Coloca FINMA la «lupa» sobre UBS y Credit Suisse
La autoridad supervisora financiera pone en marcha una nueva estructura dedicada exclusivamente a la vigilancia de los dos gigantes de la banca suiza.
Su intención es enviar una señal de “mano dura”. Sin embargo, los cuestionamientos sobre su falta de rigor se refrendan en 2010.
andar en 2010 una nueva unidad dedicada a la supervisión de Credit Suisse y UBS.
Las dos joyas del sistema bancario helvético le aportan a éste más de 50% de las ganancias anuales totales, pero fueron también el principal foco de riesgo durante la crisis financiera que apenas comienza a ceder.
FINMA confirmó a swissinfo.ch la contratación de 25 nuevos elementos dedicados a reforzar la división de banca, una de las cuatro que existen en la institución y que incluye también sendas divisiones consagradas a seguros, mercados financieros y servicios centrales.
La institución de supervisión afirma que la nueva estructura facilitará un seguimiento mucho más puntal y minucioso de la operación bancaria.
No obstante, el nuevo responsable del marcaje personal sobre UBS y Credit Suisse levanta suspicacias.
Se trata de Mark Branson, ex Director del Área de Gestión de Fortunas del UBS, un ejecutivo bien conocido en el medio financiero internacional por su calificación, pero también porque fue el responsable de presentar las excusas del banco ante el Senado estadounidense (2008) luego de que se confirmara que UBS promovió durante un quinquenio (2002-2007) una red de evasión de impuestos entre sus clientes norteamericanos.
FINMA, cuestionada
FINMA ha sido cuestionada desde su nacimiento, el 1 de enero del 2009, fecha en el que integró en una sola entidad la actividad supervisora que hasta entonces realizaban la comisión supervisora de bancos, la de seguros, la del mercado bursátil, etcétera.
Y desde entonces, el Partido Socialista (PS) ha solicitado en reiteradas ocasiones la cabeza del Presidente de FINMA, Eugen Haltiner, por considerar que se encuentra en conflicto de interés permanente.
Haltiner trabajó durante 13 años para el UBS en distintas áreas. Su último cargo fue como vicepresidente del banco entre 2005 y 2006.
El PS estima que sus decisiones no son objetivas. Y la contratación de Mark Branson confirma lo anterior.
Sin embargo, también la Fundación de Protección de Consumidores de habla germana (FPC por sus siglas en alemán) y la Federación de Consumidores Francófonos (FRC) se han pronunciado sobre el tema.
En su opinión, FINMA, bajo su estructura actual, representa los intereses de los bancos, no de los clientes y ahorradores a pequeña escala, razón por la que piden cambios y un reequilibrio de poder a través de representantes venidos de otros sectores que tengan voz y voto dentro de FINMA.
Supervisando al supervisor
La Confederación Helvética también tiene dudas.
De hecho, desde noviembre pasado, el Departamento Federal de Finanzas (DFF) evalúa el trabajo de FINMA a través de expertos independientes.
Parte del principio de que el trabajo no se ha hecho bien, hipótesis que explica el nombramiento de dos especialistas dedicados a “analizar el fracaso en la supervisión de los mercados financieros suizos”.
Uno de los encargados de dilucidar si FINMA está o no en conflicto de interés y si realiza un trabajo acertado es Hans Geiger, profesor honorario del Swiss Banking Institute.
El segundo elemento es el británico David Green, ex directivo del Banco de Inglaterra y actual consejero de los mercados financieros británicos. Ambos deberán presentar antes de marzo un reporte sobre la gestión de FINMA.
¿Círculo vicioso?
La cercanía entre FINMA y la banca suiza también es cuestionada desde el extranjero.
Este domingo pasado (03.12), la cadena estadounidense CBS transmitió en el programa 60 Minutos una entrevista con Brad Birkenfeld, el ex empleado estadounidense del UBS que confesó la existencia de una multimillonaria red de evasión de impuestos entre contribuyentes americanos con cuentas en este banco.
Desde esa tribuna mediática, Birkenfeld cuestionó el hecho de que muchos directivos del UBS hayan estado al tanto del tema, pero que sólo él vaya a prisión.
Una corte de Florida sentenció a Birkenfeld a purgar 40 meses de cárcel –condena cuyo cumplimiento inicia este viernes (08.01)-.
“Y ningún banquero suizo irá tras las rejas”, reclama.
La denuncia de Birkenfeld es verdad.
UBS confirmó en diciembre pasado que su Consejo de Administración decidió no emprender ninguna demanda contra antiguos directivos del banco ligados a las pérdidas que ha tenido la institución en el pasado reciente.
Asegura –refiriéndose sobre todo al tema de los subprime- que tras un análisis jurídico minucioso, el banco descartó incluso las demandas civiles “porque no está claro que los involucrados hayan seguido intereses personales en detrimento del UBS”.
Una posición que a la luz de muchos no refleja transparencia.
Andrea Ornelas, swissinfo.ch
Brad Birkenfeld, empleado del UBS de Ginebra, entregó información al gobierno de EEUU que le permitió desvelar una estructura de 19.000 evasores potenciales (clientes del UBS) y cobrar a UBS una multa de 780 millones de SFR.
La “sinceridad” de Birkenfeld no será gratuita. Tras purgar la pena de 40 meses en prisión, podría acceder a una recompensa (por denunciar el ilícito) de hasta 200 millones de dólares.
El sistema financiero suizo es fundamental para el país porque genera 12% de la riqueza nacional y emplea a más de 200.000 personas.
La Autoridad Federal de Supervisión de los Mercados Financieros (FINMA) se sustenta legalmente en la Ley Federal para la Supervisión de los Mercados Financieros (LFINMA) aprobada por el Parlamento suizo en junio del 2007, que entró en vigor el 1 de enero del 2009.
UBS fue el banco europeo más afectado por la crisis de los subprime, con pérdidas del orden de los 40.000 millones de francos suizos, por toma de riesgos excesivo e insuficiente vigilancia.
FINMA afirma que trabaja en reforzar su capacidad supervisora.
Durante el otoño pasado presentó una circular llamada “Sistemas de Remuneración” que fijaba criterios a respetar para el pago de sueldos y bonos en bancos y grandes aseguradoras.
Dentro de la banca, su cumplimiento obligatorio incluía a UBS y Credit Suisse, así como al Banco Cantonal de Zúrich, Raiffeisen, BNP Paribas Suiza, HSBC Suiza y EFG Bank.
Dentro de las aseguradoras fueron Zurich Financial Services, la Baloise Assurances, Axa Winterthur, Swiss Life y Swiss Re, las involucradas.
FINMA solicita transparentar y limitar las remuneraciones variables de los directivos financieros (bonos), que deben decidirse en función del desempeño de largo plazo de la institución y de los riesgos asumidos.
No obstante, la autoridad financiera suiza aclara que no está en posición de fijar “techos” concretos, ya que los bancos y aseguradoras son empresas privadas.
Sus recomendaciones entraron en vigor el 1 de enero del 2010.
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