Cansacio y aguante en este verano empañado por la guerra

Ya casi nadie se acuesta preguntándose si Kiev seguirá en pie mañana. Pero la ansiedad permanece. Está leyendo el boletín de SWI swissinfo.ch con la perspectiva suiza sobre la guerra de agresión rusa contra Ucrania.

La guerra continúa, pero su rostro ha cambiado. El monstruoso ataque de una gran potencia a un país sorprendentemente capaz de defenderse es ahora una guerra de posición. La invasión se ha convertido en muchas batallas por ciudades y campos. Es una guerra de desgaste. Y la compasión en el mundo occidental también parece agotarse a veces.

Anteriormente nos hemos centrado en la economía, en la política, en el cambio de la situación de seguridad y, más recientemente, en la conferencia de Ucrania que tuvo lugar en Lugano.

Esta vez se trata de personas, de aquellas para las que la guerra sigue ocupando todos los pensamientos cada día. El 28 de febrero, un misil ruso pasó por delante de la ventana del piso de Larissa Verbitskaya.

Ese fue el momento en que ella, de 52 años de edad, decidió huir. Larissa antes se había ocupado de atender a los refugiados en Ucrania. Su camino la llevó a Suiza. Nuestro colaborador Antonio Suárez habló con ella y con otras cuatro mujeres ucranianas.

Todas aprecian la seguridad de Suiza, y temen por sus familias: «Si Rusia ocupa mi ciudad, intentaré traer a mis padres y a mi marido», dice una de ellas.

La redactora Jessica Davis Plüss investigó cómo es la inserción los refugiados ucranianos -en su mayoría mujeres- al mercado laboral suizo. Para la mayoría de estas personas, encontrar un trabajo es muy difícil, indica Davis Plüss en el siguiente artículo.

Al mismo tiempo, la redactora Melanie Eichenberger visitó a un anciano suizo al que la guerra le trajo recuerdos de su propia infancia en Ucrania. Oskar Zwicky también tuvo que huir cuando la Segunda Guerra Mundial llegó a la colonia suiza de Shabo, a orillas del Mar Negro.

La familia de Zwicky debió realizar un trayecto con paradas de seis años durante la Segunda Guerra Mundial antes de que se les permitiera, por fin, entrar en Suiza: «Durante seis años toda la familia estuvo en tensión. ¿Adónde vamos ahora? ¿Somos bienvenidos?»

Suiza los recibió con poco entusiasmo en aquel entonces. El ambiente es diferente hoy. Un ejemplo de la acción ciudadana para recibir a los refugiados ucranianos es el de nuestra otrora colega Gaby Ochsenbein. Ha acogido a dos ucranianas,, Viktoriia y su hija Polina. Viktoriia pregunta: «Llevo aquí en Suiza, no sé cuánto tiempo, y estoy aprendiendo alemán. ¿Tengo que construir una nueva vida ahora?»

En junio, su hermano fue llamado a filas como reservista.  La anfitriona Ochsenbein escribe: «Ella está muy preocupada en este verano de guerra en Europa.»

La paz en Europa parece ser actualmente un proyecto que requiere enormes esfuerzos y gran paciencia. Esto quedó claro en Lugano, donde Suiza y Ucrania celebraron una primera conferencia de reconstrucción a principios de julio.

Dimos seguimiento a ese encuentro que estableció los Principios de Lugano. En la cita estuvo presente la Secretaria General del Consejo de Europa, Marija Pejčinović Burić. En dos oraciones le dijo a nuestro corresponsal especializado en democracia, Bruno Kaufmann, lo largo que es el camino que queda por recorrer: «Sólo habrá una verdadera recuperación si Ucrania desarrolla plenamente su democracia. Y eso está estrechamente relacionado con la resiliencia y el respeto de la democracia y de los derechos humanos en toda Europa.»

En Lugano, Mijaíl Fedorov presentó la iniciativa Digital4Freedom, cuyo objetivo es nada menos que convertir a Ucrania en el “Estado más digital” del mundo en el plazo de tres años. El ministro habló de un Plan Marshall digital necesario para restaurar las infraestructuras bombardeadas de su país y llevarlo a un nivel superior en el mundo de la tecnología.

Gracias por su atención

Edición, Balz Rigendinger; adaptación, Patricia Islas