China provoca el ‘boom’ de la leche en polvo
La desconfianza que sembró la muerte de algunos bebés, el crecimiento demográfico y la expansión de la clase media están aupando en China la demanda de leche de fórmula llegada de Occidente. Una tendencia que supone oportunidades para los productores suizos, pero que también entraña desafíos.
Desde 2008, cuando seis menores murieron y se estima que 290.000 enfermaron por consumir leche china adulterada con melamina, la demanda de leche de fórmula de origen extranjero se mantiene en la cima. De hecho, cada día son más los turistas lácteos chinos que vacían las estanterías de los supermercados occidentales para compensar el déficit de leche en polvo que hay en su país.
Y esta mala reputación de los fabricantes locales fue rápidamente capitalizada por las compañías extranjeras. Así, el volumen de leche en polvo importada por China se cuadruplicó entre 2008 y 2012, lo mismo que el precio de la misma, según cifras oficiales recogidas por el periódico China Daily.
En el caso de Nestlé, la decisión de adquirir en 2012 la división de nutrición infantil del grupo Pfizer por 12.000 millones de dólares (11.000 millones de francos suizos) ha sido la oportunidad de aumentar de la noche a la mañana la insípida rebanada que tenía del mercado chino.
Pese a ello, el gigante especializado en la producción de leche de fórmula desde hace más de un siglo inició tarde su ofensiva para conquistar China, pues durante la última década ha vivido a la sombra de sus competidores internacionales en este mercado.
Nestlé es el principal productor mundial de leche de fórmula para niños, según el grupo de investigación de mercado Euromonitor International.
No obstante, la multinacional suiza no figuraba entre los tres principales comercializadores de este producto en China en el año 2010 (el dato más reciente de Euromonitor).
De acuerdo con Unicef, solo el 28% de los bebés chinos fueron alimentados con leche materna en 2012, por lo que la demanda de leche de fórmula seguirá creciendo.
Nuevo enfoque
La posición de Nestlé en el mercado chino se vio obstaculizada por problemas como las acusaciones que recibió, en 2004 y 2008, de presunta comercialización de productos contaminados. Hechos que el grupo suizo siempre negó.
Pero James Roy, analista de China Market Research Group, en Shanghái, considera que estos rumores le pasaron factura a la multinacional. No obstante, de unos meses a la fecha el grupo de Vevey redobla esfuerzos para fortalecer su presencia en el mercado chino.
Sobre su estrategia, Roy refiere a swissinfo.ch que “Nestlé ha decidido no enfocarse en la leche de fórmula para bebés como lo hicieron sus competidores en los años previos, sino concentrarse en los alimentos y las bebidas para niños”.
Para Nestlé, “la compra de Pfizer Nutrition llegó en el momento justo; por lo que definitivamente creo que se recuperará y ganará mercado en los años por venir”, añade.
Las cifras coinciden con esta interpretación. Durante el primer trimestre de 2013, Nestlé reportó un crecimiento de dos dígitos en la facturación de alimentos infantiles. Según la multinacional, el desempeño de Pfizer en el seno del grupo avanza acorde con sus expectativas.
Los productores chinos de leche de fórmula para lactantes no han logrado recuperarse del escándalo de la melamina de 2008, cuando seis bebés murieron a causa de su consumo y miles resultaron gravemente enfermos.
Muchos padres chinos insisten en comprar marcas occidentales en sitios web que ofrecen una entrega rápida de este producto directo desde las estanterías de los supermercados occidentales.
Esto despierta temores en países como Hong Kong, Australia, Nueva Zelanda, Alemania o Gran Bretaña de una posible escasez en sus propios mercados.
En algunos países, los supermercados han comenzado a racionar la leche de fórmula en venta por temor a que escasee debido a las cantidades masivas de leche en polvo despachadas a China.
Hong Kong, por ejemplo, ha limitado el número de unidades con las que una persona puede cruzar la frontera a la China continental.
Las amenazas de emprender acciones legales no han disuadido a varios consumidores de romper las reglas. De hecho, ya se han registrado algunas detenciones.
Un mercado volátil
Pese a ello, el mercado de la leche en polvo está lleno de riesgos que salen a la luz, entre ellos, un creciente número de productos piratas o el riesgo de adulteración de productos que son comercializados bajo etiquetas occidentales. El grupo suizo Hero se vio recientemente implicado en un escándalo provocado por un distribuidor chino.
