada porque posee materiales –como metales preciosos- de alto valor en el mercado, pero su recolección y reciclaje es peligroso porque también integra componentes tóxicos y cancerígenos.

El ‘littering’ es un fenómeno frecuente en Suiza y corresponde a la basura callejera. Embalajes de alimentos y bebidas ‘para llevar’ que son abandonados en las calles sin que sean canalizados a los depósitos de basura.

Según la OFEV, cada suizo genera anualmente los siguientes desechos:

Papel (176 kilos)
Desechos vegetales (121 kilos)
Vidrio (42 kilos)
Ropa (6,5 kilos)
PET (5 kilos)
Latas de conserva y tapas (1,6 kilos)
Desechos de aluminio (1 kilo)
Pilas (300 gramos)

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