El comercializador asiático mezcló presuntamente leche suiza con lácteos caducados de origen desconocido, para luego vender la mezcla con la etiqueta original de la leche suiza Nutradefense. Sospechas que no han sido confirmadas.
“Ni Hero ni las autoridades chinas han encontrado hasta ahora evidencia alguna de que los productos de Hero que están en el mercado sean inseguros para el consumo o incumplan los estándares vigentes”, declaró la firma helvética en un comunicado emitido el pasado 1 de abril.
La sola la posibilidad de que esto fuera cierto repercutiría en el desempeño de Hero en un mercado aún escaldado por el escándalo de 2008, como lo confirma la propia empresa.
Jenn Sparks, portavoz de Hero, informó a swissinfo.ch en abril que las ventas de Nutradefense estaban cayendo temporalmente debido a los cuestionamientos que circulaban en torno a la calidad de sus productos.
Pero incluso aquellas empresas que no han tenido problemas experimentan los efectos colaterales de la desconfianza de los consumidores.
“El mercado chino es muy volátil actualmente”, señala a swissinfo.ch Michiel de Ruter, director ejecutivo de la compañía suiza de leche Hochdorf Nutricare. “Existe un gran temor sobre la posible falsificación de productos, por ello recibimos un número cada vez mayor de e-mails de madres inquietas que preguntan si la leche de fórmula que encuentran en el mercado es realmente producida por nosotros”.
Más recompensas que riesgos
“Las marcas experimentan el temor constante de que el próximo reporte de salud tenga algún vínculo con ellas. Y un riesgo sanitario es capaz de aniquilar por completo la confianza en una marca, que luego toma mucho tiempo recuperar”, añade De Ruter.
Pero la recompensa que promete este negocio supera largamente cualquier riesgo que las firmas deban asumir. Se estima que la facturación global de alimentos para bebé será de 38.800 millones de dólares (36.000 millones de francos suizos) en 2013, con la perspectiva de alcanzar la suculenta suma de 60.400 millones de dólares para 2017, según el grupo de investigación de mercado Euromonitor.
En el caso de China, se estima que el actual baby boom que experimenta el país conducirá a muchas madres a retornar a la vida laboral antes de lo que lo sugieren los estándares occidentales, por lo que Euromonitor pronostica que las ventas de comida para bebé pueden duplicarse en solo cuatro años, pasando de 15.000 millones de dólares en 2013 a 29.500 millones en 2017.
Por ello, los ansiosos progenitores chinos no tendrán otra opción que confiar en las marcas extranjeras para alimentar a sus retoños.
“Para las marcas locales será difícil recuperar la credibilidad en el corto plazo. Y aunque lo consigan, se reincorporarán a una carrera en la que se situarán muy por detrás de los principales líderes del mercado. Así que las marcas occidentales seguirán aumentando su cuota de mercado en los años por venir”, pronostica James Roy.
El pasado 10 de mayo, Suiza y China concluyeron las negociaciones sobre un acuerdo de libre circulación que duraron cerca de dos años y medio.
Por el momento, Berna y Pekín se han puesto de acuerdo sobre los aspectos técnicos. Ahora procederán a evaluar los aspectos jurídicos y, en el caso de Suiza, se emprenderán consultas políticas, ya que el acuerdo necesita la ratificación del Parlamento.
El contenido del mismo se dará a conocer “en los próximos meses”, declaró el ministro suizo de Economía Johann Schneider-Amman, una vez que ambas partes lo hayan firmado.
El acuerdo será un tema central durante la visita del primer ministro chino, Li Kequiang, a Berna prevista para el próximo 24 de mayo.
El acuerdo incluye cuestiones importantes para Suiza, como el acceso de sus empresas al mercado chino, y los derechos de la propiedad intelectual. China a su vez pide que se le facilite el acceso al mercado agrario helvético.
La industria relojera es otro punto clave. Según la Federación Relojera Suiza, en el mundo se falsifican 40 millones de relojes, muchos de ellos en China. El volumen de ventas de relojes suizos ronda los 1.000 millones de francos.
China es uno los socios comerciales de Suiza más importantes en Asia. Y Suiza es uno de los países occidentales que presenta una balanza comercial positiva con China.
En 2011, las exportaciones helvéticas sumaron 14.700 millones de francos y las importaciones de productos chinos totalizaron 7.400 millones de francos.
(Traducción: Andrea Ornelas)
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